-¿Por qué les haz dicho a ese chico tu hora de salida? Camila mírame, ¿te esta amenazando o algo así? Por que necesitó saberlo. No se puede salir con la suya-. En cuanto Elena había entrado a la cocina junto con Camila se había puesto de lo más autoritaria pidiéndole explicaciones.
-No por favor, solo quiero que te relajes, ¿okay? Voy a dejarle las cosas muy claras y todo esto se terminará, ¿bien? Si le estamos dando la importancia que no se merece esto será mucho más grande de lo que es.
-Bien, pero quiero tan pronto lo aclares vayas directo a casa con tu abuela ¿bien?-. Camila asintió enseguida, pensando de que manera podría hacer que Shawn entendiera que no pasaría nada entre ellos.
Más sin embargo algo dentro de Camila se sentía ansiosa de solo pensar en la idea de que un hombre como Shawn podía estar de esa manera con ella.
Lo que resultaba muy tentador.
Pero a la vez arriesgado.
Se vio más tranquila al recordar que tenía media hora para planear que decirle a Shawn.
Fue la media hora más corta de toda su vida sin olvidar lo nerviosa que estaba y un sinfín de sentimientos encontrados. Y lo peor de todo era que algo de ella estaba emocionado por lo que podría pasar.
Sabía que el turno ya había terminado ya que el restaurante estaba totalmente vacío, y ya algunos de sus compañeros se estaba yendo.
-Camila, ya me voy cariño, de regreso a casa, ¿okay?- Pregunto Elena con las cejas alzadas.
-Si, claro-. Mordió su labio y fue por sus cosas.
Ya tan solo quedaban dos personas más y ella en la cafetería. Tomo sus cosas y camino hasta la salida para el personal.
-¿Esta lista señorita?-. La voz de Shawn hizo que Camila diera un salto del susto mientras tocaba su pecho.
El permanecía sentado en una de las bancas que estaban fuera del local. Llevaba su chaqueta de cuero puesta y su cabello rizado se encontraba alborotado.
-Mira, yo no..
-Creí que era una mujer de palabra-. Alardeo Shawn.
-¿Disculpa?-. Se sentía insultada ante la forma arrogante con la que Shawn se expresaba.
- No estas cumpliendo tu palabra, eso me decepciona-. Se encogió de hombros.
-Soy mujer de palabra-. Atacó Camila disgustada.
-Bien, entonces vamos.
Shawn se puso de pie y camino hasta una moto negra que estaba estacionada a unos cuantos metros de ellos.
-¿Qué? En, en, en eso...- Tartamudeo temblorosa.
-¿Tiene miedo señorita?-. Sonrió Shawn divertido.
-¿Miedo?, Ja. Yo no le tengo miedo a nada-. Camila estaba determinada en mostrarle a el castaño su lado más valiente y seguro.
Quería demostrarle a Shawn que tenía una idea muy equivocada de quien en cambio era Camila.
Por su parte, Shawn gozaba y estaba más que feliz de que la latina estuviera cayendo en su plan.
Esta noche la gozaría como nunca por que esa chica ya lo había encantado.
- Demuestralo-. Extendió su para que Camila montara la moto con él. Podía ver la duda en sus ojos y su mirada recayó en los labios de ella cuando noto como mordía su labio inferior. Eso lo enloqueció por completo.
-Vamos nena, no vuelvas más larga esta agonía-. La acerco más a el y la tomo por la cintura, lo que hizo que Camila tragara duro.
El toque con el que la había acercado a él la hizo estremecer. Ambas miradas estaban cargadas de deseo y pronto Camila se sintió atraída a él que paso una pierna su pierna al otro extremo de la moto y se sentó detrás de él.
-Tómame de la cintura, así estarás segura.
Con sus manos cubrió las de Camila y las posiciones de tal forma que estaba quedaba aferrada a él.
-Se lo prometo señorita, no dejaré que nada malo le suceda. Y soy hombre de palabra.
Esas palabras fueron tan reales y significativas para ella que fue en ese justo momento que por un momento dejo de ser la chica temerosa que se alejaba de todo peligro. Y ahora simple Camila, la chica que esta noche sería libre de ella misma.
Quizás y después de todo y Shawn sería parte de esa libertad que anhelaba.
Esta vez no se preocuparía y sería feliz por unos minutos.
¿Qué tan malo podría ser?.
Lo que ella no sabía era que desde ese momento estaba firmando un destino diferente al que imaginaba.
Ahora más que nunca estaba en peligro, de lo que tanto había estado huyendo.
