Los ojos de mi ángel. (OffGun) ❤️

Amor, deseo, obsesión.

Narra Off.

El hecho de tenerlo cerca, hace que se me revuelva el estómago. Sin embargo dejaré claro que no caeré mas en su juego.

Elimino el mensaje, y me decido en ordenar algo de comida, al escuchar como el estómago de Gun gruñe de hambre.

Después de escuchar cómo alguien llamaba a la puerta, me levanté y fui a recibir la comida que había ordenado.

Al regresar con Gun, se encontraba de lado contrario a cómo lo había dejado, podía ver su rojo pecho.

-Gun, despierta, ya es hora que tomes tus pastillas - dije frotando mi nariz con la de él.

-No, no quiero - decía con su voz dulce, era aún más suave mientras estaba adormilado.

-Anda, también debes comer, te pedí algo.

-Solo quiero quedarme así... sé que después de que terminemos, iré a casa y todo habrá terminado.

-No pienses en eso, levántate, por favor.

Gun se levantó, aún con sus ojitos cerrados y comió lo que pedí. Después tomó su medicamento y comenzó a vestirse con la ropa limpia que le di.

Es tan pequeñito que mi camisa le quedaba muy grande.

Narradora.

Los miedos, la culpa y el dolor se disiparon en esas escasas pero duraderas horas.

Sin notarlo llegó la hora en que Off llevaría a Gun a casa, después de que rogó entre lágrimas por que no llegara el momento de separarse.

Durante el camino, Off veía lo linda que estaba la noche, obscura pero llena de nubes, esponjosas nubes que advertían que llovería.

Era preciosa y a esto se contrastaba la bonita sonrisa de Gun, que mostraba sus coloradas mejillas.

Aún no perdía aquella vergüenza que lo caracterizaba, al más mínimo cumplido, sus orejas rojas delataban las cosquillas que sentía su corazón.

Al llegar los dos bajaron tranquilamente del auto, Off ayudó a Gun y se dirigieron a la entrada.

Pero fueron interrumpidos por un molesto Tay que no dudó en irse sobre Off a empujones, alejándolo del brazo del pequeño.

-¡Gun! ¿Estás bien? - se acercó a él y tomó entre sus manos el rostro del pequeño - ¿Te hizo algo?

El cuerpo de Off ardió de celos al ver como Tay lo sostenía, pero intentó guardar la calma.

-Tay, cálmate estoy bien - dijo Gun intentando salir de aquel agarre.

-¡No! te dije que no te acercaras a él - la mirada desesperada de Tay se detuvo en el pecho de Gun, y esto sólo fue la gota que derramó el vaso.

Se dejó ir a golpes a Off, era un vaivén de puñetazos y gritos por parte del pequeño que no sabía como detenerlos.

Off intentó contenerse, sin embargo, este le provocó y comenzó a golpearlo de igual manera.

Gun intentó separarlos, aún sabiendo que sería inútil y entre tantos forcejeos, hubo un golpe al aire que terminó impactándose en el rostro del pequeño.

Aquel, había sido Tay que al intentar golpear a Off, Gun fue quien lo recibió.

Ambos se detuvieron al ver cómo su boca comenzaba a sangrar.