Un agitado mes de noviembre

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Narra Nath

Viernes, 14 de noviembre de 1941

Querido Edgar,

Últimamente no tengo ganas de nada. Ni de comer ni de dormir. Me siento muy solo.

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Sábado, 15 de noviembre de 1941

Estimado Edgar,

Hoy ni he ido a la sinagoga. Recordando las palabras de la abuela Marie-de-Lorette me he encerrado en mi cuarto ha hacer lo que tenia que hacer

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Lunes, 17 de noviembre de 1941

Queridísimo Edgar,

Rebeca hoy se ha visto muy encima de mi. Y es normal. Debo de tener un aspecto horrible. No como, no duermo y el sábado no fui a la sinagoga...

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Miércoles, 19 de noviembre de 1941

Querido Edgar,

Hoy estaba medio atontado en la clase de Don Domingo. Entonces el se ha percatado, desgraciadamente

Don Domingo: A ver, el maricón pelirrojo, quieres dejar de pensar en penes y poner atención en la clase?!

Exploté. No tenía el día para fiestas

Nathaniel: ¿Disculpe? Oiga, a mi me trata usted con educación que yo nunca le he faltado el respeto

Don Domingo: ¡Me cago en tu puta madre!¡Encima de marica, me contesta!

Eso ya colmó mi paciencia

Bajé al artril de Don Domingo y le metí una patada

Nathaniel: ¡¿Que ha dicho de mi madre, so cerdo?!

Le fui metiendo patadas hasta que Amparo y Juan Carlos me sacaban del aula arrastras.

Estábamos en un pasillo de la universidad, donde Amparo y Juan Carlos me estaban ayudando a relajarme.

Apareció el rector

Rector Navarro: Müller, puede acompañarme a mi despacho, por favor?

Hice caso al rector. Amparo y Juan Carlos me miraban con preocupación cuando me iba por el pasillo

Cuando llegamos al despacho del rector, este hablo

Rector Navarro: En primer lugar, lo siento por tu tía Trinidad. Me acabo de enterar ahora. Se ve que teníais mucha relación

No dije nada

Rector Navarro: Fabian, se que la muerte es algo horrible y que cuesta de aceptar, además que Don Domingo es un ser insoportable. He estado hablando con él antes de llamarle y le he logrado convencer de que no haya denuncia. Pero si va haber castigo...

Levanté la mirada a modo de canal fático

Rector Navarro: ... No vas a volver a poder pisar esta universidad...

No quise decir nada. Tan solo le dediqué una mirada triste y me fui del despacho. Cogí mis cosas de la taquilla y me dirigí a la estación. Tenía ganas de llorar. Muchas pero me aguanté hasta que llegué a casa. Allí estaba Montse

Montse: ¿Oye que ha pasado en la universidad con un tal Don Domingo?

Le dediqué una mirada triste

Montse: Nathaniel...

Nathaniel: ¡DÉJAME!¿VALE?¡DÉJAME!

Dejé a la pobre Montse en shock

Nathaniel: L-Lo siento... No quería

Me metí en mi cuarto y llegó Paz

Paz: Ya me he enterado ¿Que a pasado con el capullo de Don Domingo?

Yo estaba llorando, y entre lágrima y lágrima le conté todo lo que habia ocurrido

Paz: Vaya... La verdad que se lo merecía...

Seguía llorando

Nathaniel: Dile a Montse que no vou a ir a comer

Paz: Vale...

Paz me dió un beso en el pelo mientras yo lloraba estirado, como si fuese mi madre. Fue un beso maternal. Me recordó a ella. Oí la puerta cerrarse lentamente y a los pocos minutos me quedé profundamente dormido

Tuve un sueño, pero era todo muy nítido y ahora no podría decir con exactitud que era.

Me he levantado y el despertador que tenía al lado de mi cama marcaba las 2:00. Había dormido casi 10 horas. Tenía hambre. Por lo que fui a picotear a la cocina. Luego te he escrito.

Siempre tuyo, Nathaniel Kurtzberg

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