●Capítulo 05●

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POV MEDEA.

Supe que el trono estaría en peligro en cuando ese muchacho cruzó la puerta, veía en sus ojos el mismo color café oscuro que los de mi marido, veía en sus ojos su deseo de reinar, veía en sus ojos... el enojo de saber que su padre no consideró esperar por él, todo estaba muy claro.

La primera vez que entró a mi hogar, al hogar de su padre, quise alertar a los guardias de que ese chico tenía un aura maligna, quería que lo mataran, que se lo llevaran muy lejos o hicieran con él lo que quisieran, pero que no se quedara cerca, no. Mi hijo sería Rey, él no.

Lo miré fijamente para que supiera que no la tendría tan fácil, primero tendría que pasar sobre mí para lograr sus objetivos, y el Rey confiaba en mí, no le daría el trono a un simple chico que diga "Soy tu hijo, dame el reino" No.

Esa sonrisa tan competitiva que me lanzó hizo que se me erizara la piel, y sin soportarlo más le dije en el oído a mi marido que un grave peligro asechaba en la sala, y que debía eliminarlo cuanto antes o lo eliminarían a él, y cuando quise indicarle la fuente de peligro, el chico ya se había ido.

[...]

Volvió, podía sentirlo. La noche anterior Egeo pidió más vigilancia para que yo me sintiera mejor, pero ese idiota ni siquiera entendía la realidad del asunto, los guardias no van a servir de nada a menos de que los provoquen, pero hoy, ni siquiera hayaba su rostro entre las personas, las sensaciones de cada una se mezclaban y no encontraba una distinta a.las otras, hasta que un caballero encapuchado se acercó.

Bingo.

Pero era tarde, estaba justo delante de la persona que él quería, debo hacer algo... yo...

- ¡Guardias! Este hombre trata de asesinar al Rey, ¡Matadle! - me puse de pie de un salto y grité lo más fuerte que pude para llamar la atención de todos y evitar que mi hijastro hablara, y vaya que sirvió, pero nuevamente Egeo decidió atrasar mis planes y usó al chico como su entretenimiento, pero está bien, moriría de todas formas... realmente espero que lo haga, o si no le será entregado el premio del vencedor: La libertad y la oportunidad de cenar con el Rey.

De repente empecé a odiar esa regla, pero nunca antes alguien logró veces al Toro de Maratón, así que puedo dormir tranquila por fin, mañana todo acabará.

[...]

Mi hijastro salió a la arena y el temor se reflejaba en su rostro, no era nadie sin su espada, eso estaba claro y cuando recibió su primera embestida, era claro que moriría.

La táctica que usó a la bestia al suelo fue sorprendente, uso una fuerza sobrehumana, una que no vi antes en sus ojos, una decisión que debía temer lo inundaba, y a pesar de lo herido que estaba, continuó luchando... por su vida.

Hasta que apuñaló al animal con su propio cuerno, atravesando su ojo y su cerebro, manchando sus brazos de sangre y llenando la arena del líquido rojo, casi sentí pena por el menor cuando lloró sobre el cadáver, podía sentir su culpabilidad, pero ese no era el plan, él debía morir hoy, pero si no lo hizo aquí, lo haría en la cena, solo debía hablar con mi esposo.

[...]

Al caer la noche, los sirvientes preparaban la mesa, limpiaban y acomodaban todo para que se viera perfecto, incluso para solo celebrar la victoria del muchacho, sacrificaron al mejor ternero y lo asaron deliciosamente, acomodaron los platos y copas, corrían de aquí para allá ordenando todo.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora