Capítulo 5

6K 351 12
                                    

POV MACA


Han pasado dos días que llegué a mi casa y cada vez que duermo sueño con Bárbara, ¿pero qué coño me está pasando?, cada día se intensifican más todos los sentimientos y la ansiedad, las ganas que tengo de besarla, de tocarla, bueno, qué carajo, tengo ganas de que nos demos duro contra el muro, y sé que a Barb no le soy indiferente, lo veo en su mirada, hace mucho que me di cuenta, pero no nos hemos atrevido a dar ese paso, ni siquiera nos hemos atrevido a hablar del tema, por miedo quizás, no lo sé, lo que sí sé, es que lo más probable es que la vea ésta noche en casa de Alejandro, un amigo que tenemos en común, me llamó hace rato para decirme que tiene peda en su casa y por supuesto que no me negué, así que bueno, estoy un poco nerviosa, lo admito, y estoy pidiendo a Diosito que vaya sola, por favor que vaya sola.


Ya es casi mediodía y no he comido nada, así que me lanzo a la cocina, pongo música, me preparo un mate y ya no quemo mis panes porque mis bebecitas hermosas me regalaron una tostadora (¡gracias!), no sé por qué no se me había ocurrido antes comprar una, pero bueno como siempre mi cuerpo está en mi depa pero mi mente en Júpiter tal vez.


Como aún me quedan varias horas de vagancia antes de arreglarme para lo de Ale, hago de todo un poquito, ordeno y limpio un poco, no mucho porque qué flojera, un rato en las redes, otro rato en la serie que estoy leyendo (que sí me enganchó, lo confieso), y otro tanto más sudando como niña con unos pocos ejercicios en casa.


****


-Hey baby, ya estoy llegando a tu edificio, baja a abrirme- le digo por teléfono a Ale mientras voy en el uber... cuando llego, me está esperando en la puerta Fran, otro amigo, nos saludamos y subimos al depa.


Aún es temprano, no hay mucha gente, pero estaba con ansiedad de llegar y me vine pronto, reparto besos y abrazos y enseguida ponen un trago en mis manos, la música está divina, a un nivel que te deja hablar sin tener que gritar, la vista que tiene éste wey desde su balcón es simplemente maravillosa, así que salgo al frío de la noche a contemplar el paisaje urbano, se me unen un par de amigos y comenzamos a hablar trivialidades y grabar Instastorys para pasar el rato.


Aunque la estoy pasando bien, no dejo de pensar en Barb, ¿será que viene?, no quiero preguntarle a Ale si la invitó, no quiero ser tan evidente aunque me supongo que mis amigos tampoco pensarán lo que no es, o empezarán con el bullying, sé que no, pero igual pienso que mejor trato de relajarme y tratar de ahogar mis pensamientos con alcohol, -es lo mejor Maca- me digo a mi misma.


-¿Todo bien mi niña?- oigo que me pregunta Ale que llega por detrás de mí.


-Todo maravilloso, como siempre baby... ¿cómo estás?-.


-Bien, pero no te hagas, quiero que me cuentes cómo estuvo tu viaje...-.


Justo cuando comienzo a contarle algunas anécdotas suena su teléfono, -¿ya llegaste?... Ok, ya mando por ti- cuelga la llamada y me dice –ya llegó Bárbara- y entra al depa... y yo ahora no puedo dejar de sonreír. 

Complicidad y SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora