¿Coincidencia?

Capítulo 72 - "¿Coincidencia?" Final

N/A: Lean este capítulo con calma y, si quieren estar en el mood de lo que está pasando, escuchen la canción...pueden escuchar "This Love" de Camila Cabello también

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Sin más preámbulos, comencemos.

" Al final , ¿fue todo una simple coincidencia?"

Me dolía la cabeza como si estuviera en el mismo infierno.

Negro, solo podía ver negro. No sabía si estaba despierta, o si seguía en aquel trance interminable. Lo único que pude sentir en aquel momento fue un gran mareo y unas inmensas ganas de vomitar, como si todo mi estómago estuviera siendo revuelto por una licuadora. Mi cuello pesaba en mi cuerpo, como si estuviera sostenido por un delgado hilo. Mis labios se sintieron rugosos y resecos cuando pasé mi lengua por ellos; dolían al igual que el resto de mi. El mareo se hacía insoportable a medida que iba reaccionando y recordado que demonios acababa de pasar.

¿Qué sucede? ¿Dónde diablos estoy?

Me dolía hasta pensar, pero no podía evitarlo. Seguro era el efecto de aquella droga lanzada en el granada de humo. Me hacía sentir como el asco: mental, física y psicológicamente.

El pánico se adentró en mí y traté de moverme. No pude. Estaba atada por las manos y los pies por una soga, sentada en una silla. Mi muñecas ardían por la presión de las sogas y por lo fuerte que me apretaban. Traté de forzar lo más que pude, pero era imposible zafarme de aquel enrredo. Si seguía haciéndolo, terminaría con las manos hechas un desastre: con sangre y más moretones de los que ya debía tener. Mi respiración estaba fallado, tanto que creí que me estaban ahorcando. Era el pánico, claro que lo era. Sentía a mi corazón ir a mil por hora, mientras sentía impotencia frente a esta situación.

¿Dónde demonios estaba? ¿Quién estaba aquí conmigo?

El rostro que recordé haber visto antes de desmayarme, ahora se veía como una mancha borrosa en mi mente. Me maldecí por aquello. ¿Dónde estaba Nate? ¿Dónde estaban Arlet y Blaise? Creí que estaban allí conmigo, igual de atados y vendados. Odiaba no ver en aquel momento, poder ver quien nos había hecho todo esto.

-Nate... - hablé. Mi voz se escuchó más como un susurro; casi no tenía fuerza ni para hablar. Sentí un leve ardor y dolor en la garganta cuando volví a hablar – Nate...

Escuché como una puerta se abría. Me sobre salté de inmediato y empecé a mirar a todos lados tratando de buscar la fuente de origen.

-Ha despertado la bella durmiente – escuché. Era Isaek – juré que te habíamos matado muy pronto.

Tragué saliva, ansiosa y con miedo. Quería hablar y mandarlo a la mierda, pero mi voz y mi confianza fluctuaban mientras él se acercaba a mi. Lo único que me hizo quedarme aún más estática fue escuchar otras pisadas, acercándose a mi.

Me relamí los labios cuando dejé de escuchar.

-Desátale los ojos – ordenó una voz femenina.

Fruncí el ceño de inmediato.

Yo conocía esa voz: Dalia. ¿Era Dalia? La chica con la que compartía clase de educación física, la pelirroja y amable Dalia. Joder, había hablado con ella una que otra vez; no eramos cercanas. Era hermanastra de Zend, el ex novio de Hayley. Había cumplido 18 hacía meses e hizo una fiesta, a la cual no fui por irme a Chicago. No entendía nada; no sabía porqué estaba ella aquí ni cual era su razón.