- Ve adentro Camila, ahora -. La voz de Shawn no dejaba de sonar autoritaria y demandante pero Camila se mantuvo en su misma posición alternando su vista entre Lauren y Shawn.
No sabía quién era la chica y que estaba diciendo, pero cualquier pequeña revelación sería importante para ella.
Saber mucho de Shawn la ayudaría a la larga.
Los ojos verdes esmeralda de la pelinegra la repasaron de cuerpo completo causando una chispa dentro de Camila.Algo en ella le resultaba intrigante.
La pelinegra le reveló una sonrisa cargada de ¿Qué?, No sabía a ciencia cierta que era.
¿Picardía talvez?
¿Picardía?
¿Pero que estaba diciendo?
No tuvo un momento más para pensarlo puesto que la voz de Shawn la volvió a traer al presente.- ¿Me haz oído Camila?, ve a dentro-. Reclamo Shawn dando énfasis en las últimas tres palabras. Camila volvió a verlo pero no fue capaz de reaccionar.
- Calum llévala dentro-. Sin siquiera advertir lo que decía Shawn la castaña sintió una gran mano tocar la parte baja de su espalda, encontrándose con el rubio al cual nunca había escuchado llegar.
Pero de nuevo se mantuvo quieta.
- Vamos -. Dijo Calum, su voz se escuchaba más áspera distinta a esa melosa con la que le había hablado horas atrás.
No sé movió.
¿Por qué?, No lo sabía, solo se quedó quieta alternando la vista entre las tres personas luciendo como una niña pequeña con esos ojos oscuros llenos de curiosidad. Lo que hizo a Shawn soltar un suspiro frustrado por la nula obediencia así que llevo uno de sus brazos a su cadera y otro a remover su cabello como un tic.
- ¿Estás tan difícil entenderlo Camila?, Largo de aquí, Calum llévatela, ¡joder!-. Cómo consecuencia su voz fue aumentando a un volumen mucho más fuerte y carente de paciencia.
Esta vez Calum no dijo nada y la jalo por el brazo para entrar al departamento el cual seguía estallando entre música, risas, gritos, el olor a marihuana se alzaba sobre las cabezas y alcohol mezclado con tabaco.
Calum se abrió paso entre las personas apartando y empujando a unas cuantas sin que les importará un poco, sus organismos estaban perdidos entre sustancias.
Nadie parecía tener mucho sentido entre sí.Llegaron hasta la misma terraza la cual se mantenía extrañamente abandonada, apartada de cualquiera, lo que hacía creer que nadie quería perderse de la locura contenida dentro de la pieza. Calum soltó a Camila del brazo por el cual la había tomado, caminó hasta una de las sillas dejándose caer contra ella, estiró sus piernas y reposó su cabeza hacia atrás.
Camila estuvo al tanto de sus movimientos y se mantuvo parada sin saber que hacer, el reflejo del agua que producían los rayos de la luna recaían en su figura parada justo a unos cuantos pasos de ella, sé dibujaban por su cara y su figura.Calum saco de su pantalón un pequeño rollo y lo llevo hasta sus labios. De la parte trasera saco un encendedor y revivió el rollo blanco. Segundos después de la punta el humo empezó a desprenderse, tomó una calada y luego la retiro de sus labios.
Sin saber que hacer o hacia dónde moverse Camila se cruzó de brazos y mordió su labio inferior mientras llevo su vista a repasar de nuevo la pequeña área.
La terraza era realmente linda y no lo podía negar, se preguntaba cuando tendría una así. El entorno se volvió entonces en un silencio incómodo para ella tan distinto al mundo dentro del departamento donde parecía vibrar en vida propia.