●Capítulo 13●

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A la mañana siguiente, el príncipe no estaba.

En la madrugada el príncipe se escabulló de su habitación y dejó dormir tranquilamente a TaeHyung, quien en realidad estaba sumido en sus pensamientos.

¿La habré cagado?

Trató de no pensar en eso, mañana sería un día importante y no debía distraerse con pensamientos innecesarios. Quería a YoonGi aunque casi no lo conocía, ¿pero eso que importaba? Sus padres tampoco se conocían, ni los padres del príncipe antes de contraer matrimonio, la mayoría de las parejas estaban juntas porque se gustaban o por conveniencia.

Pero tendría que lidiar con un gran problema.

¿Y si él chico con el que durmió lo terminaba odiando al final de su misión?

¿Tal vez si solo fingía que el Minotauro escapó por su propio instinto y él no tuvo nada que ver?

¿O que Minos fue asesinado por alguien que no fue él?

Bueno, ya pensaría en algo...

[...]

Los sacrificios fueron vigilados toda la noche, y bañados y vestidos por los sirvientes en la mañana.
Desayunaron con el Rey una vez más, pero este estaba ocupado hablando sobre lo terrible que sería perder a tantas vidas ese día, y riendo al final de cada oración. Podía fingir ser bondadoso con esas ropas y esos alimentos, pero en el fondo era malvado.

TaeHyung, por su parte cruzaba miradas con el príncipe, quien se entretenía jugueteando con su tenedor o recorriendo las piernas del mestizo con sus pies. Los demás jóvenes comían en silencio, o incluso no comían por culpa del miedo que se instalaba en su estómago, y al finalizar el desayuno los esposaron y los llevaron a un salón escondido en un pasillo entre el calabozo del castillo.

El Rey apretó un ladrillo que sobresalía de la pared y la pared frontal se movió, provocando un sonido fuerte y un ligero temblor a los pies de las personas mientras un montón de polvo salía de la pared por el movimiento de ésta, dejando ver un portón de hierro que daba a unas escaleras que bajaban a lo que parecía ser un lugar sin fondo, oscuro y tenebroso.

- Hemos llegado jóvenes desgraciados, ojalá y los dioses escuchen vuestras plegarias y os deseo la mejor de las suertes, la necesitaréis allí adentro. – pronunció uno de los guardias.

- ¡No me hagáis entrar a ese lugar! ¡Os lo imploro! – chillaba la niña de tan solo 14 años de edad, con los ojos hinchados de tanto llorar, se arrodilló a los pies del guardia y lloró con más fuerza.

- No soy quién para cambiar la elección del Rey, cumple tu destino niñita. – y de un tirón algo brusco, agarró a la niña de un brazo y la levantó del suelo, empujándola con los demás.

El de labios gruesos prefirió callar, le molestaba de sobremanera el trato que recibió la pequeña y como nadie hacía nada, pero lo mejor era permanecer al margen, actuar como un Thysía que tenía la única misión de morir. Ninguno de los jóvenes sabía que él se ofreció a matar al Minotauro, y ningún mortal sabía que Poseidón lo obligó a cambiar su misión para salvarlo y asesinar al Rey después, por eso lo mejor sería acabar con esto lo más pronto posible y pasar desapercibido.

El príncipe se despidió de cada uno con un beso en la mejilla como en la noche anterior, y cuando besó disimuladamente los labios de TaeHyung, dijo en un susurro tan bajo que solo el menor pudo escuchar: - Por favor, sobrevive y no olvides nuestra promesa.

El mayor se alejó y dio paso a los guardias que quitando las cadenas de los jóvenes, los obligaron a entrar en fila al interior de aquellas escaleras. Al entrar la puerta fue bloqueada por la pared nuevamente, tan lentamente que Teseo vio como el príncipe luchaba para no mostrar ningún tipo de sentimiento que podría plasmarse en su rostro frente a su padre y como Minos sonreía con orgullo al verlos adentrarse hacia la muerte.

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora