09. Recuerdos dolorosos

398 27 3
                                        

E M I L Y

Antes de bajar a desayunar me cepillé los dientes y tomé mi celular, el olor a comida inundó mis fosas nasales cuando me acerqué a las escaleras, bajé y me encontré con Jack atento a la comida con un pequeño delantal azul sobre su cuerpo, sonreí al verlo tan distraído en la cocina, se veía tan tierno. Hace mucho tiempo que nadie me sacaba una sonrisa.

Él volteó y me observó por un segundo, de inmediato cambié mi actitud a una no tan alegre.

--¿Qué tal todo?-Preguntó él.

--No muy bien, estoy tratando de recordar cosas de anoche, pero nada viene a mi mente, ¿qué tan borracha estaba?

--Demasiado diría yo, ¿no te dije que decidiste venir conmigo a mi casa? apuesto que sobria jamás hubieses pedido algo así.

--Bueno, estás en lo correcto, ¿crees que hice algo de lo que me arrepentiría?

--Ayer me olfateaste como un cachorro, además de eso confesaste que te gustaba mi olor, mencionaste algo de que Finn era un idiota y me llamaste Jackie.

Sentí mis mejillas arder de vergüenza.

--Hagamos como que esto nunca pasó ¿si?

--De acuerdo.

--Pensé que dirías algo como "¿Y yo qué gano con eso?" O "Le diré a mis amigos".-Mencioné con sospecha tomando el desayuno sobre la mesa.

--¿Por qué me juzgas sin conocerme?, ya tienes una imagen de mi totalmente errónea y no me has dejado tener una conversación decente contigo.

--¿Y me vas a decir que tú no tienes una imagen negativa sobre mi?, creo recordar que anoche dijiste algo sobre saber todo sobre mi por el simple hecho de ser amigo de Finn, ¿Y sabes qué? eso es muy patético de tu parte, él bien podría estar diciendo mil pestes de mi, ¿y sabes que es lo mas curioso? que de seguro tú te las crees todas, y claro por qué no tomar el camino fácil de creerle a tu amigo y no de conocer a las personas por tu propia cuenta.

--Entonces los dos cometemos un error, empezamos con el pie izquierdo, continuemos con el derecho, ¿te parece?

--No me interesa.

--Me caías mejor estando borracha.

--Ojalá pudiera decir lo mismo.

--¿Qué dices? yo no estaba borracho anoche.

--No, pero estando borracho o no jamás me caerías bien.-Dije levantándome de la mesa.

--¿A donde vas?

--A mi casa, de ninguna manera me quedaré aquí un día mas, adiós, no me eches de menos.

--No lo haré-Dijo y salí por la puerta para pedir un taxi.

[...]

--¿Dónde demonios estabas?-Dijo Emiliana a penas crucé la puerta.

--Estaba en casa de Sara ¿acaso no lo recuerdas?

--La llamé y me dijo que tú no estabas allí, es mas, mencionó algo de ya no ser amigas ¿está todo bien con ella?

--No, no lo está, y no es de tu incumbencia, es mi vida, olvida eso.

--Bien, lo dejaré pasar solo porque quiero que me digas donde estuviste anoche después de la fiesta.

--¿Y eso a ti que te importa?

--Me importa Emily, y mucho, eres mi hermana menor me interesas.

--Me tratas como si fuera pequeña aún, ¡tengo quince años ya! ¿cuándo seré tratada conforme a mi edad?

--¡Eres tratada conforme a tu edad! ¡estuviste anoche en una fiesta toda la noche! ¿que pensabas que estarías todo el fin de semana de fiesta?, ¡solo te hice una pregunta!

Ella bajó la cabeza exhasperada pidió disculpas por lo bajo y se fue a su habitación.

La relación entre Emiliana y yo ha sido complicada desde que nuestros padres ya no están. Dicen que el tiempo cura las heridas pero en mi caso las heridas aumentan, el dolor al sentir la ausencia de mis padres avanza cada día y siento que mis fuerzas recaen cuando las cosas se complican.

--Que difícil se ha vuelto todo desde que no están aquí-Susurré con tristeza.

Me acerqué a la sala y observé el piano, mi madre solía tocarlo junto a Emiliana algunas noches en la cena, mientras papá y yo cocinábamos su famosa pasta.

Siempre extrañaba la voz melodiosa de mi madre cantar en las noches, su dulce melodía cubría mis oídos de pura alegría, pensar que jamás volvería a escuchar su voz hacía que mi corazón se rompiera de mil maneras posibles, habían pasado dos años, aún se sentía como si todo hubiese sido ayer.
Eramos la típica familia unida, pero eramos felices, tan felices que tal vez el destino decidió separarnos.

Me acerqué al cuadro que estaba sobre el piano, estábamos los cuatro, juntos, felices, en un día totalmente normal, sin pensar que algún día dejaríamos de ser tan unidos por la distancia que conllevaba la muerte.

Empecé a llorar en silencio viendo aquella foto, la vida me había arrebatado lo que mas quería sin previo aviso, tan solo desearía haber tenido mas tiempo, para disfrutar de lo que jamás pensé que perdería.

--También los extraño, como no tienes idea Emily, por eso te cuido tanto, sé que ya no eres una niña, y me da miedo pensar que podría perderte siendo lo único que tengo de esperanzas.

La abracé con las lágrimas corriendo sobre mis mejillas.

--Mamá hubiera cantado para nosotras, como siempre lo hacía cuando estábamos tristes..

--Y papá hubiera tratado de subir nuestro ánimo, con cualquiera de sus payasadas.

Las dos sonreímos ante aquel melancólico recuerdo.

--No tienes idea de lo mucho que duele no tenerlos aquí..

--Lo sé Emily, mas que nadie lo sé.

Página en fb:F E E L I N G S. Ϟ.
♡♡

[Te amo, Grazer.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora