- Shawn-. Jadeo Camila en el oído del castaño. Estaban debajo de la regadera con el agua resbalando por sus cuerpos desnudos los cuales ardían en deseo y excitación. Ambos gemían con cada roce sintiéndose esclavos de sus más fantasiosos deseos sexuales.
- Solo dígalo señorita, ¿qué quiere que le haga?, ¿Eh?. ¿Me quiere dentro de usted?-. Shawn la levantó entre sus brazos pegandola a la pared sintiendo sus pechos pegados entre el líquido cristalino.
Sus respiraciones sonaban como un fuerte eco entre las paredes de mármol blanco.Las caricias que Shawn provocaba en Camila era desmedidas y hacían que la latina gimiera con cada roce y chupetón que Shawn hacía sobre su piel.
Camila enredo sus cortas piernas sobre las caderas de Shawn y removió su pelo a un lado para darle acceso a la lengua de Shawn buscar un punto exacto en su cuello.
Ese que Shawn había descubierto y que a ella la volvía loca.- Dime que es lo que quieres y te lo daré nena -. Susurro Shawn sobre su piel.
- Para, déjame salir de aquí-. Su voz no era cargada de reproche si no apenas podía controlarla.
Camila estaba cediendo ante sus caricias pero tenía que mantenerse fría en cuanto a pensar como salir de ahí con su abuela a salvó.
En ese momento pensó en algo. Tal vez serviría.
La idea era buena y si tenía suerte ella y su abuela estarían fuera de las manos de Shawn antes de que él pudiera parpadear.
Camila tenía ese lado oscuro y calculador reservado, pero aunque por más que había tratado de cerrarlo bajo llave y mantenerse bien era momento de dejarlo salir.
"Es necesario" pensó.- No quieres que te deje ir, acéptalo-. Shawn bajo sus labios hasta sus pechos y mordió suavemente uno de sus pezones. En reacción sintió una punzada ardiente entre sus piernas y arqueo la espalda haciendo que su teta entrará en contacto con la lengua de Shawn.
- Me estas poniendo duro joder, termina con esto-. Shawn movió sus caderas y rozo levemente su miembro sobre la húmeda entrada de Camila.
- ¡Dios!-. Grito Camila al sentirlo.
- ¿Te gusta eh?-. Shawn sonrió con un aire de suficiencia al notar el efecto que causaba en Camila.
Era como si fuera el puto amo.
Y estaba más que dicho.-Si, me gusta-. Camila mordió su labio inferior con fuerza y soltó otro gemido cuando Shawn repito el movimiento.
No estaba dispuesta a ceder ni dejarse llevar por esos excitantes y torturadores movimientos que Shawn estaba haciendo para que ella aceptará que quería ir un punto más allá.
No cedería.
Ni de coña.- Entonces dilo. Quiero que de tus dulces labios salgan las palabras exactas de lo que quieras que te haga-. Shawn parecía saber hacer como suplicar a Camila, pero ella ya conocía ese punto. Aunque pudiera aceptarse que eran tan solo casi un día y unas cuantas horas de haberse visto por primera vez algo existía entre ellos.
Una cierta familiaridad que no podían identificar.
Existía ahí, en medio de ellos dos.
Invisible pero a la vez imponente.- Deja de engañarte nena, deseas esto tanto como yo, y juro por el infierno que te haré venir como ningún puto bastardo jamás logrará hacerlo.-. Shawn volvió su vista hasta el rostro ruborizado de Camila.
Sus mejillas estaban torandas de un rojo carmesí, sus pupilas dilatadas y sus labios entreabiertos.
Shawn encontró ese punto fascinante, el saber que producía ese efecto vulnerable en Camila lo hacía en verdad sentir como el puto amo.
Y juro por su vida que mientras ella estuviera en sus manos nada, ni nadie lo bajaría de su trono.- Señorita -. Shawn atacó los labios de Camila esperando a que ella dejará salí la súplica que tanto ansiaba.
Ambos labios eran como dos tormentas abriéndose paso sobre la costa, arrasando con todo a su paso. Sus lenguas se encontraban repetidas veces y no podían reprimir los gemidos que el contacto lograba hacer.
Shawn apretó aún más a Camila sobre él y fue lo único que basto para que ella diera el paso que ambos esperaban.
Separó sus labios solo para tomar un poco de aire y ceder.
