Capítulo 13
La casa se siente vacía cuando la chicas están en el colegio, pero desde que llegan todo mi argumento cambia.
Y eso es lo que hago ahora mismo, mis hermanitas acaban de llegar junto a mi padre y ya pusieron la casa de patas para arriba.
—Sophía, te dije que dejaras de brincar en el mueble.
—Ya voy, mira este ultimo salto. —dice agitada —Lo aprendí ayer.
—No quiero ver nada, si te caes va a ser peor, así que baja ahora mismo.
—¡Atrápame! —y se va corriendo escalera arriba.
—No te preocupes pajarita, yo te agarro.
—No dejes que te enseñe el famoso salto —dice montse —Si la dejas, se pasará la semana entera en eso, créeme. —se sienta en el mueble.
—Lo sé, la conozco mejor que nadie, y tú, ¿Cómo te fue en el cole?
—Súper, ya se están acercando las pruebas nacionales y tengo miedo. —deja caer la mochila al suelo.
—Mmm... Eso no es nada, no te lleves de los rumores, sólo estudia y cree en ti, es todo.
—¿Me vas a decir que no te dio miedo?
—No te lo voy a negar, pero eso no es algo del otro mundo, la pasarás, eres súper inteligente.
—Mmm... Bueno, ahora vuelvo, deja subir mi mochila y bajo a comer.
—Ok.
Me levanto del mueble y salgo al patio trasero, por cierto, Luna está muy chiviríca, casi ni la veo porque se la pasa en casa de los vecinos junto al perrito que hay allá.
Sentada en el banco, agarro mi celular para llamar a Liam, suena y lo coje.
—¿Amor? —dice.
—Sí, oye, ¿Te gustaría venir a mi casa en la tardesita?
—Claro cariño. —se ríe.
—¿Qué te causa risa? —entrecierro los ojos, y me siento estúpida porque él no me está viendo.
—De todos modos iba a ir, tengo algo que darte.
—¿En serio?
—Sí.
—De acuerdo, te espero.
—Ok, te amo.
—Yo más. —y colgué.
Luego de algunos minutos entré a casa encontrándome con mi padre.
—Pa, Liam vendrá ahorita.
—Ok, hija, ¿No se cansan de verse?
Abro los ojos más de la cuenta —No, claro que no —me río —¡Amo estar con él!
—Sí, eso lo tengo más que claro. —se va a la cocina.
—¿A qué se debe esa pregunta? —lo sigo.
—No, no es nada —se ríe.
—¿Cómo qué nada? —ruedo los ojos —Si lo dijiste fue por algo.
—Olvídalo nena, soy yo relajando. —me besa la frente.
—¿Por qué haces eso?
—Porque eres mi hija y te amo, ¿Te molesta que te bese la frente? —arruga sus cejas.
—Noo, no hablo de eso, hablo de que comienzas una conversación y no la terminas, siempre haces lo mismo.
—¿De qué hablas? —dice serio.