Epílogo

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2 años después

E M I L Y

La muerte.

Eso que creemos que está lejos y a la vez puede estar tan cerca. No sabemos cuando, ni cómo ni porqué, tampoco podemos evitarlo, es algo inevitable, y a la vez, terrible.

Mis padres fueron todo para mí, y se llevaron gran parte de mi vida con ellos, pero ahora, sólo me queda seguir adelante y vivir con el recuerdo que dejaron en mí. Aunque no puedo omitir la parte desastrosa que tuve que pasar para poder darme cuenta de eso. Fue difícil, porque para mí fue una mejor opción tomar el camino simple de recordarmelo todos los días y sentirme culpable tal vez, por el hecho de que yo seguía con vida, y ellos no. Pero quedarnos de brazos cruzados no debería ser considerada una opción.

Nuestra vida por un momento pierde sentido, pierde color. Estamos tan absortos en la tristeza que no notamos el control que tenemos sobre nosotros mismos, y si, podemos dejar de estar tristes si así lo queremos, podemos salir del agujero sin necesidad de una escalera, podemos salir del bosque sin necesitar de la luz. Aunque algunas personas como yo, si necesitan esas cosas. A veces, necesitamos a esas personas. Esa persona que nos brinde una mano para salir del agujero; una persona que nos guíe en la oscuridad; una persona que nos motive a seguir adelante.
Inevitablemente, muchas veces las personas necesitan de otras personas.

Nuestra vida a veces se llena de mierda, mucha, mucha mierda. Tenemos momentos de tristeza, angustia, enojo, miedo, impaciencia.
Se siente como el fin del mundo. Como un tsunami desgarrando todo a su paso, nos derrumbamos, caemos, pero podemos levantarnos, somos capaces de hacerlo, y a veces, algunas personas sólo necesitan un pequeño empujón.

No sé mucho, pero aprendí que de las malas experiencias pueden salir buenas enseñanzas, y se pueden llegar a conocer grandes personas.

Sentirnos solos de vez en cuando incluso cuando estás en un lugar lleno de personas.

Estar absortos en pensamientos profundos en horas de la madrugada.

Llorar hasta pensar que sería mejor no estar, y dejar todo para siempre.

Sentir que necesitas un cambio, tal vez algo pequeño, tal vez algo grande.

Es parte de todos vivirlo.

Es parte de crecer y descubrir.

Porque eso hacemos, eso somos.

Como aves en vuelo buscando de un lugar confortable, sano, y apropiado.

Con el tiempo, aprendí muchas cosas, entre ellas, que entre más te escondes de los problemas, más te cuesta superarlos.
No vivas triste. No es bueno, no es sano.

"Es muy fácil decirlo, no sabes lo que estoy pasando, no es igual". Pensarás, lo sé, también he dicho eso antes, también he estado allí antes. Lo cierto es que en momentos de desesperación nos volvemos ciegos, e incluso perdemos esperanzas, y no aceptamos la ayuda de los que verdaderamente quieren vernos felices.
Pero, algún día tenía que abrir los ojos y darme cuenta que hundirme en tristeza no me iba a llevar a ningún lado. Y así fue.

Ese día llegó desde que la persona indicada empezó a darle color a mi mundo. Gracias a él entendí que por más profunda que sea la herida la persona correcta podrá sanarla.

[Te amo, Grazer.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora