24. Cuatro cervezas y Justin Timberlake.

42 3 2
                                    

Escuché con paciencia a la señorita Xodra decirme, por milésima vez, que era mejor tener camarones que canapés en mi exposición y que mi decisión de champaña no había sido la más acertada.

Intenté no poner los ojos en blanco, porque sabía lo estresada que estaba, pero esa mujer me exasperaba.

La chica seguía y seguía hablando de logística y de otras cosas que la verdad no me interesaban cuando mi teléfono comenzó a sonar.

-Ups, no lo puse en silencio-me disculpé sin hacerlo realmente y me levanté de mi asiento-, continúen sin mi, quizá es importante.

Lo que quería era salir de ahí cuanto antes.

Me alejé un poco de la sala de juntas y contesté sin ni siquiera mirar al número. La verdad me importaba muy poco si era alguien intentando ofrecerme una tarjeta de crédito o extorsionarme... A este punto tomaría lo que fuera para tardarme lo más posible y perderme toda la cháchara de la señorita Xodra.

-¿Hola?-contesté

-¿Valedithya?

Mi corazón dio un vuelco.

-No debería estar sorprendida, pero después de más de diez años pensé que tus habilidades de acosador habían desaparecido-me reí.

Escuché como Sebastián suspiró, así que decidí tomarme su llamada en serio.

-¿Qué pasa?

-¿Crees que nos podamos ver en 15 minutos?

Miré hacia la sala de juntas y suspiré.

-Podría escaparme un rato, si.

-Te mando la ubicación entonces-y colgó.

Fruncí el ceño pero era evidente que algo le preocupaba.

-¿Todo bien, señorita Host?

Ugh, la señorita Xodra no podía no dejarme respirar un segundo.

-No lo sé, pero tendré que dejarlos por un rato, surgió algo y tengo que atenderlo de inmediato-dije mientras sentía la vibración del teléfono en mi mano, Sebastián me había mandado la ubicación.

-Pero mañana es la inauguración de su exposición y todavía tenemos que acordar y arreglar los últimos detalles.

Suspiré pero traté de dejarle de sacar canas verdes a la pobre mujer poniéndome de su lado.

-Tengo fe que lo que sea que falte por ver, usted podrá ponerse a cargo y ocuparse de ello, no hay necesidad de que yo esté presente en lo que resta de la junta, si hay algún problema siempre puede comunicase conmigo mandándome un correo e inmediatamente la atenderé, confío en usted- terminé y sonreí mientras tomaba mis pertenencias de la sala de juntas-. Con permiso muchachos, tengo que irme pero la señorita Xodra quedará a cargo.

Pasé a lado de ella y le di unas palmaditas en el brazo mientras ella se quedaba pasmada en su lugar.

No tenía sentido, de verdad no lo tenía.

Me había detenido frente a la puerta pero simplemente no tenía las agallas de tocar la puerta pues no quería que todos los recuerdos se apoderaran de mi y me llevaran al abismo de las memorias.

Ahora era yo la que se encontraba pasmada en mi lugar muerta del miedo por no saber que es lo que teníamos que hacer los dos ahí.

Mi teléfono comenzó a vibrar y vi que era Sebastián el que llamaba, y era lógico pues ya tenía 10 minutos de retraso, los cuales había estado encerrada en mi carro armándome de valor para bajarme del carro y subir al piso.

It's complicatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora