●Capítulo 04●

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Sus piernas flaqueaban, de repente el mundo estaba en un completo silencio, solo se escuchaba el latir de su corazón y el trote de la criatura, quien en cámara lenta, se acercaba.

Nunca había luchado sin una espada, su fuerza y su ingenio serían probados por primera vez en una batalla cuerpo a cuerpo con ese gigante ser, pero por más fuerza que tuviera, en ese momento se sentía inseguro, su cuerpo no respondía, y sintió un dolor punzante en su abdomen cuanto el toro atacó con sus cuernos largos y retorcidos. El público gritó más fuerte, disfrutando de la vista del pobre muchacho al ser lanzado con fuerza al otro lado de la arena, rebotando tres veces en el suelo y rodando, ensuciándose la ropa y la piel de arena caliente, tosió varias veces y gimió de dolor, mientras el toro tenía los ojos inyectados en sangre, viendo a su presa débil levantarse tambaleante.

La sangre no demoró en salir, uno de los cuernos logró atravesarlo superficialmente y el dolor era inmenso, como si te abrieran y metieran los dedos en la herida, jugueteando con las entrañas mientras estás completamente consciente.

Piensa...

Un punto débil...

Un arma...

El sol quemaba y la arena no lo dejaba respirar correctamente, apenas y le dio tiempo de esquivar el segundo enbiste de la bestia antes de correr a toda velocidad hasta el otro extremo de la plaza, donde las personas del público se quejaban de la lentitud de la masacre, abucheaban a TaeHyung y le gritaban al toro que fuera más rápido.

Respiró hondo, y decidió que acabaría él con esto, no el toro, no así, si iba a luchar desarmado, no podía morir humillado delante de todos, así que se preparó para correr directo al toro y en cuatro zancadas largas lo tuvo cara a cara, y tomando impulso, saltó directo al lomo del animal, tomándolo por los cuernos con las dos manos y sentándose sobre su espalda, la bestia no aguantó la humillación y empezó a sacudirse con fuerza, tratando de quitar al humano sobre él, pero éste tenía otros planes, y con toda la concentración que ahora tenía y aguantando sus náuseas, se inclinó hacia atrás llevándose al toro consigo, consiguiendo que este se alzara sobre sus patas traseras y perdiera el equilibrio. El pueblo quedó asombrado ante lo sucedido y empezaron a darle palabras de aliento a TaeHyung, estando completamente complacidos con el giro que tomó la pelea. Incluso el príncipe estaba empezando a emocionarse con el enfrentamiento.

La caída que sufrió y el golpe que recibió contra el suelo fue lo de menos, lo mucho que se le dificultaba mantenerse agarrado al toro era el verdadero problema, la rapidez en la que se movió para no ser aplastado por la bestia fue sorprendente, y ahora, en el suelo, abrazaba con las piernas el cuello de la bestia y con sus brazos sujetaba los cuernos, pero el animal se removía con demasiada frustración y gruñía de enojo, mirando aún a su presa, quien lo ahogaba con su abrazo.

El olor a sangre que desprendía la vestidura menor, provocó que el toro moviera su cabeza directo al sitio de donde se desprendía e intentando morder al humano, éste se movió para evitar ser comido, y aprovechando la libertad cedida en su cuello, el animal se levantó de nuevo y arrastró a TaeHyung por toda la arena, y éste cansado de ser tratado como un trapo sucio, alzó sus piernas del suelo y se sostuvo de un solo cuerno, y gritando con fiereza, torció el cuerno con sus brazos y la arrancó de la cabeza de su enemigo, quien con la cabeza sangrante dio un alarido tan alto y chirriante que el publicó tuvo que taparse los oídos, y con el cuerno que le quedaba embistió nuevamente a TaeHyung, que levantó en una mano su nueva arma y la clavó en un ojo de la bestia, quien lo empujó de nuevo sobre la arena, pero al impactar con el, quedó completamente inmóvil.

Hundió con el cuerno todo lo que pudo en la cavidad de la bestia y las patas de ésta cedieron, cayendo inerte al suelo y creando un charco de sangre que se esparció tiñendo la arena de un rojo intenso, y la respiración del animal disminuyó hasta que no se movió más.

Había muerto.

Él había ganado.

Se arrodilló ante la criatura y comenzó a llorar mirándola, mientras el público aplaudía y celebraba la matanza ocurrida, los guardias salieron de su escondite y se dirigían hacia Teseo, quien acariciaba el pelaje de la bestia mientras se disculpaba por haber sido tan cruel, no tuvo elección, era matar o morir, pero sabía que el animal no tenía la culpa, era simple instinto, mientras él solo lo hizo para enorgullecer a su familia.

Lloró encima del animal y no se separó de él hasta que los guardias llegaron y lo levantaron a la fuerza, y levantaron sus brazos en señal de victoria y haciéndolo ver como si fuera el vencedor del siglo.

Estaba feliz de no haber muerto, claro está, pero también pensaba que había sido un insensible. Agradecía a los Dioses por haber ganado, pero también se sentía culpable. Y cuando le dijeron que como recompensa cenaría con el Rey aquella noche, se sintió peor.

La bruja (como empezó a apodar a su madrastra) estaría allí, y hablar con su padre sería difícil, debía encontrar una oportunidad para hablar con él esta noche, pero por ahora, solo quería regresar a la libertad que le arrebataron y prepararse para la cena con la realeza.

Le devolvieron su espada y lo felicitaron por haber matado de manera tan ingeniosa a la bestia que se había enfrentado antes a otros presos y nunca fue vencida hasta hoy. Insistieron una vez más en que él sería un buen guerrero y le dieron fuertes palmadas en la espalda, como si fueran amigos de toda la vida y como si no hubieran entrado a golpearlo varias veces durante el día en que estuvo encerrado.

Al llegar a su habitación fue felicitado por el dueño del lugar y le ofreció una copa de vino para celebrar que mo había muerto en la arena.

Y al acostarse a descansar mientras que esperaba a que anocheciera, recordó algo importante.

No le devolvieron el dinero.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora