Capítulo 60 - "Expuesta"

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-Tal vez ya podríamos ir yendo... - dijo Daniel.

-No aún – dijo Blaise.

Oh, claro, él era el experto. Tenía esa vibra indiferente, pero de macho alfa indiscreto ¿tenía sentido? Nop, como siempre, nada en mi lógica tenía sentido. A lo que me refería, en mi confundido cerebro, era que Blaise no hablaba mucho, sin embargo tenía el control de la situación.

¡Porque nosotros éramos unos pinches adolescentes!

Sobre todo, debía mantener la calma. Respira, adentro, afuera, adentro, afuera... no podía enloquecerme porque ni siquiera era yo la que me estaba enfrentando a Isaek en ese momento – poque ya había sufrido mucho la noche anterior, daaah.

-Ahora, – dijo Nate, a mi lado – ya pasaron unos minutos.

Blaise miró a su alrededor para mirar si nos estaban mirando. Debíamos pasar desapercibidos. De verdad dudaba que alguno de estos estudiantes se fijara en nosotros, porque se suponía que veníamos para lo mismo que ellos y pues éramos muy normales. Lo que estábamos haciendo no era normal, pero eso nadie lo sabía.

Salimos por la puerta por la que Arlet había salido minutos antes, yendo tras Isaek.

A lo lejos, vi a Isaek. Estaba en su teléfono, con esa cara de enfado que tenía la vez que Nate y yo lo habíamos visto, mientras comíamos helado. Parecía profesional y maduro, demasiado para su edad. Tenía alrededor de 20 a 22 años, o eso aparentaba sus características físicas. Mandíbula marcada, nariz recta y perfilada, espesas cejas y pestañas negras, mirada feroz y alto, muy alto.

-Pss – escuchamos y vimos a Arlet detrás de una columna.

-Iré de este lado – dije casi susurrando porque era obvio que íbamos a caber en un solo palo de pared.

Los demás asintieron, aunque estaban pendientes de nuestro alrededor y que nadie nos estuviera viendo. Dudaba que alguien tendría el desocupe de espiarnos porque, por Dios, nos veíamos súper normales. Claro, ignorando el hecho de que los demás parecían en plan de caza al estar detrás de una pared. Pero yo tenía la fe de que nadie era tan desocupado.

Tenía en la mira a Isaek, estaba pendiente de que su cara no viera la mira. Siendo franca, la conversación por teléfono sonaba demasiado interesante como para que el pelinegro fijara su atención en algo diferente. Era un punto extra ¡Bingo!

Conocía este colegio lo bastante bien como para saber donde podía esconderme sin que él notara mi presencia, y, sin embargo, pudiera escucharlo bien. Detrás de él había unas gradas que, si me agachaba bien, podría pasar desapercibida.

Claro, todo iba bien planeado hasta que me choqué con un cuerpo.

-Espero que esa pelirroja sepa lo que vende porque...

Un joven adulto, más o menos de 25 años, se detuvo al despegar sus ojos de celular. Estaba en la misma posición que cualquier persona estaría al estar chateando con alguien por Whatsapp, muy enfocado en su teléfono.

Me paré bien al ver duda en sus ojos al verme, siendo estos demasiado oscuro. Sus ojos parecían contrastar muy bien con su piel un poco oscura, sin embargo, no demasiado.

-Lo... lo siento, te he confundido con alguien – se disculpó, siendo torpe.

-Solo estaba buscando el baño – mentí.

Él sonrió de lado, aunque soltó un pequeño brinco al escuchar un grito.

- ¡Carl, imbécil! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Te dije que fueras puntual!

¿Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora