"He aprendido a sobre llevar mi ceguera, aunque he llegado a agradecer el hecho de que ahora ya no puedo ver la maldad que tiene este mundo, sí... es lo que más agradezco". -GUN.
"De haber sabido lo que aquel día pasaría, jamás le habría insistido p...
No había necesidad de que algo fuera dicho, ambos lo sentían y sólo dejaron que sus corazones actuarán.
Gun intentaba seguirle el ritmo al mayor, pero era difícil, él nunca había besado a nadie, todo lo contrario a Off que parecía saber muy bien lo que hacía.
Los suaves movimientos, lentamente se hicieron más profundos y largos, ambos sentían que de sus cabezas salían fuegos artificiales. Poco a poco, Off intentó profundizar aquel "primer beso" acercando (como si eso fuera posible) más el cuerpo del menor, como si quisiera fusionarlo con el mismo y mordiendo sus labios que no tardaron en enrojecerse aún más.
De no haberlo detenido, Off jamás lo habría terminado.
-Es...espere... Mmmh, Off - susurraba el menor entre besos - detengase por... favor... - dijo mientras alejaba al mayor con sus manos.
-¿Qué sucede? ¿Acaso piensas negarte a lo que sientes por mi? - preguntó sin soltar su agarre del pequeño.-
-Va muy rápido - susurró - apenas y nos conocemos.
-¿Eso realmente importa? - dijo plantando un pequeño beso en los labios de Gun.-
-Me gustas y te gusto ¿Cuál es el problema?
-Yo no he dicho que me gusta... -replicó el menor soltándose de Off y colocándose a espaldas de él.-
Off se acercó, rodeo con ambos brazos la cintura de Gun y colocó su cabeza en el hombro derecho de este.
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-¿Por qué seguir negandolo? ¿No soy lo suficiente para ti?
-¿Por qué sigue poniendo palabras en mi boca, yo jamás diría eso - dijo en un tono molesto mientras de sus labios salía un puchero.-
-Acéptame Gun, acepta salir conmigo - suplicó - yo sé que esto es muy rápido, que quizá aún no lo asimilas. Pero créeme que ya no resisto, me has vuelto loco, no consigo concentrarme en nada por que apareces tú y desordenas mi mente.
-No diga eso, me está poniendo nervioso - decía el pequeño cubriendo su cara con ambas manos.-
-No tengas miedo, no te lastimaré, acepta conocerme - rogaba el mayor - vámos pequeño, no seas tan tímido.
El silencio se hizo presente, lo único que se escuchaba era el ruido que emitían las olas del mar junto con la brisa de los árboles.
