Noah me vio un poco sorprendido, creo que no esperaba que yo le hiciera esa pregunta justo a primera hora de la mañana. Abrió su boca para hablar y yo estuve más atenta que nunca.
-¿De dónde sacaste esa idea?-me preguntó.
-De nadie-respondí-.Creo que lo soñé anoche, pero no puedo diferenciar si es un sueño o un recuerdo que tuve. Por eso te pregunto.
Él siguió mirando, de arriba a abajo. No comprendía porqué tardaba tanto en responder, no le había sido difícil responder a todas mis preguntas ayer, ¿por qué ahora sí? No respondió, solo se dio vuelta y fue a buscar su mochila. De ella, sacó un pedazo de tela gigante, pero al sostenerlo por completo me di cuenta que no era un pedazo de tela, sino que era un vestido.
-Aquí tienes ropa para cambiarte-dijo-.Tienes que quitarte tu uniforme del hotel, no queremos que nadie sepa que venimos de allí,¿entiendes? No puedes hablar del hotel con nadie, excepto conmigo.¿Quedó claro?
Dije que sí y tomé la ropa. Fui y me paré detrás de dos grandes montañas de heno para tener un poco de privacidad y poder cambiarme. Al quitarme la ropa que llevaba puesta, pude ver que la tarjeta que podía sentir en el pecho cuando lo toqué tenía el número 105, el número de mi habitación. Dejé la bata, remera y pantalón en el suelo y me puse el otro. Era un vestido con mangas pequeñas, azul y de flores pequeñas blancas. Me sentía como una niña pequeña, se parecía bastante al vestido que llevaba puesto en mi sueño, excepto que el de mi sueño era de color rosado y este era azul. ¿En serio era lo único que pudo conseguir Noah?
Salí de las montañas de heno con cara enojada. Noah no podía contenerse y comenzó a reír sin parar. Yo tampoco pude evitarlo y me reí junto a él.
-Lo siento, pero fue la única ropa de mujer que pude conseguir-explicó-. Aquí las mujeres suelen usar vestidos. Nunca entendí porque, pero queda mal visto que una chica use pantalones o cosas así.
Él ya no tenía puesto su uniforme. Ahora llevaba puesta una ropa más holgada y cómoda. Era un pantalón negro con una remera gris.
-¿Qué hago con esto?-pregunté, señalando mi ropa del hotel.
-Vamos a quemarlo junto con mi uniforme, porque no volveremos nunca a ese lugar-dijo. Le entregué la ropa y lo seguí afuera. Caminamos hasta la parte trasera del granero y, lejos de la construcción, prendió fuego la ropa. Nunca había visto fuego en mi vida, entonces me sobresalte un poco. Noah puso su mano sobre mi hombro y me dijo que no era nada.
-Solo da un poco de calor-dijo-.Pero si lo tocas, ahí si es peligroso. Te quemarás y dolerá demasiado. Créeme, no es nada lindo.
Juntos nos alejamos del fuego y volvimos a entrar al granero. Allí, Noah tomó su mochila y sacó dos abrigos. Me dió uno y me lo puse, era de color gris oscuro y tenía botones negros y estaba muy calentito por dentro. Sentí una gran sensación de suavidad al tocarlo.
-Bueno, hora de irnos.
-¿A dónde me vas a llevar?-pregunté.
-Intentaré sacarte de la ciudad, o al menos esas son mis instrucciones-dijo.
-¿Cómo que tus instrucciones?-volví a preguntar-.¿Alguien te pidió que me sacaras?
-Bueno, la verdad es que sí. Cómo sabía que no podía evitar que fueras al hotel la segunda vez que fuiste elegida, una persona me pidió que el día de tu eliminación de alejara lo más posible del hotel.
-Pero, ¿quién te lo pidió?-insistí.
-Perdón, pero no puedo decírtelo todavía, Avalon-dijo,decepcionado-. Sé que tienes muchas ansias por saber quién eres y sé que no entiendes nada de lo que está pasando, pero pronto te explicaré todo.
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Atrapada (TERMINADA)
Mistério / SuspenseEn un gobierno donde la raza humana debe ser castigada con vida, Avalon despierta completamente sola en su habitación del Hotel Matanza. No sabe cómo ni cuándo llegó ahí. Tampoco conoce al chico que acaba de abrir la puerta de su habitación. Pero cu...