[Te amo, Grazer.]

11. Piensas mucho, sabes poco

E M I L Y

Estaré en tu casa en una hora, estudiaremos hoy ¿lo olvidaste no es así? no te librarás de mi tan fácil

Leí el mensaje recibido, no estaba registrado, pero no necesitaba estarlo para que yo me diera cuenta de quien se trataba, y si, lo había olvidado, tantas cosas sobre mi cabeza me distraen, mi vida se está volviendo un completo caos.

Lani se había ido hace unas horas al trabajo, ella aún no sabía que yo tenía clases en las tardes con Jack, y tampoco tenía que enterarse, no quería que se preocupara por mi cuando tiene asuntos mas importantes que resolver.

Me bañé, me vestí y tomé mis cuadernos para llevarlas a la mesa en donde Jack y yo estudiaremos toda la tarde.

El timbre de la casa sonó indicando la llegada de Jack, abrí la puerta y me encontré con su rostro, algo dentro de mi se revolvió e hice una mueca de disgusto ante esa extraña reacción de mi parte.

-¿Qué ocurre?-Preguntó él con tono de preocupación.

-Es que me das nauseas, es todo.

Los dos entramos a la casa.

-Estás muy graciosa últimamente ¿no?-Dijo sarcástico.

-No sabes que tan graciosa puedo llegar a ser.

-Te conozco lo suficiente para deducir que tú no has sonreído desde hace mucho, ¿cuándo fue la última vez que sonreíste Jones?

Su pregunta me llevó al recuerdo del sábado por la mañana, cuando me hizo sonreír sin darse cuenta, la verdad es que tenía razón, no solía sonreír mucho, porque, ¿dónde están las razones para sonreír?

Pero claro, mi misión en la vida era no darle la razón a Jack.

-Creo que esta mañana.

Él fingió sorpresa.

-¿Emily?-Preguntó dramático-¿sabes sonreír?

Rodé los ojos ante su estúpido comportamiento.

-¿Viniste a darme clases o no?-Pregunté.

-Ahora que lo pienso, debería darte clases de como sonreír ¿no quieres?

-No gracias.

-¿Por qué no?-Dijo acercándose hacia mi-Puedo asegurar que tienes una muy linda sonrisa.

Alcé una ceja ante su repentino acercamiento, de pronto caí al sofá tras de mi y el empezó a hacerme cosquillas, yo era vulnerable a las cosquillas, aún lo sigo siendo, papá era experto en lograr que me hiciera pipi en los pantalones.
Bueno, no tan literal.

Pero yo trataba de contener esa acción que casi desconocía, hacía mucho tiempo que no lograba reirme a carcajadas simplemente porque no encontraba una razón para hacerlo, pero Jack si lo estaba logrando, por mas que quería contenerme no lo logré y solté una fuerte risa contenida.

-¡Ya, sueltame, lo lograste!-Dije tratando de zafarme, pero se me hacía imposible, yo seguía riéndome como si mi vida dependiera de ello.

Él paró y se incorporó, nuestras respiraciones estaban aceleradas, haciendo eco por toda la sala.

-Lo ves, tú sonrisa es muy hermosa-Dijo finalmente.

-Gracias-Dije apretando los labios con incomodidad.

El timbre sonó nuevamente haciendo que me sobresaltara.

-¿Quién?-Pregunté hacia la puerta.

-Emiliana.-Respondió Lani del otro lado de la puerta, al instante me alarmé, volteé a ver a Jack con preocupación, él no supo entender lo que me pasaba, tenía dos opciones, esconder a Jack o decirle la verdad a Emiliana.

-¿Emily?

Apreté los ojos mientras abría la puerta, Lani entró junto a Adam y se adentraron en la cocina.

Emiliana volteó hacia mi y se percató de la presencia de Jack.

-Oh, hola, ¿eres compañero de mi hermana?

Bueno, no tuvo sospechas, perfecto.

-Si, soy nuevo.

Lani me miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa burlesca mientras comía un pedazo de pan.

-Así que...¿Tú saliste con Emily el viernes?

Él asintió tímidamente mientras sus mejillas pasaban a ser rojizas.

Se veía muy lindo.

¡Dios Emily! ¿Qué diablos dices?

Como si se tratara de una bruja leyendo mis pensamientos, Lani empezó a observarme mientras sonreía con complicidad, como si escuchara mis pensamientos.

-Bien. Ahora yo hago las preguntas, ¿No se supone que fuiste a trabajar?

-Así es, pero ya que estamos a punto de casarnos nos dieron un tiempo libre.

-¿Cuánto tiempo?

-Nos dieron cinco meses, la boda será en 50 días.

-¿Qué?, ¿Por qué tan pronto?

Lani le dio una mirada melancólica a Adam, los miré confundida sin entender la situación.

-Es...

Adam la interrumpió.

-A mi abuela le diagnosticaron cáncer hace poco, no sabemos con exactitud cuanto tiempo le queda, solo sabemos que es poco, siempre he querido que ella asista a mi boda, lamento si no...

-Tranquilo Adam, lo entiendo, es lo mejor.

-Bueno, ustedes sigan en lo que estaban, nosotros prepararemos algo de comer.

Regresé mi vista a Jack y me senté junto a él, empezamos a estudiar y me enseñó algunas cosas que yo no entendía antes, vi que estaba un poco pensativo, y me dispuse a preguntarle.

-¿Pasa algo?

-¿Tus padres no están casados aún?

Abrí los ojos con sorpresa, traté de evitar una risa pero se me hizo imposible.

Aquí entra la frase "Reír para no llorar"

-¡Estás loco ellos no son mis padres!

-¿Qué?

-Ella es mi hermana, tiene 24, ¿acaso crees que mi madre sería tan joven? si ella fuera mi madre sería una desgracia, porque haciendo cálculos de la conclusión de tu retorcida mente ella me tuvo a los nueve años.

-Pensé eso..

-Exacto, pensaste, ese es el problema, piensas mucho y sabes poco, ¿Así piensas enseñarme?, sabrás mas que yo en esas cosas de matemáticas pero yo sé mas sobre la vida.

-¿Acaso no puedes estar tranquila conmigo ni un minuto?

-Al parecer no.

Centré mi vista en mi hoja y resolví unos cuantos ejercicios.

Jack rompió el silencio.

-Emily.

-¿Si?

-¿Dónde están tus padres?

-Piensas mucho, sabes poco.

Él me miró confundido, analizando mi frase siendo esta la segunda vez que la utilizo, a decir verdad, hasta yo misma me sorprendí de que eso saliera de mi aburrida mente.

-Quiero decir, que piensas saber todo sobre mi, cuando en realidad no sabes ni un poco.

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