Por amarte así [ TERMINADA ]✔

"Los regalos"

Capítulo 10

¿Montserrat con novio?

Esto es el colmo, primero llega el vecinito con un ramo de flores y besa a sophi, ¿Y ahora esto? ¡¿Qué estoy pagando padre para merecer esto?! Sí, a veces soy muy dramática no me culpen.

Logré alcanzarla, esta chica corre rápido, ¿Dónde aprendió hacer eso?

—Uff —dije agitada —¿Dónde carajos aprendiste a correr así?

Estamos en su habitación, ella se acuesta sobre su espalda en la cama y yo hago lo mismo.

—Di lo que tengas que decir — dice ella mirando hacia el techo.

—¿De verdad él es tu novio? — solté sin más.

—Sí, ¿Qué te sorprende?

Me siento en la cama, ella hace lo mismo.

—No te voy a reprochar, sólo quiero que tengas cuidado, no tienes edad para tener novio, tampoco es que te lo estoy prohibiendo, al contrario, sé que Dylan es un gran chico, pero tienes que cuidarte, nada de besos en la calle ni nada por el estilo.

—¿Te he dicho que a veces pareces una vieja dando consejos?

—Sólo quiero cuidarte, eres mi hermanita —digo sobándole la mejilla.

—Tengo doce años samy, a veces creo que te confundes, con sophi y yo.

Me río —No, las conozco muy bien a las dos, y dime, ¿Cómo fue que se hicieron novios? —digo moviendo mis cejas.

Se puso roja —Eh... Bueno, yo estaba buscando un chocolate en la nevera, él llegó y me besó, me dijo que yo también le gustaba.

—¿Te besó?, ¿ya te diste tu primer beso?

—¡Si samy y fue genial! —se tiró en la cama.

—¡Oh Dios!... Mi hermanita está creciendo.

Sophi entra a la habitación y se queda mirándonos.

—¿Qué hacen? —pregunta.

—Eh.. Señorita, ¿Me puedes decir que te traes con el vecinito? —le digo.

—Aah... Sólo somos amigos, por ahora. —movió sus manos frente a ella.

Montse está muerta de la risa. —¿Por ahora? —repito —Estás muy freca, déjame decirte.

Sophi levanta una ceja —Eh.. ¿No me van ayudar a destapar mis regalos?

—¿A esta hora? —dice montse.

—Sophi, por qué mejor no esperamos a mañana, ya está muy tarde y es hora de irse a la cama.

Se subió a la cama refunfuñando, pero logró dormirse, al fin y al cabo estaba cansada, salí de la habitación y bajé a la sala, ahí estaba Esther, me acerqué y comenzamos a charlar, ver películas y a comer palomitas, eran las dos de la mañana y todavía seguíamos despiertas.

Por mitad de la película se prenden los bombillos y vemos a mi padre al final de la escalera con la vista fija en Esther y en mí.

—¿Se puede saber qué hacen despierta a esta hora?

—Estamos viendo películas, es obvio —dice Esther rodando los ojos.

—Eso lo sé, no soy idiota.

—No parece —Esther balbucea.

—¿Qué dijiste? —se acerca mi padre.

—Se van a la cama ahora, ¿Es que no saben lo que es un castigo? Si no quieren que les quite los celulares y no deje que vengan sus amigos, mejor me obedecen, ¿Estamos claros?