"I know we're just friends,
but friends don't know the way you taste."
- Señorita by Shawn Mendes, Camila Cabello.
El olor a algo demasiado rico me recibió al llegar a casa.
-Wow, huele delicioso – dijo Bella.
Y a mi hermana también.
Asentí estando de acuerdo con ella porque olía a... spaghetti. Mmmh, mi comida favorita. Desde que tenía memoria, el spaghetti había sido espectacular para mí y mi sentido del gusto. Mientras vivía en Chicago, mi abuela acostumbraba a siempre hacerme spaghetti cuando iba a visitarla.
Mi madre, con unos guantes de cocina, salió de la cocina.
-Pues claro, toca hacerlos porque Becka se va en dos días – dijo mi madre.
Sonreí porque hacer el plato preferido de la persona de la familia que se va siempre había sido una costumbre.
Bella, mi hermana, se volteó a mirarme con el ceño fruncido.
-¿Te vas? – me preguntó. Asentí aunque había pensado que ella ya sabía - ¡Yo quiero irrrrrr!
Bella hizo un puchero de lo que siempre hacía y yo rodeé los ojos. Mi madre se cruzó de brazos mientras nos observaba porque sabía que Bella siempre hacía estos dramas. Amaba a mi hermana, pero ahora iba a empezar a hacer preguntas sobre el viaje y de verdad no tenía muchas mentiras estables como para engañarla. Claramente, el plan oficial para ir a Chicago no era para hacer deporte.
-Ni siquiera sabes a donde me voy – me quejé, mirándola.
Las tres empezamos a caminar hacia la cocina porque de verdad estaba oliendo delicioso y yo ya no podía contenerme.
-Pues a Chicago, como algunos de mi clase de filosofía – dijo un poco obvia – además, ¿qué vas a ir a hacer allá?
Menos mal yo iba más delante de ella para que no pudiese ver mi cara.
-A..a correr, ¿Qué creías? – pregunté. Había sonado a la defensiva, cosa que podía exponerme.
Mi hermana no se iba a dar cuenta que yo estaba mintiendo, digo, ella nunca había sospechado que yo hubeira dicho alguna mentira sobre alguna cosa por dos puntos: primero, casi nunca le mentía; segundo, cuando lo hacía, lo hacía bien. Por eso yo estaba relajada con este tema.
Mi hermana asintió porque ella sabía que siempre me había gustado salir a correr.
Me senté en la mesa lista para comer algo, aunque fuese temprano, la comida no podía esperar, menos spaghetti. Miré a mi mamá con cara de perrito esperando que pusiera un plato en mi lugar.
-Cariño, ve y llama a tu padre y a Logan para que vengas, comes y te vas a empacar, ¿listo? No puedes atrasar todo – dijo mi madre.
Asentí con mala gana porque yo sabía que iba a empacar y no me iba a coger la tarde. Me levanté de la mesa para poder ir por Logan y mi padre, además, no podía esperar a quitarme el uniforme y ponerme algo realmente cómodo para empezar a empacar.
Saqué una moña de mi mano para poder agarrarme el cabello en una cola de caballo así que bajé mi cabeza, cuando ya estaba en el segundo piso, y empecé a peinármelo. Tenía que lavarme el cabello mañana ya que estaba un poco sucio.
-Debes esconderlo bien, Logan – escuché la voz grave de mi padre.
Fruncí el ceño mientras me terminaba de apretar la cola para que no se resbalara.
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¿Coincidencia?
Teen FictionLa mayoría de las personas creerían que una mudanza sería el escape a todos sus problemas, ¿no? Pero, para mí, no. Tuve que dejar a mis amigos, mi familia, mi vida -mejor dicho todo - para mudarme a San Diego. Por lo menos pensé que tendría un buen...