●Capítulo 10●

974 103 11
                                    

- Cariño, hemos llegado. – Anfítrite se dirigió a TaeHyung con voz suave y melodiosa, forzando su sonrisa una vez más, y guiando al menor para que entrara en la habitación frente a ellos, dio media vuelta y se alejó, directo a la planta baja, donde estaba antes.

La habitación tenía una gran ventana que daba al jardín trasero, donde se veían a los peces y sirenas nadando felizmente, sin preocupaciones.

Un hombre estaba de pie de espaldas a él, a un costado de la habitación, observando un mapa que cruzaba la pared completamente, mostrando lo que parecía ser el mundo entero, pero sin tierra, solo mar, y varios barcos se movían en él, sobre el papel, ¿como era eso posible? Incluso habían partes donde remolinos marinos arrasaban con varias embarcaciones y otras donde se mostraban monstruos como el Kraken (tipo de pulpo gigante o calamar gigante) oculto en una cueva en las profundidades, a miles de metros de ellos. Era algo impresionante.

Pero necesitaba hablar con ese desconocido, sacar las miles de dudas que invadían su mente, pero ese extraño solo tenía su atención en ese mapa mágico, observando como iban las cosas por el mundo seguramente.

Teseo tosió disimuladamente estando ya dentro de la habitación, parándose incómodo en un pie y luego en el otro, y cuando el Dios del mar se dio la vuelta de un salto por el susto que el menor le brindó, TaeHyung se sorprendió de la belleza que irradiaba, con el rostro pálido, el cuerpo bien formado y unos labios adorables, parecidos a los suyos pero no tan rellenos, era un ser hermoso... pero torpe.

Al darse la vuelta se tropezó con una mesita que contenía varios artefactos que el menor desconocía, y estos cayeron al suelo y se rompieron, sorprendiendo al menor al ver que no flotaban, como si hubiera gravedad en ellos.

- L-lo siento... no esperaba encontrarte aquí... – el mayor levantó la mesa con rapidez y se acercó al joven, que fruncía el ceño al ver que la mesa volvía a caerse detrás del rey- ¿T-Teseo, cierto? Yo... ah... mi esposa, Anfítrite, me dijo que vendrías. – se notaba terriblemente nervioso, con sus ojos bien abiertos, desviando la mirada a cualquier parte de la habitación menos a la del chico, que atentamente observaba sus acciones – Yo... nunca he estado en una situación como esta... frente a un hijo mortal... así que... supongo que es un gusto conocerte al fin, Teseo. – sonrió abiertamente, con sus dientes perfectos al aire, parecía completamente normal, como él, sin aletas o piel azulada, o algún color distinto en los ojos, incluso temía más de Anfítrite que del mismo Dios que estaba de pie frente a él.

- El gusto también es mío... ¿padre? – inclinó su cabeza a un lado en señal de confusión, era un poco difícil saber cómo se tenía que dirigir ante el mayor, el cual al oír ese apodo, río con sus nervios a flor de piel y se rascaba la cabeza con una mano.

- Supongo que es lo que soy... ¿no? Debes tener unas cuantas dudas. – sus miradas se cruzaron por primera vez desde que el joven atravesó la entrada, y tragaron sonoramente al mismo tiempo, incluso TaeHyung había empezado a sentir revuelto el estómago. Por fin escucharía la historia real de su vida.

- Padre, yo... quisiera saber por qué me ha llamado su esposa aquí. - empezaría con lo que le preocupaba más, para calmar un poco al Dios, que había dejado su chitón enganchado en una planta con espinas que se extendía por la pared y luchaba con ella para que lo liberara, pero la planta ni siquiera se movía.

- Ah... eso, ummm... verás... necesito que me hagas un favor. – por fin libre, se acomodó mejor la ropa e ignorando a su hijo, decidió mirar por la enorme ventana del cuarto. - Escuché que Minos te lleva con él a Creta para que sirvas de alimento a su mascota...

- De hecho yo voy a ejecutarlo, no a servir de aperitivo. – intervino el menor, que se posaba al lado de su padre, notando como éste se encogía al tenerlo tan cerca.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora