Acorralada

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-Creo que usted caballero, tiene una idea equivocada de quien soy. Si no va a ordenar nada es mejor que se vaya-. La determinación que Camila había presentado había tomado desapercibido a Shawn y no fue de esperarse que se sintiera atraído por ella aún más.
Shawn la miro sonriente, mostrando una perfecta hilera de dientes blancos que sin duda enamoraría a cualquier.
"Maldito Don Juan" pensó Camila.

-Bien, hagamos esto nena, quiero un enorme omelette para mi y otra para ti, podemos discutirlo y tal vez logremos un acuerdo-. Se quito su chaqueta de cuero, a un lado en la mesa y la puso en una de las sillas vacías. Al momento en que cruzo sus brazos sobre la mesa de madera oscuro Camila no pudo evitar ver lo musculosos que eran.
Fuertes e imponentes, una debilidad para Camila.

-Yo estoy en horas de trabajo, no puedo hacer eso-. Respondió con incredulidad lo que a Shawn le causo gracia. Su ronca risa hizo a Camila tragar duro. ¿Como era posible que un hombre como el castaño le estuviera hablando de esa manera?
Los chicos atractivos nunca se fijaban en ella. Con suerte y año atrás había tenido por novio a un nerd quien ni siquiera era capaz de besar.
Ahora esto era completamente nuevo y sorprendente que no sabía que hacer.

-Vamos señorita, solo robaré unos pocos segundos de su preciado tiempo. ¿Puede hacer eso por mi?-. Dijo alzando una de sus cejas en un tono más sincero.
Camila lo pensó, miro el lugar y noto la escasez de personas.
Tal vez y podría hacerlo.
Solo tal vez pero algo estaba mal.
El castaño era algo misterioso y no quería arriesgarse por muy atractivo que fuera.

-Su omelette estará listo en unos minutos-. Y dio vuelta antes de que Shawn dijera algo más.
Cuando la puerta se cerro detrás de ella pego su espalda a ella y sintiendo como respiraba mejor.
Ni siquiera había sido capaz de notar la falta de aire que le hacía falta.

-Cariño, ¿estas bien?-. Pregunto Elena preocupada en cuanto vio lo afectada que Camila estaba.

-SI, si yo estoy perfecta, el chico de la mesa ocho quiere un omelette-. Contesto nerviosa.

-¿Segura? Por que perece que...- Pero Camila asintió rápido y se disculpo diciendo que tenía que ir al baño rápido.

Cuando las puertas se abrieron la camarera rubia camino hasta Shawn lo que hizo que él se decepcionará y estaba tan seguro de que no se iría de ahí hasta convencer a la latina.

Durante el transcurso de la mañana Camila estuvo de lo más alejada a la mesa de Shawn aunque el trataba de atraer toda su atención.

-¿Quién es ese chico cariño? Es tan extraño que lleve todo el día aquí, ¿lo conoces?-. Elena se situó a un un lado de Camila cuando la vio mirar discretamente por la ventana.

-No lo sé, pero estoy bien. Creo que espera a alguien-. Dijo ella respondiendo como si no importará lo que ocurría aunque por dentro estaba hecha una bola de nervios.

-¿Tengo que preocuparme cariño? Por que parece que...

-Nooo, no estoy bien. Yo misma le preguntaré si se le ofrece algo más y si no es así pues que se vaya, ¿bien?-. Mordió su labio inferior al ver como no convencía del todo a Elena.

-Es el acosador de Camila, ¿no lo sabías?-. Sabrina paso a un lado de Elena y le guiño el ojo a Camila.

-¡¿Pero que ha dicho?!-. Elena salió a un lado de Camila por las puertas y con una espátula en mano con la intención de amenazar a Shawn, Camila y Sabrina corrieron tras ella para detenerla pero la mujer en ningún momento cedió. Shawn solose limito a mirarla divertido como si se tratará de un espectáculo de circo.

-Miro jovencito, será mejor que se vaya ahora mismo si no quiere que me encargue de meterle la espátula justo por el...

-Elena para, el chico ya se va, ¿cierto? Ammm...

-Shawn-. Respondió con uno de sus brazos sobre el respaldo de la silla con una sonrisa de oreja a oreja. Para el las amenazas de esa mujer solo eran un momento de diversión pura.

-Por favor Shawn, vete ¿si?-. Suplicó Camila queriendo acabar con todo aquello.

-Solo dime que si y me iré-. Se encogió de hombros.
Camila rodó los ojos y se sintió entre la espada y la pared cuando Elena avanzo por lo que tuvo que ponerse justo delante de ella.

-No estoy bromeando cretino, largo de aquí si no quieres problemas con la policía-. Muchos de los clientes ya estaban al corriente del pequeño espectáculo que para Camila se había vuelto una tormenta.

-Elenaa, mira no creo que sea necesario, ¿cierto Shawn?-. Se giro para ver al castaño quien se limito a encogerse de hombros.

-Haré lo que quieras si me dices que si. Es muy simple señorita-. Espero a su respuesta.
Camila lo odio en ese momento, por que sabía que aunque por más lo negara, él ya la había atrapado.

-En media hora salgo-. Respondió resignada.

-Camila, ¡no es necesario que hagas esto!- Exclamo Elena disgustada.

-Bien, entonces me voy-. Shawn tomo su chaqueta, dejo un dólar de 100 y se despidió.- Señorita, Señora y Sabrina, fue un placer.

-Adiós Shawn-. Chillo la rubia sonriente, mientras que Camila mordió su labio y sintió la penetrante mirada de Elena a sus espaldas.

Oh no, ¿he hecho? Pensó.
Dejando claro que Shawn al final del día se había salido con la suya.

SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora