Capítulo 20: Confío en ti

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Abro mis ojos lentamente y veo a Jimin aún dormido; me siento lentamente en la cama tratando de hacer el menor ruido posible y saco mi celular del bolsillo, leo algunos mensajes y luego lo bloqueo y devuelvo al bolsillo. Volteo a verlo y noto que lentamente mueve sus párpados; abre y cierra sus ojos lentamente mientras observaba a a ambos lados hasta verme.

— Quien... ¿Quien eres tú?

— ¿Como te sientes? — pregunto y acaricio su mejilla.

— Me duele la cabeza — dice, cierra sus ojos y traga —, ¿Que hago aquí?

—Te sacaron de un lugar muy malo Jimin — digo y sonrío — ahora estás aquí, conmigo.

— ¿Quien eres tú?

— Alguien que te considera la persona más importante en su vida — sonrío nuevamente y una lágrima rueda por mi mejilla—, alguien que sería capaz de dar su vida por ti.

— Creo que no te recuerdo — dice y lentamente comienza a incorporarse —, lo siento.

— Entiendo — sonrío y coloco una almohada en su espalda —, te borraron la memoria.

— ¿Que?

— Te borraron la memoria Jimin...

— Pero — hago una pausa —, mi padre me dijo que me había golpeado la cabeza en el río...

— Jimin — digo tomando su mano —, tu padre murió al igual que tu madre.

— Eso no es cierto — dice y niega con la cabeza, sus ojos comienzan a humedecer. — Mis padres no están muertos, mi padre es el jefe...

— No — digo negando con la cabeza —, Jimin, no puedo mentir; tus padres murieron tiempo después de que llegaste a casa.

— Pero... — murmura —, ¿por que debo creerte?

— Por que te amo — digo tomando su rostro con mi mano —, por que eres lo más importante para mí y soy capas de cualquier cosa por ti, no sería capaz de mentirte Jimin.

— ¿De verdad? — pregunta y sus mejillas se ponen ligeramente rojas —, ¿De verdad me amas? No recuerdo nada... No se que decir, no se quien eres, no se tu nombre y tampoco se que sentir ante todo esto.

— Tranquilo — sonrío — poco a poco vas a recordar todo; sólo tienes que tranquilizarte y pensar, recordar lo que pasó antes de que te llevarán los Ocior.

— Ese es el clan de mi padre — dice él — bueno, del señor que dijo ser mi padre.

— Te han mentido Jimin — digo mirándolo fijamente a los ojos —, has sido el blanco de las mentiras toda tu vida...

Nuestras miradas se encuentran; sus hermosos y grueso labios tiemblan, comienzo lentamente a acercarme, sin ninguna preocupación, mis labios anhelan volver a besar los suyos otra vez después de tanto tiempo. A un centímetro de su boca mi corazón late fuerte; desesperado, repleto de sufrimientos y locura. Hasta que finalmente sus labios se unen con los míos en un beso delicado y sincero, siento su mano posarse en mi mejilla; una pequeña mordida a su la labio inferior hace que él suelte un pequeño gemido de dolor, no quiero nada, no quiero nada más que besar sus dulces labios todos los días.

— Jimin — susurro sobre sus labios—, habrán dicho mucho de mí, pero nada de eso es verdad.

— Confío en ti — sonríe —, confío en ti.


El Príncipe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora