Cero.

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Narra Gun.

Abro mis ojos y veo lo mismo de siempre... nada.

Sólo hay obscuridad, así ha sido desde los últimos diez años.

A mi mente vienen vagos recuerdos que uno a uno se amontonan en mi cabeza.

¿Qué hago? ¿En dónde estoy?

A lo lejos, escucho su voz, habla con alguien pero no puedo distinguir con quién.

Llevo mis manos hasta mi rostro, deslizo mis dedos sobre mi cabello, siento la almohada, pero esta no es mi almohada, ni mucho menos mi cama.

Muevo mis manos, intentando descifrar el lugar en el que me encuentro, pero en el intento, algo lastima mi mano, con la otra toco para sentir como tengo una intravenosa, pero ¿Por qué?

Escucho como los pasos de una persona se acercan a mi, tengo miedo y no entiendo por qué mi pecho duele, duele tanto que apenas me permite respirar.

-¿Gun? ¿Qué haces? - dice esa voz masculina - Estás sangrando Gun, te arrancaste el suero.

Sigo sin entender absolutamente nada.

-¿Qué... qué está pasando? - pregunto asustado de la respuesta -¿Quién eres?

-Gun, soy yo... Tay - siento como coloca su mano en mi mejilla.

Tay...

Es verdad, es Tay.
Sin pensarlo más de un segundo me aviento hacia sus brazos y sin entender la razón, comienzo a llorar sintiendo como lágrimas de sangre salen de mi pecho.

Me duele, me duele tanto que siento que puedo morir en cualquier momento.

Lloro, me deshago en los cálidos brazos de Tay, siempre ha sido así, él siempre ha estado conmigo.

-Gun, tienes que tranquilizarte, te desmayaste en tu trabajo y ahora estamos en el hospital - continúo - ¿Sientes esto? - dijo tocando la intravenosa - te colocaron un calmante y suero para estabilizarte.

-Pero... ¿Por qué? ¿Qué fue lo qué pasó?

-Estás asustándome Gun... ¿No lo recuerdas?

-¿Recordar..? ¿Qué es el que debo recordar?

-Doctor... ¡DOCTOR! - Tay gritó de un momento a otro - Por favor, no recuerda nada ¿Qué es lo que le pasa?

Sólo hasta ahí pude escuchar, sólo sentía como me movían de un lado a otro y mi mente seguía en blanco.

En cero.

Con un dolor que desgarraba mi interior. Era como si miles de cuchillos estuvieran perforándome desde dentro de mi cuerpo.

Lo siguiente que sentí fue como me acostaron en una cama, colocaron unos aparatos en mi cabeza y poco a poco aquella fue moviéndose hasta que se detuvo.

Después de aquello, podía oír como el doctor hablaba, pero mis oídos no lo escuchaban. Mi mente continuaba vagando en algún lugar, intentando saber por qué me siento de esta manera, como si estuviera a punto de asfixiarme.

Poco a poco siento como el auto se detiene, hemos llegado a casa después de un día que ha parecido eterno entre mi desmayo y los estudios médicos.

Los ojos de mi ángel. (OffGun) ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora