Besos inesperados, Personas inseperadas.

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- ¿Sabes nadar?-. En cuanto la fría e indiferente voz de Calum llegó a oídos de Camila está dió un salto de susto llevándose consigo una mano al pecho y una mirada furiosa al atractivo rubio, a quien por cierto le sentaba bien la noche con los rayos de la luna surcando en su perfil izquierdo dándole ese aspecto ensombrecido y petulante. Altamente arrogante y ególatra.

Camila no podía soportar su presencia y mucho menos su personalidad, ya que era el tipo de personas que la hacía la mayor parte del tiempo parecer insignificante y pequeña y le recordaba a alguien en específico. Ni siquiera pensó en abrir los labios para emitir palabra alguna.

Por lo cual, prefirió centrarse en la enorme piscina que estaba justo al centro de un amplia terraza adornada por sillas y mesas veraniegas a un costado con una asador moderno, unas cuantas macetas rodeandl algunas áreas que le daban un aspecto más rústico y ambientado además de bombillas colgadas sobre el techo de vidrio por el cual lograba verse la enorme luna, el cielo y las estrellas. Sin duda era la terraza más hermosa que jamás había visto. Pero lo que llamaba aún más la atención de Camila era la vista, al acercarse a la reja de la orilla daba una impresionante vista al enorme mar quién brillaba debajo de las luces de las estrellas y la luna, con movimientos fuertes entre olas y olas y que producían esas brisa fresca y pacífica.

La playa parecía completamente abandonada por lo que Camila no dudó ni un segundo en que el lugar era reservado y propiedad del mismo Shawn.

Sin duda el castaño quería mantener a los intrusos fuera de sus asuntos, el tener una parte de la playa para él sólo era muestra de control y posesión, lo que llevo a Camila a recordar lo que Amber le había insinuado.

¿Gustarle a Shawn? Ja, era como una broma.

Jamás le gustaría a Shawn ya que no parecía ni creía ser el tipo de chica de él.

Aún así el gusanito en la cabeza le carcomía la ideas y dudas haciendo más preguntas confunsas.

- Entonces si no le gustas, ¿ por qué siempre quiere estar cogiendo contigo como conejo?-.  Hablo el gusanillo en tono burlón.

- Por que es hombre, y lo único que hace es usarme-. Respondió Camila mentalmente.

- Bueno eso es aún más confuso, ¿Por qué dejas que te usé? ¿Acaso te gusta la mala vida niña?-. Exclamó con gran eco.

- Por que usarme será su perdición-. Fue la simple y sencilla respuesta que dejo salir al aire.

- ¿De qué coño hablas?-. Camila sin haberse inmutado de la presencia de Calum miró a todos lados nerviosa.

Había olvidado que Ely seguía ahí.

Mirándola como si fuera un bicho raro.

Por lo que había dicho esperaba que Calum fuera malo sacando conclusiones.

- Nada que te interese-. Soltó Cabello indiferente de nuevo.

- Aún sigo creyendo que es mala idea tenerte aquí, Shawn no está pensando las cosas bien. Eras más servible muerta que viva, no veo mucho la diferencia tener a tres metros debajo del suelo a tenerte a un lado con tu irritante voz-. Camino a lento y amenazante paso hasta quedar frente de Camila, quien por su parte se mantuvo todo momento quieta y con la mirada bien puesta sobre Calum, hasta que sus cuerpos quedaron frente a frente, la diferencia de tamaños era evidentemente distinta, ya que Calum le sacaba unas cuantas cabezas a Camila pero no tan alto como Shawn, su cuerpo corpulento y claramente bien trabajado resultaba intiminador.

Pero para Camila no lo era.

Ella no le temía en absoluto al chico y mantenerse alerta era su estrategia y su arma.

SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora