Capítulo 62 - "El partido"

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N/A: si ven errores de ortografía, me disculpo. Si veo actividad y todo, actualizo el siguiente cap :)

- ¡Cuarteto! – espetó Ashley.

-Mierda – dijo Nate aún sin mostrar las cartas.

Un cuarteto era muy difícil de sobrepasar, más contra Ashley. Ella sabía jugar, y muy bien, a decir verdad.

Miré a Nate e hice una mueca y chasqueé la lengua – otros 5 dólares vamos a perder, Nate.

Nate se mordió el labio negando con la cabeza. Se veía muy atractivo cuando hacía eso y yo no estaba tan segura si él sabía eso. Nate sabía que era hermoso y que llamaba todas las miradas a cualquier parte que iba porque, sí, mi novio era un arrogante con cara de escultura griega. Sin embargo, hacía cosas de la nada que me volvían loca, ¿cómo era real? Una belleza así era difícil de encontrar en cualquier parte. Tal vez era porque de verdad me gustaba mucho, pero, para mí, era el único hombre por el cual suspiraba en las noches.

Demasiado romántico hasta para mí. iu.

Traté de controlarme para no tirármele encima como una maldita desesperada, pero eso era lo que él lograba causarme.

-Si tan solo tuviéramos una escalera de color... - dijo, y chasqueó la lengua. Sonreí sin poder evitarlo con mis ojos puestos en él – oh, espera, sí tenemos una.

Puso las cartas en la mesa lentamente como en cualquier casino, ganándose una mirada de sorpresa por parte de Ashley y Caleb. Sí, habíamos ganado, de nuevo. Ashley era buena, siempre había logrado ganarme cada vez que jugábamos; pero Nate... parecía el 13 de la suerte como Abby Abernathy que hasta había empezado a dudar si no eran parientes o algo así. Era muy inteligente y estratégico al jugar póker que hasta intenté aprender en la pasada hora al verlo jugar. Era en parejas, sin embargo, él sabía lo necesario como para jugar por cinco personas.

Me relamí los labios tratando de no sonreír al ver la cara de mis dos amigos de mi ciudad natal, pasando la mirada de las cartas a la cara de Nate una y otra, y otra, vez.

-Y no lo hice yo, – dijo Nate poniendo sus manos delante de él como defensa. Me señaló – todo es obra maestra de esta hermosa mujer.

Rodeé los ojos porque él sabía que eso no era verdad. Yo casi ni me había movido.

-Nate... - dije mirándolo.

Él abrió la boca fingiendo no entender porque le estaba diciendo su nombre en ese tono. ¡Es que era terco! Sobretodo tenía ese poder de hacer mi corazón latir tan rápido y fuerte como desde la primera vez que lo había visto.

-Pe...pero ella no es buena – dijo Caleb, a la defensiva.

Si supiera cuanta verdad había en esa frase.

-No lo sé, hombre, aún así les ganó – dijo Nate.

Negué con la cabeza otra vez y me levanté de la silla para estirarme.

Se preguntarán por qué no estábamos hablando de lo que había pasado unas horas antes, pero estábamos jugando – sin que Ashley y Caleb supieran - para olvidarnos de ese tema por un tiempo. En mi mente no podía dejar de hacerse preguntas sobre mi padre, sobre algo de una mercancía, una chica y sus secuas... debía parar. No era sano cuestionarse tantas cosas, o tal vez sí, pero no quería hacerlo. Me daba miedo crearme respuestas que iban a herirme.

No le iba a decir eso a nadie porque, bueno, yo era orgullosa entonces no iba a decir que todo eso me estaba hiriendo. Pero algo en mi interior me decía que ellos lo sabían y eso solo me hacía sentir impotente y débil. Era asqueroso ese sentimiento de de debilidad y el sentirse expuesta.

¿Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora