●Capítulo 52●

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El día llegó. La costa se llenó de barcos repletos de soldados, cada uno de diferente país (y cada país aliado a Creta y a Palas). Los palántidas llegaron por tierra, cruzaron las colinas y desde ahí llamaron la atención de Atenas haciendo ruido, sonando tambores y trompetas.
Eran demasiados, solo los palántidas eran cincuenta. Se dividían entre hermanos y hermanas, padres, hijos y nietos. Los atenienses salieron de sus hogares y rodearon la plaza, en donde no estaban solos.

La plaza fue invadida por cientos de guerreros con armaduras y fajas de distinto color: unos de amarillo, otros de rojo (cretenses, aún quedaban soldados), unos de verde y morado.
La coronación de Palas se haría con testigos presentes, soldados y reyes de otras islas estaban ahí para comprobar que el trato se realizaría pero de no ser así tenían la orden de atacar.
Los líderes de cada país bajaron de su respectivo barco acompañados de sus esposas y se subieron a una especie de mesa acolchada que era cargada por varios sirvientes del mismo.
La celebración se haría dentro del castillo, exactamente en el salón del trono (en donde TaeHyung no tenía permitido sentarse, él y su familia estarían en unas sillas al frente para observar mejor como lo destronaban) y los testigos de Palas se sentarían al lado de ellos.
Los asientos se dividían en dos grupos con un pasillo en medio para que la gente pasara tranquilamente y los sirvientes pudieran repartir bebidas o bocadillos. El lugar estaba reluciente, era increíblemente grande y el consejo aguardaba de pie a un lado del trono mientras Palas se vestía con ropas reales (hechas especialmente para la ocasión) y el encargado de la coronación se lavaba las manos en una pila sagrada que sostenía un sirviente mayor.
El lugar se fue llenando y los soldados atenienses se colocaban de dos en dos en medio de cada pilar de piedra, los soldados extranjeros permanecían en espacios sobrantes cerca de su líder. TaeHyung estaba tiritando en su silla, su cuerpo se encontraba en un estado de impotencia al recordar los sucesos que ocurrieron minutos antes de que el evento comenzara.

...

1 hora antes

Estaba de pie en la entrada del palacio, los soldados y testigos de otras regiones lo miraban con desprecio, había asesinado a uno de los suyos (o eso era lo que creían) y permanecieron frente a él sin saludarle ni decir palabra. Las esposas de aquellos reyes usaban peplos de diferentes colores vivos, algunas llevaban grandes joyas en el cuello o muñecas y algunas cubrían su cabeza con un himatión o palla de seda. Los hombres vestían con distinguidas armaduras de oro y plata, menos uno que venía desde muy lejos y vestía con la ropa propia de su cultura: un suriyah blanco con bordados de oro y su esposa un vestido negro con un Hijab azul claro.

Palas llegó a caballo en medio de la muchedumbre, su familia lo seguía detrás y él bajó del animal para entregárselo a un sirviente.

- Ponlo en el establo, dale de comer zanahorias y frutos rojos. Si me entero que le diste simple heno sufrirás las consecuencias después de mi coronación -usaba un chitón café con un clámide simple, era un hombre de más de cincuenta años con la barba perfectamente cortada y el cabello peinado, conservaba el cuerpo musculoso y se veía realmente bien. Se notaba que se arregló para la ocasión.

Cuando bajó del caballo todos los presentes se inclinaron, incluyendo TaeHyung y su familia (estaban obligados como los demás a tratar al nuevo rey de esa manera), JungKook se sentía incómodo, podía sentir el egocentrismo a todos esos metros de distancia. El sirviente tomó las riendas del caballo con miedo.

- S-si señor -se alejó con el animal hacia el establo del castillo, con esa amenaza probablemente no saldría de allí hasta que la ceremonia terminara.

- ¿Y bien? ¿No hay nadie aquí que me ofrezca una bebida? Muero de calor -Jiwoo se acercó a él con pasos pequeños y tomó su clámide para colgarlo. Le ofreció una copa del mejor vino que tenían y se arrodilló con temor antes de darse la vuelta.
El mayor la tomó del brazo y le lanzó la bebida en la cara, todos los civiles se estremecieron y TaeHyung colocó una mano en el mango de su espada, listo para atacar si al palántida se le ocurría cometer otra locura.
Jiwoo solo permaneció en silencio y miró a los ojos a Palas, quien agitó el pequeño cuerpo de la sirvienta con fuerza.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora