Atrapada (TERMINADA)

Capítulo 25

 Abrí la puerta bien despacio para que nadie se diera cuenta que estaba saliendo. Luego moví la planta que estaba en frente y la volví a poner donde estaba. Caminé por el pasillo del primer piso hasta llegar a la escalera que llevaba al sótano. Era raro caminar despacio y mirar todo con más detalle. Las paredes rasgadas, un ambiente horrible. De tanto mirar se me erizó la piel, era un lugar terrible. Llegué a las escaleras y paré para ver si había guardias en frente de la puerta del sótano. No habían guardias, pero podía oír a mi padre. Baje bien despacito, en puntas de pie, para que nadie pudiera oírme. Mi padre parecía estar hablando con alguien por un walkie talkie.

-No quiero que paren hasta encontrarlos-dijo-.No me importa si tenemos que voltear cada piedra del país, los buscaremos y está vez no tendremos piedad.

-Creo que no tendrás que buscar por mucho tiempo.

Mi padre se volteó hasta verme parada en la puerta. Se veía muy sorprendido, seguramente pensaba que estábamos a miles de kilómetros, lejos del hotel.

-¿Qué haces aquí?-preguntó-.Estabas escondida,¿verdad?

-No padre, no es así...-empecé a decir, mientras caminaba alrededor de él Trataba de actuar como si fuese más fuerte-.Mis amigos están muy lejos de aquí. Ellos se fueron, pero yo me quedé para hacer un trato contigo.

-¿Un trato?-preguntó-.¿Qué clase de trato?

-¿Qué es lo que siempre haz querido?-pregunté-.Verme morir,¿verdad?

-Sí-dijo-.Exactamente eso.

-Bueno, pues aquí estoy para darte lo que quieres.

-No entiendo-dijo él-.¿Cuál es la trampa?¿No serías capaz de hacer eso?

-No hay ninguna trampa, Papá. Yo te dejo matarme solo si detienes la búsqueda y dejas que Noah, Yui y Scott se vayan libres a otro lugar, lejos de aquí.

-No lo sé-dijo él-.¿Cómo sé que no me estás engañando?

-Pregúntame cualquier cosa y yo te responderé con la verdad absoluta.

-Bien, si así lo dices...-dijo-.¿No intentarás escapar?¿Permitirás que te mantengamos aquí hasta tu muerte?

-Claro que sí-dije, extendiendo mis brazos-.Puedes hacerlo ahora.

Mi padre fue rápido a buscar una soga para atarme.

-Pero...-interrumpí-.Antes debes detener la búsqueda. Un trato es un trato.

-Tienes razón-dijo-.Yo soy un hombre de palabra.

Dejó la cuerda sobre una mesa y tomó su walkie talkie para hablar con sus tropas.

-Detengan la búsqueda-dijo-.La presa está aquí, Avalon se ha entregado. Los otros no me importan. Vuelvan a la base.

-Entendido, Jefe-escuché que decía un guardia-.Volveremos a la base.

-Ahora sí-dije-.Puedes atarme sin problemas.

Mi padre tomó la cuerda y llevó mis manos a mi espalda. Luego me ató las muñecas y me hizo arrodillarme en el piso. Pero mientras me ataba, pude sentir que tocaba mi cuello.

-Avalon, ¿qué es esto?-preguntó-.No sabía que las chicas de ahora usaban...

Tres voces respondieron la pregunta.

-Es un micrófono.

Edmund no podía creerlo. Había caído en la trampa. Noah, Yui y Scott estaban armados.

-¿Pero cómo?-preguntó mi padre-.¿Cómo llegaron aquí antes que mis tropas?

-Nunca dejamos el hotel-dijo Yui.

-Estábamos escondidos-añadió Scott-.En un lugar al que ni usted ni sus hombres podían acceder.

Mi padre quedó sin palabras. No podía creer que unos niños lo hubieran engañado. Noah estaba tocando unas teclas de un teclado de una computadora.

Luego la puerta del sótano se cerró.

-¿¡Qué has hecho!?-gritó Edmund.

-Simplemente cerré la puerta con llave-dijo. Scott tomó una taza con café que había en la mesa y la vertió sobre la computadora.

-¡Ups!-dijo-.Estamos encerrados y ahora romí la computadora.Soy tan torpe.

-¡Eres un inútil!-gritó. Tomó una de las armas que tenía en el sótano, pero Yui se puso delante de él con una que ella había traído. Noah y Scott también tenían, y Noah traía una extra para mí.

-¿De dónde sacaron las armas?-preguntó.

-Cortesía de nuestro amigo y Ex Guardia del hotel-dijo Yui.

-Tener acceso a todos los cuartos, incluyendo el de las armas, sí que es un privilegio-dijo Noah, riendo.

Edmund se fue alejando de ellos. No entendía como habíamos logrado unirnos para derrotarlo. Estaba perdido, no tenía manera de escapar. A menos que nos dejará ir a todos.

Pero de repente sentí que alguien tocaba mi espalda.

-¿A ella es a quien quieren?-dijo, furioso, mientras me levantaba del suelo-.¡Ella no vale nada!

-No valdrá para usted-dijo Noah-.Pero para mi sí que vale mucho.

-Para nosotros también-dijeron Scott y Yui-.No nos iremos de aquí sin ella.

-¿A sí?-preguntó, riendo-.Pero...¿Y si yo mismo termino su vida aquí y ahora? Sacó una navaja que tenía en el bolsillo y me hizo un corte en el labio. Luego me dejó caer y también me clavó el filo de la navaja en el pie.

-¿Qué más podemos hacer para que la vida de Avalon se detenga?-preguntó-.¿Conocen la respuesta?

-No a esa pregunta-dijo Noah-.Pero si a otra.

-¿Qué podemos hacer para qué Avalon salga de aquí con vida?-preguntó Yui.

-Muchas cosas...-dijo Scott.

-Y creo que deberíamos empezar por usted, señor-dijo Noah.

Un estallido abrió la puerta de la nada, partiéndola en dos.

-Nadie va a salir de aquí-dijo mi padre-.No sin antes despedirse de los guardias...