Parte 2
Por un momento ni siquiera se pudo percatar de en donde se encontraba hasta que los ruidos ensordecedores añadido a eso el golpe en la mandíbula que lo tuvo tendido por segundo en el suelo inconciente lo regresado al presente.
Shawn se levantó a tientas del improvisado ring de lona con altas rejas simulando una enorme jaula que habían armado para la pelea.
No sé encontraba concentrado ni un poco y gracias a ello ya se había llevado algunos cuantos golpes entre el tórax, la cara y la pierna derecha.
Sin duda no había analizado bien a si contrincante desde el principio lo que lo había vuelto más estúpido que él.
Su error principal era haber ido a los golpes antes de estudiar a Chan quien tenía una técnica muy sucia y torpe, ya que el hombre en cuanto empezaba a ver rojo, iba directo por el otro y golpeaba sin parar, no pensaba mucho en crear alguna estrategia y solo era puños y músculo.
Shawn por suerte lo pudo notar.
Chan meses atrás antes de ser expulsado por la UFC había recibido una brutal golpiza en la pierna izquierda que le había dejado cojo. Shawn lo notó, la postura de Chan revelaba como no podía apoyar el pie del todo, al menos en eso estaban en ventaja. Ambos tenían una lesión en la pierna y Shawn usaría eso para su beneficio.
Pero antes te poder avanzar Chan se arrojó encima de él llevando a ambos al suelo, trato de golpear su cara pero usando su brazo Shawn bloqueó el golpe. Enredando sus piernas a las de él logró moverlo de posición usando toda la fuerza que estás le permitieron.
Con la respiración pesada se levantó de un salto al igual que Chan, mantuvo su distancia y mantuvo la vista fija en él.
El sudor goteaba por todas las parte de su cuerpo, los golpes aún no dolían ya que la adrenalina era tanta que era inútil sentirlos. Sin olvidar la velocidad en la que se encontraba su respiración y para su bien tenía que controlarla lo antes posible. Así que lo hizo.
Ignoró los gritos, burlas, abucheos y risas de las personas estaban enjaulandolo.
Apesar de estar recibiendo una buena paliza como nunca antes no quiso que terminará, ya que tenía aún mucho por liberar. Solo quería dejar golpes y desquitarse con alguien.
Chan sería su bolsa de boxeo esa vez.
Cuando Chan dió un paso en falso hasta el de manera bruta por lo que Shawn esquivó de manera rápida y lanzó un gancho sobre su abdomen y con el puño bien apretado otro sobre su mandíbula.
Chan retrocedió con torpeza hacía atrás recuperando la conciencia.
Usando el estado de Chan a su favor lanzó una patada sobre el pecho arrojándolo al suelo mientras se montaba encima para lanzarle golpes con fuerza uno tras otro.
Las personas gritaban y jalaban de la reja de la jaula como animales hambrientos de sangre.
Su mente en un momento se nublo entre ira y coraje, básicamente por todo.
Problemas del pasado, traumas, venganzas, engaños, todo se volvió uno solo en ese momento a tal grado que golpear se había vuelto una adicción para él.
Sin parar, golpe trabajo golpe la sangre empezó a brotar del rostro de Chan desfigurando su cara con cada mayugada letal que recibía por parte del castaño.
Poco a poco Chan dejo de cubrirse la cara ya que su conciencia iba perdiéndose entre cada ataque.
Una enorme alarma sonó sobre sus cabezas dado la señal de que la pelea había terminado.
Perdido entre la ira Shawn no se dió cuenta hasta que varios brazos lo separaron del ya inconsciente Chan quien estaba tendido entre sangre y fuertes golpes marcados en su cara.
- Aparta, tío. Joder lo has matado-. Escucho una voz ronca gritándole entre el caos que se habían armado entre todos los presentes.
- Muevanse todos coño, largo de aquí, largo -. Dos de los guardias saco a Shawn jalandolo fuera de ahí y sancandoló del ring mientras otros tres revisaban a Chan quien parecía no responder a las señales que le hacían.
- Damas y caballeros, tenemos un ganador esta noche, Shawn Mendes. Paguen sus malditas apuestas y largaos de aquí joder-. Grito una voz masculina entre los altavoces.
Esa noche todo se volvería una locura sin duda. Y algo malo se avecinaba.
- Gracias, gracias-. Sonrió Camila entre lágrimas cuando el médico le había autorizado entrar por minutos a la habitación de su abuela.
Pero usando una bata especial, cofia, guantes y un cubrebocas para evitar causarle alguna infección por algún virus.
Cerro tras ella y se apresuró a tomar asiento a un lado de Mercedes.
Dentro de la habitación todo era más lamentable y enfermo. La vibra en el lugar resultaba deprimente. Pero eso no detuvo a Camila de tomar la mano de su abuela y plantarle un beso sobre la tela.
