●Capítulo 15●

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Ahora estaba claro, Evan lo utilizó como carnada.

Teseo empezó a recordar lo último que vio antes de recibir el golpe.

Se dio la vuelta después de escuchar el grito del castaño y éste lo golpeó con una roca apenas tuvo la oportunidad, alejándose de él y usándolo como cebo... nunca se esperaría que el minotauro ignoraría por completo al mestizo para ir tras del más alto y devorarlo.

Incluso Teseo estaba sorprendido.

Evan, al ver como su plan fracasó, trató de escapar rodeando la fuente y guiándose por las piedritas del camino para salir de allí, pero el minotauro fue más rápido y lo acorraló. Él, al verse atrapado, lanzó la roca y atinó a darle en el brazo derecho al monstruo, pero este se defendió, provocando una lucha corta entre el humano y su hacha, la cual al poco tiempo atravesó la pierna del castaño y lo rajó por la mitad en un segundo ataque.

No había nada que hacer.

[...]

No recordaba cuanto tiempo llevaba dormido, el dolor en su cabeza había casi desaparecido, pero seguía allí.

Deseaba abrir los ojos y encontrarse con su madre al salir de su habitación, saludar a su abuelo en el establo y entrenar con él como hacía todos los días. Pero no estaba en su cama cuando recuperó la conciencia.

Sentía sus párpados pesados, el cuerpo flojo y una brisa rozando su cuerpo. Cerró sus ojos con fuerza y empezó a quejarse en voz baja por la incomodidad que sentía, podía oír unos pasos fuertes y lentos, oía las gotas de húmedad arrastrarse por las paredes, y una respiración pesada a su lado, como la del toro del maratón cuando se preparaba para embestirlo con todas sus fuerzas.

[...]

TaeHyung abrió los ojos con rapidez y se vió a sí mismo colgando del hombro izquierdo de aquél ser despiadado, lo llevaba como si fuera un simple saco de papas, sin hacer esfuerzo alguno.

Estaban ya lejos de aquel laberinto de arbustos gigantes, TaeHyung creyó que posiblemente lo llevaba a algún sitio donde podría comérselo tranquilamente, porque era extraño que no lo hubiera matado desde que lo encontró acurrucado entre ese montón de hojas y ramas en las que estaba.

Debía pensar en una estrategia para liberarse , pero no quería que su cazador se diera cuenta de que había despertado, el cual en una mano sostenía el hacha, llevándola a rastras (podía aniquilarlo en cualquier momento, no era seguro moverse mucho en este caso), y la otra lo sujetaba firmemente de las piernas, lo cuál hacía las cosas más difíciles, en especial porque a pesar de que escapara, el monstruo lo alcanzaría rápidamente... necesitaba distraerlo de alguna manera.

Se sentía pegajoso, el cuerpo de ese ser estaba caliente y bañado de un tinte rojo que mojaba la ropa del pelinegro, ya casi no habían rastros de aquel himatión blanco que vestía horas antes de llegar, nunca creyó que duraría tan poco en este lugar, y que peor aún, acabaría devorado de la peor forma posible: como un cobarde.

No.

Era ahora o nunca.

Giró la cabeza levemente para ver más de cerca cómo era ese monstruo... y su cuerpo se tensó tanto que el minotauro giró levemente la cabeza para revisar a su presa.

Sus miradas se encontraron.

Y pudo apreciarlo por un segundo; su rostro era completamente bestial, cubierto de un pelaje oscuro, dos cuernos salían a cada lado de su cabeza, tenía el hocico alargado, con una horquilla entre las fosas nasales, los ojos cafés, casi como los de un humano... pero se notaban sus ganas de matar mezcladas con otro sentimiento que Teseo no podía descifrar, tenía el ceño fruncido e inhalaba y exhalaba con fuerza, haciendo que de sus fosas nasales saliera un vapor blanquecino. El Minotauro, al ver como TaeHyung despertaba, deslizó la mano que usaba para sostenerlo en su hombro por sus piernas, como una caricia dura y forzada que provocó en el menor una sensación de peligro y angustia.

