Hilda peinaba con cuidado su melena azul aun húmeda mientras veía su reflejo en el espejo del baño. Muchas veces se cuestionaba si había heredado algo de su padre, quizás sus ojos o su cabello, pero aunque preguntara nadie parecía dispuesto a responder.
- Tal vez sus ojos... - Dijo suavemente mientras ponía su mano en el espejo.
En la habitación continua se escuchaba la suave melodía que constantemente tocaba el rubio acompañada de un silbido.
La peliazul dejó escapar una sonrisa mientras recordaba lo que para él significaba esa melodía y porque la tocaba. Podía llegar a decir que sentía envidia del chico; sabía quien era su padre y tenía hasta un recuerdo precioso de su progenitor.Pronto el recuerdo reciente de lo que había ocurrido con su compañero le borró la sonrisa. Llevo su mano a su mejilla recordando el tacto de su mano, fría pero agradable.
Las ideas en su cabeza comenzaron a dispararse en todas las direcciones, ahora más que nunca no sabía cómo sentirse por lo ocurrido.¿Acaso lo que él sentía por ella era más de lo que creía? ¿Podría ser posible que sintiera lo mismo que ella? ¿Quiso... besarla?
Poco a poco el rubor se hizo presente en su rostro, poniéndola más roja que un tómate al tiempo que sus labios se curvaban en una tímida sonrisa. Pero su mente volvió a la realidad cuando de un momento a otro la música se detuvo y se escuchó un ruido desafinado, como si hubiesen arrojado el instrumento.
Hilda salió del baño rápidamente para asegurarse que todo estaba en orden, quizás el efecto del hechizo volvía a hacer de las suyas, sin embargo, no era eso. Eddie estaba sentado en la orilla de la cama con la vista perdida en el suelo de madera viendo la guitarra.- ¿Qué ocurrió? - Preguntó ella acercándose a la escena.
- Nada. - Le respondió él fríamente recogiendo el artefacto. - Solo se me resbaló.
De alguna manera aunque quisiera creer aquello que había dicho, no podía. Sabía que no era el motivo, podía sentirlo.
- ¿Quieres volver a tocar esa melodía? - Trato de animarlo a continuar con lo anterior. Pero el rubio negó con la cabeza, no estaba de ánimos.
Antes resultaba tan cotidiano repetir una y otra vez la misma canción sin problemas, pero ahora le producía una sensación de melancolía y nostalgia.
La chica se sentó en el otro extremo de la cama y analizo la situación, si el problema era la canción algo estaba ocurriendo en la cabeza del chico con respecto a ese tema, con su pasado y posiblemente su padre.
Podría haber optado por quedarse callada o cambiar a otro tema completamente diferente, pero quizás de alguna manera podría ayudar a su amigo con lo que sea que le ocurriera.- Algo te sucede pero no quieres hablar. - Le dijo la peliazul mirando el techo de la habitación.
- Te he dicho antes que no me gustan las conversaciones...
Hilda no dijo nada, aunque él le dijera eso sabía que con ella era diferente. Casi siempre estaba dispuesto a responder sus preguntas y eso era más que suficiente.
- Pero aún así respondo tus preguntas, lo sé. - Volvió a hablar el rubio.
- ¿Y responderás las que haga ahora?
Pero no hubo respuesta por su parte. No sabía como interpretar eso exactamente, si bien podía ser una afirmación, también podía ser una negativa. Aún así no sabría hasta qué preguntara algo.
- Eddie, ¿recuerdas a tu padre? - Dijo la chica en un tono amistoso.
Él asintió mudo tratando de ocultar sus emociones respecto al tema, precisamente el mismo que lo había llevado a dejar caer el instrumento de cuerdas.
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Nuevas raíces: La aventura de Hilda y Woodman
FanfictionHan transcurrido 10 años desde que Hilda se fue del bosque para vivir en Trollberg con su madre y Twig. Algunas cosas habían cambiado en la vida de la chica de cabello azul. Tenía problemas que hace tiempo no hubiera imaginado que llegarían. Como l...