●Capítulo 07●

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El viaje a Creta comenzó antes de que incluso Teseo pudiera enviarle una carta a su madre, explicándole la situación de su viaje inesperado.

La noche cayó cuando el barco se alzó nuevamente entre las olas y se alejó lentamente de la costa de Atenas, que se tornó cada vez más pequeña hasta perderse entre la marea, TaeHyung la observaba desde la popa del barco, donde lo dejaron estar al no resistirse al ser escogido como sacrificio. Los hombres de Minos se relajaban en la parte superior del barco, bebiendo y jugando juegos de azar para pasar el rato, apostando monedas y sus raciones de comida.
El menor miraba el mar con la vista perdida, pensando en las últimas palabras de su padre:

"Hijo, os pido por favor que si vuestro destino es la victoria, cambiéis esas velas por unas blancas, para saber que seguís con vida, de lo contrario pensaré que sufristeis de una muerte inevitable, hacedme ese favor, y así estaré yo más tranquilo¨.

Las velas negras que ondeaban por encima de ellos y eran alumbradas por pequeñas candelas en las mesitas donde estaban jugando los soldados, reflejaban algunas sombras terroríficas, TaeHyung se preguntó el porqué eran de ese color, los guardias, distraídos con el vino, le comentaron que eran de ese color en señal de luto, por los jóvenes que morirían en las garras del Minotauro al siguiente día, y que si lograba salir de allí, vivo, ellos mismos colocarían las velas blancas en su honor cuando lo escoltaran de vuelta.

Su espada había sido entregada a Egeo y sus cosas serían recogidas por los guardias en aquel hostal donde se hospedaba, y ahora lo único que tenía consigo eran sus pocos recuerdos con su padre y las sandalias que obtuvo junto con la espada antes de ir a Atenas. El mar se revolvía con fuerza y TaeHyung casi pensó que caería en el con un movimiento brusco del barco. Recordaba como cuando niño no lo dejaban acercarse a las aguas, y como imaginó por tanto tiempo a seres extraños que vivían en ella, pero ahora, apoyando los codos en el barco, solo veía su reflejo vagamente iluminado por la luz de la luna.

Unos cuchicheos detrás de él se hacían cada vez más altos, y saliendo de su ensoñación se topó con una de las cuatro primeras prisioneras corriendo por un costado del barco y tratando de saltar al mar, pero su intento de escapar falló en cuanto los guardias que, dejando sus apuestas de lado, tomaron a la chica de los brazos y la empujaron nuevamente hacia el barco, resbalando y siendo arrastrada (el menor empezó a creer que arrastrar a la gente era un hobbie muy divertido para los soldados) por la cubierta, y Minos, quien había estado lejos de todos desde que zarparon, se veía sumamente enojado, agarrando a la chica del cabello y acercando su rostro al de ella.

- ¿Te atreves a desobedecerme, niña tonta?- la menor se removía tratando de zafarse de su agarre, pero le fue imposible liberarse con los demás guardias sujetándola, y cuando el Rey, por la fuerza, la besó furiosamente en los labios, TaeHyung se olvidó de a qué había venido y se lanzó contra el Rey, evitando a toda velocidad los ataques de los demás soldados y, tomándolo de los hombros desde atrás, lo empujó lejos de la chica, quien sollozaba ante tal ultraje a su pureza.

Minos se sentía retado, y divertido al mismo tiempo, le parecía gracioso cómo un simple niño lo había tocado sin ser detenido por ninguno de sus hombres, los cuales sacaron nuevamente las espadas y doblaron uno de los brazos del menor, provocándole cierto dolor que le impedía moverse, este, con un quejido, fue sometido ante el Rey, obligándolo a arrodillarse.

- Nuevamente me provocas, y me faltas el respeto, ¿no te molesta en lo absoluto humillarte ante tus intentos de creerte superior a mí? – el pie del cretense se posó sobre la cabeza del ateniense, usándola como alfombra.

- Ella no quería estar con usted. – habló en voz baja el azabache, levantando la mirada al Rey, quién no había desistido de pisotear su cabeza. – No debe obligarla.

- Su belleza me cautivó muchacho, y puedo tomarla si así lo deseo, porque mi poder es superior al de cualquier Rey, suéltenlo. - los guardias obedecieron y TaeHyung se puso de pie, siendo amenazantemente vigilado sin embargo. - Mi padre, Zeus, el Rey de los cielos, me cedió tal poder, y podía destruirte si así lo quisiera, pero no lo haré, porque eres fuerte, pero no tanto como mi hijo, y quisiera verte morir a manos de Asterión... mi amada mascota.

Teseo lo escuchaba con atención, si lo atacaba sería asesinado, pero aprovechó la conmoción del momento para mirar a la chica y con un gesto en la cabeza, indicarle que se fuera, y que se escondiera hasta llegar a Creta, la chica rubia y con la nariz perfilada y los ojos perlados, se escabulló en silencio de los guardias y desapareció entre el cargamento.

- Pero si me provocas una vez más... - levantando ambos brazos, Minos hizo que de los cielos un trueno cruzara, luego varios más, retumbando casi tan cerca que los gritos de terror de los sacrificios confinados en el interior del barco se escucharon, atravesó una de las velas del barco, dejando un pequeño hoyo humeante en ella.

- ¿Y qué si lo hago? – se paró firme y miró a Minos con los labios apretados, el ceño fruncido y con una locura pasando por su mente, el barco fue azotado con una ola enorme que traspasó la barrera de madera y mojó las cartas de los soldados. – ¿Y qué si no es el único aquí con poderes divinos?

- ¿Eres acaso... un mestizo como yo? – la curiosidad invadiendo el rostro de Minos. - Pruébalo.

- Conozco a las Náyades, las he visto, me vigilan, y siento su presencia en este mismo momento... - mintió en lo último, pero los soldados se miraron entre sí y , yéndose cada uno a un costado del barco, buscaban señales de dicho ser.

- Ah... entonces quiere decir que si tienes poderes divinos...talvez Poseidón... o eso parece, como sea, no es suficiente para mí, y como dije antes, pruébalo. – y quitándose su anillo de compromiso, lo lanzó al mar y este se perdió de vista, hundiéndose en las profundidades. – Tráelo de vuelta, y yo dejaré en paz a Eribea, pero si es mentira lo que tu dices, la tomaré aquí mismo si así lo quiero, palabra de Rey.

Teseo dudó, sabía que de niño podía respirar bajo el agua y ver criaturas que no todos podían ver, pero ser un mestizo era llegar muy lejos, así que solo miró como el anillo se hundía y se quedó de pie, quieto.

Pero con un gesto en la mano mientras se alejaba, Minos hizo que los guardias tomaran a TaeHyung por las piernas y brazos, éste a su vez se resistía, pero al ser cuatro hombres que lo alzaban, uno por cada extremidad, no tuvo suficiente tiempo para enfrentarse a todos, y balanceándolo unas cuantas veces, lo lanzaron al frío mar.    

THYSÍA |KOOKV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora