Capítulo 5

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Volví a ponerme nerviosa, mi respiración se aceleró y mi ritmo cardíaco aumentó. No quería que le pasara algo a Noah, no quería dejarlo solo.

-Pero, ¿y si te pasa algo a ti?-pregunté, nerviosa-. No quiero que te hagan daño.

Él me miró con su sonrisa encantadora y ahí me di cuenta que todo saldría bien.

-No te preocupes-dijo, calmado-. Yo voy a estar bien, tu ve.

  Hice lo que me dijo y me metí dentro del armario con todo el carbón. Me ensucie un poco el vestido que llevaba puesto, pero la verdad no me importó. Me senté junto a una pequeña montaña del carbón y pegué mis piernas a mi pecho. Traté de quedarme lo más quieta y callada posible, pero no me sentía bien, tenía mucho miedo. La puerta tenía un pequeño agujero por el cual podía ver a Noah. Este fue y se sentó en el sillón como si no pasase nada. Me sentí confundida. ¿Por qué no encendía la locomotora y nos íbamos de una buena vez? Así podríamos alejarnos. Vi que los hombres comenzaron a entrar por la parte de adelante del vagón. Hice silencio y miré atenta.

-No más juegos, Noah-dijo uno de los hombres-. Dinos donde está la chica y te dejaremos en paz.

-No sé de qué hablas, Seb-respondió Noah-. La chica se escapó y se fue corriendo hacia el bosque. No sé donde está ahora, podría estar muy lejos de aquí. Sería mejor que se apuren y la busquen

-¿Piensas que me voy a creer ese truquito viejo?- dijo el tal Seb-. Sé muy bien que tú sabes dónde está y no me iré de aquí hasta que me la entregues-esta vez le habló con un tono amenazador, creo que se estaba enojando un poco.

-Te lo vuelvo a repetir, no sé dónde está-volvió a decir Noah. En ese momento Seb perdió la paciencia. Le dio un puñetazo a Noah en el cachete y se lo dejó todo colorado. Noah se enojó mucho y respondió pegándole en la mandíbula. Seb agarró su cuello y empezaron a pelear.

  Noah estaba en el suelo y Seb sobre él. La pelea continuaba. Golpe tras golpe, patada tras patada. Seb parecía llevarle ventaja, ya que Noah se veía mal y aturdido, pero seguía luchando con todas sus fuerzas. Pude ver que otro de los guarderías se acercó a la puerta del armario donde estaba. Me puse tensa, se estaba acercando para abrir la puerta. Decidí prepararme y tomé un trozo del carbón. Si ese hombre habría la puerta estaría lista para defenderme y pegarle en la cabeza con todas mis fuerzas.

  El hombre abrió la puerta despacio y al verme le gritó a Seb. Pero fui lo suficientemente rápida y le pegué justo en la frente. El hombre volvió a gritar y cayó al suelo. Su frente comenzó a sangrar y no volvió a responder.

Lo había matado.

  Había matado a una persona. Volví a verlo y no pude creer lo que había hecho, nunca pensé que tendría que matar a otra persona en algún punto de mi vida, me sentí horrible, pero dejé de verlo y puse mi atención en Noah. Vi como seguía por debajo de Seb y me asusté. Pero Seb giró hacia donde estaba yo, dejó a Noah y me tomó del cuello.

-Con que tu eres la que se escapó, ¿eh?-dijo, mirándome fijamente, con unos ojos saltones que me generaban pavor.-. Ahora vas a recibir tu castigo.

Tomó uno de los cuchillos del cajón y lo puso junto a mi cara.

-¿Cuál sería el lugar indicado, Noah?- le preguntó-.¿La boca o los ojos? Estuvo a punto de clavarme el cuchillo cuando Noah respondió.

-¡En tu cara!-dijo, y rápidamente tomó el cuchillo y se lo quitó. Al hacerlo me hizo un pequeño corte en la cara, puse mi mano sobre la herida.Salió un poco de sangre, pero no me importó. Salí corriendo al armario y tomé otro trozo de carbón. Pensé que si le pegaba a Seb en la frente como al otro guardia podría dejarnos en paz.

Atrapada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora