Capítulo 4
Al llegar, me estrello con Deysi, quien va caminando hacia la salida de la casa.
—Oh disculpa. —dice.
—No, no hay problema —digo entregándole su bolso. —¿Ya te vas?
Asiente —¿Ya se acabó la fiesta?
—No, salí antes que los chicos, me dolía un poco la cabeza.
—Ok... Bueno, pues que te mejores, ya es hora de irme a casa.
—Ok, bye.
Entro a casa y encuentro a mi padre sentado en el sofá.
—¿No estabas en la fiesta? —dice cuando me ve.
Esquivo la pregunta —¿Dejaste ir a Deysi sola a su casa? —contraataco.
Él alza una ceja —Decidió irse en su auto, puesto a que las chicas están durmiendo y Ramona ya se fue.
—Oh, bien, bueno, estaré en mi habitación.
Comienzo a caminar dirigiéndome a la escalera, cuando lo escucho hablar.
—Nena, ¿Te pasa algo?
Me detengo pero no volteo hacia él y hablo.
—No.
—No te creo, eres mi hija cariño, te conozco mejor que nadie.
Me volteo regalándole una sonrisa de boca cerrada.
—No es nada papá, sólo estoy un poco cansada, es todo.
Me tiro en mi cama mirando hacia el techo, pensando en todo el caso de esta noche, en si de verdad fui dramática en irme de la fiesta y no avisarle a nadie, en que siempre me la paso aburrida, en fin, en toda mi vida.
Liam ni siquiera me ha llamado, de seguro ni notó que no estoy en la fiesta, "con lo borracho que está, no digo yo"
Cierro mis ojos por algunos minutos para olvidarme de todo el rollo de esta noche, de repente escucho a alguien queriendo entrar a mi recámara. Abro los ojos y espero que entre.
—¡Samy! —dice.
Como ya sé quién es, le lanzo mi almohada, esta choca con la cabeza de Anny.
—¿Por qué te quedas ahí? —le digo.
—Porque no te vi.
—Ven, entra —se acerca sentándose en la esquina de mi cama. —Gracias por vernir —digo.
—¿Por qué te fuiste?
—No me sentía para nada bien ahí, todos estaban en lo suyo y pues yo estaba sola, Liam no me hacía caso, además estaba pensando en mi madre, etc..
Se acerca y me da un abrazo —¡Ya! Todo pasó, sólo concentrate en lo positivo, como por ejemplo, la universidad, seguir adelante, vivir la vida al máximo y listo.
—Sí, tienes razón —digo despegándome —Y, ¿Ya sabes lo que estudiarás?
—Sip, diseño gráfico, me voy a especializar en pintura y esas cosas. ¿Y tú?
—No sé, me encantaría estudiar educación, ya sabes, inicial.
—Ok, eso está muy bueno.
—Sí, y, ¿Cómo te enteraste que no estaba en la fiesta?
—Después de bailar para Dereck. —alzo una ceja y ella continúa. —Le pregunté a las chicas por ti, ellas me dijeron que tenían rato sin verte, te busqué por todos los lados hasta que me acordé que estabas media rara, y pues, supuse que estabas aquí, y por lo que veo no me equivoqué, después de todo soy tu mejor amiga, te conozco. —me giña un ojo.
En mi rostro, se dibuja una sonrisa antes de hablar —¡Gracias! Oye, quédate a dormir aquí, plis.
—Ok, pero avisale a mami.
—Avisale tú, tú eres su hija.
—Dale, ella aceptará sólo si tú se lo pides.
Agarro mi celular y le marco a Jesy, al tercer repique, contesta.
—Hola, cariño —dice
—Hola, la llamo para pedirle que deje dormir a Anny aquí en mi casa, plis.
—¿Ella no está en una fiesta? —dice.
—No, está aquí conmigo.
—Pues dile que se venga para la casa ahora mismo.
—¡Jesy!
—¡Samy! —imita mi voz.
—Por favor, por favor, si, si.
—Ok, está bien, pero mañana tiene que estar aquí a primera hora, ¿De acuerdo?
—¡Sí señora!
Colgó y apagué mi celular.
—¿Qué dijo?
—Que si, pero mañana a primera hora tienes que estar allá.
—Mami está loca, ¿Se le olvidó que mañana entraremos a la uni?
—¿Y?
—Que no iré a casa para luego ir a la uni, mejor me voy por aquí mismo.
—Bueno, tienes razón, pero ella es tu madre, y pues no me meto en sus pleitos.
—Ella no dirá nada, la conozco.
—Ok, vamos por algo de cenar, muero de hambre.
Salimos de la recámara y llegamos a la cocina, fuimos de balde porque en el refrigerador no había nada, y tuvimos que pedir pizza.
Y no me quejo, ¡Amo la pizza!
Subimos a mi habitación, y en menos de media hora mi padre nos entregó la pizza.
La devoramos y nos acostamos para reposar un poco.
—Oye, ¿Dereck sabe que estás aquí?
—No, no le avisé.
Escuchamos un sonido y es el celular de Anny, por su cara se que es Dereck.
—Hablando del rey de Roma —dice sentándose en la cama.
—¿Dereck? —alzo una ceja.
Ella asiente y contesta.
—Estoy donde samy —dice, hay una pausa y ella responde —No quería molestar y vine en un taxi, otra pausa —¿Qué? —arruga sus cejas —¿Estás loco?
Y colgó, ¿Qué pasó?
—¿Quién se cree ese estúpido?
—¿Qué pasó? —me siento al lado de ella.
Se ríe —Me dijo que salga de aquí y que vaya a la fiesta ahora mismo. Pero yo te digo a ti. ¿Está loco?
—Tranquila amiga, sólo es la borrachera.
—Que borrachera ni que nada, eso no le da el derecho de mandarme como si fuera una nena, que se joda, que me espere bien sentado y de lado para que no se canse.
Eso me hizo explotarme de la risa, ganandome una mirada mal de Anny.
—Ya, ya —subo mis manos en son de paz.
—Sí, sí, mejor vamos a dormir. —se acuesta, yo hago lo mismo.
—Anny —digo.
—¿Uh?
—Relájate.
—Samy, ya —dice con voz exasperada.
—Anny, ya de verdad, deja de pensar tanto, tranquilízate y duerme, mañana será otro día.
—Eso hago pero tú no me dejas —aush, eso dolió —¡Buenas noches, samy!
Me aclaro la garganta —¡Buenas noches, Anny!
Xx