Aquella noche de noviembre de 1940, en Neuengamme

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Narra Nathaniel

Nathaniel: ¿Q-que t-ti-tipo de trato?

Alexander: Bueno... Yo te hago mío y no te matan

Nathaniel: ¡¿Q-Que?!

Alexander: Lo que has oído

Nathaniel: ¿T-T-Tienes e-esa autoridad?

Alexander:

Tragué saliva, dándole a entender que le daba el beneplácito

El comenzó a besarme. Sus labios me gustan pero a la vez no. Era una mezcla extraña. No sentía lo mismo que con Estéve, que sentía un asco brutal

Me metió la mano por debajo del pijama y comenzó a tocar mis pezonenes

Nathaniel: grññññ~

No se por qué gruñí. Alexander lo tomó como una señal de que no me gustaba, y, es verdad, no me gustaba, pero tampoco lo odio

Alexander: ¿Paro?

Nathaniel: No, tranquilo

El me quitó el pijama y comenzó a lamer mis pezones

Después de un rato así, fue bajándome hasta dejarme a la altura de su pene. Me miró y la mirada con la que se me dirigía daba a entender lo que quería.

Le quité el cinturón y le bajé el pantalón

Salió su pene, que estaba en estado de semierección

Me lo metí en la boca. Era bastante grande. Cuando llevábamos un rato así, me cogió de la nuca para que me lo tragase toda. Se corrió sin previo aviso

Me tragué toda su corrida

Me elevó y me dió un beso en los labios, limpiando lo que quedaba de su leche.

Luego, me dejó en la cama, me bajó los pantalones y empezó a dilatar mi entrada

Después de meter el tercer dedo, metió su pene

Dolió un poco, pero no dije nada

Al final, empezé a notar un líquido caliente en mi entrada: Se había corrido.

Sacó su pene de allí, me dió un beso en los labios y me dijo:

Alexander: Ha estado perfecto. Ahora vístete que te voy ha acompañar a tu cuarto

Nathaniel: De acuerdo

Caminamos los 2 juntos hasta mi habitación. Me costó caminar, me dolía. No dije nada por razones que desconozco

Ha sido un día muy confuso

Se despide, Nathaniel Kurtzberg

1 Diario, 2 Historias, 2 CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora