El mal del mundo

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Narra Adrien

26 de agosto de 1942

Me asusta lo que pasó con Fire Fox el lunes. No era yo. Aunque me gustó. Y lo volvería a repetir. No quisiera dañar la relación pero el esta ausente; por lo que a mi tampoco quiero poner yo todo en el asador. Todo es complicado

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27 de agosto de 1942

El cumpleaños de Marc ha salido en redondo. A las 10:30 de la mañana llegaba Nathaniel con Marc. Luka, Rich, Pilar, Sebastián y Lourdes se habían presentado media hora antes.

Narra Nathaniel

La ilusión que me hizo ver el júbilo de Marc al entrar a la mansión Agreste fue enorme. Nos lo pasamos bien. Comimos, reímos, bebímos. A las 17:30 ya nos ibamos todos, después de ayudar a limpiar a Adrien

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Narrador omnisciente

28 de agosto de 1942

Después de la fiesta en la mansión Agreste, los otros restantes se fueron de fiesta a casa de Luka, sin el rubio; por eso, Nathaniel no pudo ir a la floristería esa mañaña.

Al levantarse el pelirrojo no había nadie. Debían estar con la abuela en la floristería. Decidió tomarse el día libre y ya recuperar la semana siguiente.

Como el pelirrojo se aburría, emprendió el camino a la mansión Agreste

Narra Nathaniel

Me dirigí a la Mansión Agreste y toqué a la puerta. Me abrió la secretaria del señor Agreste. Como supongo que ya se acordaba de mi otras veces, me dejó pasar sin hacer preguntas.

Subí al cuarto de Adrien y este estaba leyendo. Estaba con gafas. Esas gafas que tanto me ponían

Nathaniel: Hola Adrien

Adrien: Buenos días Nath

Dejó de prestar atención a su libro y me dirigió una mirada que me enamoró más de lo que ya estaba. Golpeó el sitio vacío que tenia a su lado en el sofá

Adrien: Tienes ojeras ¿Has dormido bien?

Nathaniel: No, no, si no es eso. Es que ayer estubimos hasta las 1500 de fiesta ¿no te enfadas, no?

Adrien: No, si, nada más acabar de limpiar me fui a dormir

Nathaniel: Ah... Vale... Oye...

Adrien: Sí?

Nathaniel: ¿No te he dicho nunca lo mucho que me pones con gafas?

Las mejillas del rubio se tornaron de color carmesí

Adrien: Bueno... Pues... Si te ponen... Es lo único que no me voy a quitat...

Nos comenzamos a besar en una pelea de lenguas en que los dos estábamos igualados

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Narrador omnisciente

Mientras, en la parte baja de la mansión Agreste, un hombre de pelo blanco y gafas que hacía pocas horas que había vuelto de un viaje a Milán, se disponía por razones desconocidas a subir al cuarto de su hijo

Gabriel llamó a la puerta, pero al no oír respuesta entró igualmente en la habitación del rubio.

Y vió el espectáculo...

1 Diario, 2 Historias, 2 CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora