●Capítulo 22●

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Su mirada era cautelosa, desconfiada. Aquel muchacho no dejaba de llorar y de abrazarlo por los hombros, llenándole el chitón de mocos y riendo de una manera extraña. Lloraba y reía, parecía completamente loco.

TaeHyung no sonreía, no lloraba ni hablaba. Su cuerpo estaba inmóvil y tenso, parecía como si todo lo que ocurrió anoche fuera un simple sueño y el Minotauro no hubiera existido nunca, pero sabía que ese hombre que estaba arrodillado frente a él y que lo rodeaba con los brazos era aquel monstruo, solo que... ¿cómo? su cuerpo era exactamente igual, con las piernas y los brazos musculosos y ligeras venas marcadas en ellos, pero su rostro era ahora humano, los cuernos estaban en el suelo junto con un montón de pelaje oscuro.

Teseo no pudo observar del todo aquel rostro, por lo que decidió dejar que el... ¿humano? se desahogara y respirara con tranquilidad antes de hacerle las debidas preguntas que pasaron por su mente.

[...]

- Muchas gracias, he esperado toda mi vida por esto – el mayor acariciaba con sus pulgares las mejillas de TaeHyung, se veía más tranquilo pero aún con los ojos húmedos.

- ¿Podrías desatarme? – Teseo ignoraba sus palabras, lo que quería en ese momento era ser liberado, ya que sus muñecas estaban comenzando a llenarse de ronchitas rojas por las cadenas.

- Oh si claro, perdón por eso. – el pálido se inclinó hacia adelante y pasó sus brazos a cada lado de Teseo para romper con su fuerza sobrenatural las cadenas que aprisionaban al menor mientras apoyaba su pecho cerca de el del azabache, provocando que el menor sintiera su olor y calor. Olía bien, al típico olor después del sexo, y las mejillas del mestizo se sonrojaron al instante. Ojalá aquel ser (ya no sabía como referirse a él) no recordara nada, que el cambio de forma provocara amnesia o algo por el estilo.

- ¿Te sientes mejor? – el mayor se puso de pie y ayudó al mas bajo a levantarse, tomando sus muñecas e inspeccionándolas- ¿Quieres que vayamos al pozo? – Teseo soltó el agarre y miró hacia un lado. Era menos incómodo verlo desnudo cuando su rostro era el de un animal, no ahora que parecía un jodido dios griego con los labios perfectos y esa mirada inocentona que le ofrecía. Hizo un esfuerzo para no mirar hacia abajo.

- Y-yo estoy bien – sus mejillas estaban acaloradas y su mente hecha un lío, el chico a su lado asintió y lo observó moverse torpemente hacia un rincón – necesito saber una cosa.

- Dime – las comisuras de sus labios se elevaron un poco, dejando ver sus finos dientes y ofreciéndole la mejor sonrisa que había visto nunca.

- ¿Cómo es que tú... cómo lograste convertirte en humano? No entiendo cómo eres así tan... - estudió el cuerpo desnudo y tragó en seco antes de continuar- tan ¨normal¨ y... ayer eras esa criatura tan horrible y tenebrosa.

- ¿Eso era? – el muchacho bajó la mirada e hizo un puchero con sus labios, el corazón de TaeHyung se encogió - Sinceramente no estuve muy cuerdo en mi forma animal... - suspiró y se alejó del menor, acariciando las paredes. – Mi padre fue maldecido por traicionar a Poseidón, y este hipnotizó a Pasífae para que me concibiera y me dejara nacer en su hogar, pero yo tenía hambre, mucha hambre – el ateniense estaba pensando en correr fuera de la celda antes de que el chico se diera cuenta de que lo estaba asustando – Y la carne humana es lo único que puedo comer mientras el Rey de Creta siga con vida. Por eso desde muy joven me encerraron aquí, para que no pudiera hacerle daño a nadie.

TaeHyung prestó más atención a los muros que lo rodeaban, cada uno marcado con finas líneas agrupadas de cuatro en cuatro, con una más atravesándolas. Cientos de grupitos de líneas se dibujaban en las paredes y reflejaban el tiempo que llevaba el monstruo allí, 18 años según le comentó Egeo. La expresión del rostro del pálido era afligida, tomó aire y cerró los ojos un momento, como si estuviera pensando en cómo continuar con la historia.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora