Capítulo 7
Samy
Nos besamos con desesperación, no sé por qué no lo detengo, sólo sé que me gusta. Él mete su mano por debajo de mi blusa y acaricia mi abdomen. Escucho un ruido que proviene de la puerta y empujo a Liam con todas mis fuerzas.
—Eh.. Disculpen... No fue mi intención. —dijo Anny tratando de no explotarse de la risa.
Me paro de la cama y sé que mis mejillas están más rojas que un tomate —Eh.. Yo..
De la vergüenza ni quiero mirar a Liam, miro a Anny y ella sabe lo que quiero.
—Amiguis te viene a buscar, te necesito.
Es lo bueno de tener mejor amiga, sólo con una mirada nos comunicamos, no necesitamos palabras.
—Ok —me arreglo la blusa y salgo sin mirar a Liam.
Anny se para en frente de mí — Mmm picarona, ¿No pudieron esperar llegar a un hotel?
Le doy una risa nerviosa —¡Anny!
—Bueno, y cuentame, ¿Cómo llegaron a la cama?
—Eh... Anny, no me hagas preguntas —aparto la vista.
—Mmm bueno, cómo digas, ¿Vamos a la piscina?
Asiento y nos vamos. Al llegar todos están dentro del agua.
—¡Hey Samy!, ¿No te piensas entrar? —dice Summer.
—Sí, ya voy.
—Chicos, ¿Qué tal si vamos al río? —comunica Dereck, saliendo de la piscina.
Los chicos asienten.
—Yo iré a mi casa a buscar algunas ropas, vuelvo enseguida.
Esther sale de la piscina y nos dirigimos a la casa, al pasar por la cocina nos encontramos a Liam; él está sentado en el piso con sus codos en la rodillas y sus manos sujetando la cara.
—Hey Liam, ¿Qué tienes? —le pregunta Esther.
El levanta la mirada y mis ojos se encuentran con los de él —Nada, sólo estoy un poco cansado.
—Ah, ok. —dice Esther.Él se levanta —Y ustedes.. ¿Se van tan temprano?
—No, sólo vamos a buscar algunas ropas, iremos al río —le dice Esther.
Él me mira —Si quieren las puedo llevar, su casa está muy lejos de aquí, ¿Qué dicen?
Aclaro la garganta —No, nos podemos ir en bus.
Él se acerca —De ninguna manera, las llevaré.
—Ya dije que no.
Se acerca más —Y yo dije que sí.
—Hey... ¿Y ahora? Samy, la casa está súper lejos y no tenemos dinero para irnos en bus, dile que sí. —dice Esther.
—No —me volteé para seguir caminando, cuando voy a llegar a la puerta, él me agarra por el brazo haciendo que me voltee.
—¡Eres muy terca!
Me suelto del agarre —Sí y, ¿Qué?
—¡Samy por favor! No van a llegar ahora, su casa está súper lejos.
La verdad no me quería ir a pie, pero tampoco quiero irme con él, lo que pasó en el cuarto no lo supero, no voy a negar que me encanta Liam, pero no sé nada de él, si sé que nos conocemos desde pequeños pero él se fue hace seis años y llega como un total extraño para mí.
Me decido por que él nos lleve, mi casa está súper lejos y la verdad, no quiero caminar.
Subímos al auto de Liam y nos fuimos, el viaje no fue silencioso ya que él y Esther se la pasan hablando pluma de burro, el camino se hizo corto y al fin llegamos a la casa, ojalá y no nos pase nada. Todavía estamos medios alcoholizados por así decirlo, si le ven los ojos a Esther entenderán lo que les digo, en cambio, yo tengo unas ojeras de todo el tamaño y en realidad parecemos chicas de "the walking deat".
Entramos a nuestro hogar, Sophia cuando me vio, me abrazó de inmediato —¡Samy! Te extrañé mucho.
—Hola princesa, yo también a ti.
Montse bajó las escaleras —Se dio dura su rumba.
—Ya lo sabe —dice Esther.
—¿Qué les dio? —dijo montse con una mueca —Parecen zombies.
Esther se ríe.
Íbamos subiendo las escaleras dispuesta a entrar a nuestra habitación, cuando aparece nuestro padre —¡Oh, que bonito!
—Papá, iremos al río con los chicos. —comunico.
Se acercó a nosotras —¿Se han vuelto locas? O qué, ¿se hacen? Ayer se van, lo primero que les digo es que lleguen temprano y mira lo que hacen, a qué hora llegan, ¿Ustedes creen que se pertenecen?
—Disculpa papá —bejé la mirada.
—Disculpa nada, anoche sophi se puso mala, y yo no sabía qué hacer, y las muy doñas por ahí, no se sabe en dónde.
—Ay papá, no es para tanto —dice Esther caminado a su habitación.
—¿Qué no es para tanto?
—Eso mismo, lo que escuchaste — dice.
—¿Quién te crees para hablarle a tu padre así?
—No me creo nada, soy lo que soy, ni más ni menos.
Dos minutos le tocó a mi padre en estampar su mano en la mejilla de Esther. —¡Respéteme, yo soy su padre!
—¡A mi no me vuelvas a poner una mano encima! —dijo agarrando su mejilla.
—¡Yo soy el padre no tú, me debes respeto!
—Pss... Disque respeto, eso no va contigo, o dime cuando sólo mamá tenía par de meses de muerta y ya te ibas a acostar con otra, dime, ¿A eso se le llama respeto?, ¿qué ni siquiera respetaste nuestra casa?
Al oir decir eso mi padre le dio otra bofetada que casi la hace caer —¡Papá ya basta! —le digo firme —¡Ya basta!
Se volteó y me golpea a mi también —Tú también eres otra, no te quedas atrás —me dio tan duro que me partió el labio inferior, mis lágrimas salieron de una vez.
Las chicas subieron corriendo — Papi, no les pegues —dice sophi.
—Se van a su habitación y están castigadas, no saldrán al menos que yo lo diga.
Se fue y nos dejó ahí. Entré a mi habitación me tiré en la cama y grité en frustración —¿Cómo se atrevió a pegarnos de esa manera?
Esther entra a mi habitación, ¿No vas para el río?
Me senté en la cama —No lo sé...
—¿No vas a ir?
Me paré —Pensándolo bien, claro que voy, nos escapáremos.
Buscamos todo lo necesario y salimos de la habitación, caminamos escalera abajo y nos dirigimos a la puerta, la abrimos con cuidado y salimos, entramos al carro y nos fuimos.
Llegamos rápido a la casa de Dereck, cuando llegamos no duramos ni dos minutos en irnos para el río.