Los ojos de mi ángel. (OffGun) ❤️

Siempre te encontraré.

Narra Off.

Después de que pude tranquilizarme y tranquilizarlo a él, no dijimos nada. Dejamos que nuestros corazones descansaran, sólo nos abrazamos, dándonos la protección que ambos necesitábamos.

Estoy herido, realmente no sé qué es lo que siento en este momento.

El recordar todo aquello qué pasó, me hace darme cuenta que estoy roto. Soy una persona rota y Gun no merece tener a alguien así a su lado.

Si antes ya me sentía perdido, ahora siento que he perdido el rumbo total de mi vida.

Ó al menos eso siento, por que tan sólo basta verlo, para que todo cambie, sentir el calor de su cuerpo me inyecta de vida.

Al final del día, no hay nada por lo que más quiera luchar, que por él.

Narra Gun.

Esta bien, él está bien.

Sentí tanto miedo cuando no respondía, sentí como si hubiera vivido una eternidad en esos escasos minutos.

Esta abrazándome mientras estamos acostados en la cama, siento como acaricia mi cabello, me siento protegido y seguro cuando lo tengo cerca.

Debe de estar confundido por mi reacción, por como me comporté, sin embargo, no pregunta nada. Sólo está en silencio, lo único que escucho es el latido de su corazón, late, y late cerca de mi.

Deseo escuchar aquel bello sonido por siempre, el hombre que hoy me tiene en brazos, se quedará, sé que se quedará para protegerme.

Él debe saberlo, debo hablarle de mi madre.

Tomé un gran respiro, la fuerza que necesitaba para poder hablar de esto, él mismo me la ha dado.

-¿Off? - pronuncio aún con voz temblorosa.-

-¿Mmmh? Pensé que estabas dormido.-

¿Pensó que estaba durmiendo y aún así siguió acariciando mi cabello? - pensé.-

-No podría dormir, aún estoy asustado.-

-Lo sé cariño, yo también sigo asustado, muy asustado ¿Cómo te sientes? - preguntó mientras aferraba su agarre a mi.-

-Estoy mejor, tenerlo así siempre me curará - continúe - yo... quiero decirle algo.-

-No es necesario, no debes explicarme nada, tranquilo... duerme.-

-No, usted debe de saberlo.-

-Esta bien amor, pero Gun, estoy aquí contigo, estás seguro.

Es un hombre increíble.

-Yo... yo no siempre fui ciego - dije ocultando mi rostro en su pecho y continúe - cuando tenía nueve años, mi madre me llevó a comprar una mochila que había deseado durante mucho tiempo, era amarilla tenía aviones y muchos colores más. Mi madre había cobrado su último salario y me dijo que me llevaría a comprarla.
Me sentía tan feliz, era hermosa y no dejaba de sonreír cuando por fin la tuve entre mis manos... - tomé otro respiro -
Ya íbamos hacia nuestra casa, yo brincaba por todas partes, realmente estaba muy feliz, estaba jugueteando en una pequeña barda, cuando escuché como mi madre gritaba.
Yo... yo tuve mucho miedo, así que me escondí detrás de un árbol... unas personas, unos hombres estaban lastimando a mi mamá, intentaban quitarle su bolso pero ella no se dejó.
Estaba... yo estaba...