El monstruo miró hacia adelante y continuó su camino, importándole poco si su presa seguía inconsciente o no, pero su agarre continuó, más arriba, subiendo su mano poco a poco hasta rozar las nalgas del pelinegro. Un sobresalto por parte del menor tomó desprevenido al monstruo, que aprovechó el silencio para tomar con fuerza una de las nalgas de TaeHyung, mientras cruzaba a la derecha y bajaba unos escalones que llevaban a lo más hondo del laberinto, andando en un nuevo pasillo iluminado.

TaeHyung quedó en shock.

Sus ojos abiertos como platos, y el cuerpo completamente estático al sentir el agarre de su enemigo, podía jurar que su secuestrador se relamía mientras lo tocaba, como si fuera el mejor platillo que iba a probar hasta el momento, y cuando levantó su himatión y dejó sus piernas y nalgas completamente expuestas, reaccionó.

Se giró con rapidez y tomó una de las antorchas que estaban apoyadas en la pared y de un rápido movimiento, sacó la antorcha y dio de lleno en la espalda y cuello del monstruo, provocando que las llamas se esparcieran por su pelaje y quemaran la sangre que lo cubría.

El semi humano se quejó de dolor y dejó caer a TaeHyung con fuerza, llevándose un golpe directo en el hombro que lo despertó por completo, y sin tiempo que perder, trató de levantarse ignorando el dolor que atravesaba su brazo. El Monstruo, que no quería que su presa escapara, levantó el hacha y con la visión ciega por las llamas que se esparcían por su rostro, dio un golpe con el arma a unos centímetros de Teseo, quien con un grito de desesperación, saltó hacia atrás y golpeó con la antorcha metálica el hocico del semi humano. Éste, furioso ante el ataque, deslizó su pie derecho por el suelo varias veces, preparándose para embestir aunque las llamas seguían haciendo su trabajo en su cuerpo. Y con un rugido y una última exhalación, corrió hacia donde TaeHyung estaba, mientras él sin perder más tiempo escapó dando bruces por el pasillo, siendo perseguido por el minotauro echando chispas.

Atravesó un pasillo a la izquierda y buscó alguna salida diferente a la que usó el minotauro para traerlo, dejando atrás a un pobre semi toro que poco a poco bajaba la velocidad de su embestida para retorcerse y quejarse de dolor mientras las llamas danzaban sobre su cuerpo.

Si los dioses eran misericordiosos, el fuego sería suficiente para matarlo... pero TaeHyung sabía que no iba a ser tan fácil. Escuchó como el minotauro se daba de bruces por las paredes y embestía todo obstáculo que se le atravesara mientras buscaba alguna forma de apagar el fuego.

Se escabulló en un pasillo completamente oscuro y se dejó guiar por el tanteo de sus manos, insectos lo sorprendían de vez en cuando y se alarmaba cuando sus propios pasos resonaban entre las paredes. Giró a derecha, luego a la izquierda... luego de nuevo a la izquierda. No pudo contenerse más y lloró en silencio nuevamente, respirando entrecortadamente y sintiendo sus mejillas húmedas. La vestidura estaba rasgada, manchada e inservible, apenas y tapaba lo necesario... pero era lo único que tenía para protegerse del frío. Mientras más avanzaba, más niebla lo rodeaba. Creía que sería una buena señal, ya que el laberinto de arbustos también tenía niebla, pero después de andar sin rumbo y de notar como leves rayos de sol salían de las grietas del techo, pudo adivinar que no estaba menos perdido que antes.

El sonido del minotauro era más débil, pero aún podía sentirlo pisarle los talones, y por más cansado que estaba, no se detuvo, corrió y corrió hasta que no pudo más... con las sandalias gastadas y las piernas raspadas, manchado en sangre y con la respiración agitada, pudo por fin oír al monstruo lo suficientemente lejos como para descansar y tratarse las heridas.

Debía darse prisa... necesitaba un arma... necesitaba recuperarse... y ojalá los dioses tuvieran piedad de él, porque ese monstruo no la tendría jamás.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora