Volví a ponerme nerviosa, mi respiración se aceleró y mi ritmo cardíaco aumentó. No quería que le pasara algo a Noah, no quería dejarlo solo.
-Pero, ¿y si te pasa algo a ti?-pregunté, nerviosa-. No quiero que te hagan daño.
Él me miró con su sonrisa encantadora y ahí me di cuenta que todo saldría bien.
-No te preocupes-dijo, calmado-. Yo voy a estar bien, tu ve.
Hice lo que me dijo y me metí dentro del armario con todo el carbón. Me ensucie un poco el vestido que llevaba puesto, pero la verdad no me importó. Me senté junto a una pequeña montaña del carbón y pegué mis piernas a mi pecho. Traté de quedarme lo más quieta y callada posible, pero no me sentía bien, tenía mucho miedo. La puerta tenía un pequeño agujero por el cual podía ver a Noah. Este fue y se sentó en el sillón como si no pasase nada. Me sentí confundida. ¿Por qué no encendía la locomotora y nos íbamos de una buena vez? Así podríamos alejarnos. Vi que los hombres comenzaron a entrar por la parte de adelante del vagón. Hice silencio y miré atenta.
-No más juegos, Noah-dijo uno de los hombres-. Dinos donde está la chica y te dejaremos en paz.
-No sé de qué hablas, Seb-respondió Noah-. La chica se escapó y se fue corriendo hacia el bosque. No sé donde está ahora, podría estar muy lejos de aquí. Sería mejor que se apuren y la busquen
-¿Piensas que me voy a creer ese truquito viejo?- dijo el tal Seb-. Sé muy bien que tú sabes dónde está y no me iré de aquí hasta que me la entregues-esta vez le habló con un tono amenazador, creo que se estaba enojando un poco.
-Te lo vuelvo a repetir, no sé dónde está-volvió a decir Noah. En ese momento Seb perdió la paciencia. Le dio un puñetazo a Noah en el cachete y se lo dejó todo colorado. Noah se enojó mucho y respondió pegándole en la mandíbula. Seb agarró su cuello y empezaron a pelear.
Noah estaba en el suelo y Seb sobre él. La pelea continuaba. Golpe tras golpe, patada tras patada. Seb parecía llevarle ventaja, ya que Noah se veía mal y aturdido, pero seguía luchando con todas sus fuerzas. Pude ver que otro de los guarderías se acercó a la puerta del armario donde estaba. Me puse tensa, se estaba acercando para abrir la puerta. Decidí prepararme y tomé un trozo del carbón. Si ese hombre habría la puerta estaría lista para defenderme y pegarle en la cabeza con todas mis fuerzas.
El hombre abrió la puerta despacio y al verme le gritó a Seb. Pero fui lo suficientemente rápida y le pegué justo en la frente. El hombre volvió a gritar y cayó al suelo. Su frente comenzó a sangrar y no volvió a responder.
Lo había matado.
Había matado a una persona. Volví a verlo y no pude creer lo que había hecho, nunca pensé que tendría que matar a otra persona en algún punto de mi vida, me sentí horrible, pero dejé de verlo y puse mi atención en Noah. Vi como seguía por debajo de Seb y me asusté. Pero Seb giró hacia donde estaba yo, dejó a Noah y me tomó del cuello.
-Con que tu eres la que se escapó, ¿eh?-dijo, mirándome fijamente, con unos ojos saltones que me generaban pavor.-. Ahora vas a recibir tu castigo.
Tomó uno de los cuchillos del cajón y lo puso junto a mi cara.
-¿Cuál sería el lugar indicado, Noah?- le preguntó-.¿La boca o los ojos? Estuvo a punto de clavarme el cuchillo cuando Noah respondió.
-¡En tu cara!-dijo, y rápidamente tomó el cuchillo y se lo quitó. Al hacerlo me hizo un pequeño corte en la cara, puse mi mano sobre la herida.Salió un poco de sangre, pero no me importó. Salí corriendo al armario y tomé otro trozo de carbón. Pensé que si le pegaba a Seb en la frente como al otro guardia podría dejarnos en paz.
ESTÁS LEYENDO
Atrapada (TERMINADA)
Bí ẩn / Giật gânEn un gobierno donde la raza humana debe ser castigada con vida, Avalon despierta completamente sola en su habitación del Hotel Matanza. No sabe cómo ni cuándo llegó ahí. Tampoco conoce al chico que acaba de abrir la puerta de su habitación. Pero cu...