Omnisciente
— Tranquilo — comenzó a subir y bajar su mano por la temblorosa espalda de Izuku dándole consuelo — Yo... — se tomaría un riesgo del cual esperaba no arrepentirse luego — Yo hablaré con el — sabe lo mucho que Izuku quiere a Katsuki, si las cosas siguen mal solo sería peor para el omega.
— N-no — lo que menos quiere son más problemas — Y-yo lo arreglaré — no le importaba tomarse el riesgo, ama a Bakugo después de todo.
— No — le limpió las lágrimas — Está vez tienes que esperar, darle tiempo, el se tiene que acercar a ti — Shoto esta consciente de que Katsuki es el culpable y lo indicado es que se disculpara.
— P-pero yo lo q-quiero — sollozó llorando más.
— Tranquilo, Deku — lo tomó de la mano con fuerza — Ya verás que todo se va a solucionar, solo dale tiempo...
[...]
Un día había pasado desde la pelea, día durante el cual Katsuki e Izuku no habían hablado o estado juntos.
Ambos durmieron cada uno en su habitación en soledad extrañando el uno al otro.
Katsuki durante la madrugada buscaba abrazar al omega mientras dormía como solía hacerlo, esta vez la cama estaba vacía y no tenía a quien tomar.
Izuku paso mayor parte de la noche dando vueltas por la cama derramando una que otra lágrima, con el deseo de sentir al alfa cerca de el, buscando en que acurrucarse y sentirse protegido.
Ese día Izuku entró solo al salón de clases, ni siquiera saludó de forma animada como solía hacerlo, no tenía energía o ánimos.
Ya todos sabían de la pelea entre la pareja, que aún que no haya sido la primera, si fue la más grave al parecer.
Caminó a su lugar buscando la mirada del alfa, sin embargo este lo ignoró, ni siquiera le volteó a ver por unos segundos; esto le dolía mucho a Izuku, más de lo que le gustaría admitir.
Afectado por la acción del alfa decidió pasar de largo hasta otro lugar, estar cerca del alfa le dolería más, tomar un poco de distancia estaba mejor por ahora.
Katsuki claro que notó que su lindo peliverde no estaba detrás de él como siempre, esto no solo le hizo enojar un poco, su pecho también dolió, era como sentir su corazon estrujarse.
Extrañaba tanto a su torpe Izuku, diciendo cosas lindas y siendo de lo más tierno, quería abrazarlo con fuerza y morder sus gordas mejillas.
Quien diría que en tan poco tiempo dolería tanto.
Así transcurrió el día de clases, todo era común y corriente exceptuando por Izuku y Katsuki.
Nadie quería tocar el tema, ni los amigos de Izuku querían preguntar así como los de Katsuki, a ambos se les notaba afectados, era mejor darles privacidad y tiempo.
Las competencias iniciaban esa misma tarde en ese preciso momento, ya todos los concursantes estaban preparados esperando sus turnos en cada categoría.
Los competidores de los terceros grados ya estaban alineados y divididos.
Katsuki miraba a la multitud de gente en las gradas, gritando y dando ánimos a los grupos; este alfa ignoraba todo eso, le importaba muy poco la atención de los demás, aún siendo de los más populares para el no tenía valor alguno.
Busco detenidamente a alguien en específico, a su Deku.
Más no podía verlo por ningún lado, ni siquiera al lado de los de su grupo como siempre.
— ¿Dónde está Deku? — preguntó a Todoroki que justo llegaba a su lado esperando el turno de su categoría.
— Creí que tú lo sabrías — fue la respuesta de Shoto; Katsuki gruñó.
Al parecer nadie sabía dónde se encontraba el omega y esto le preocupó un poco.
Por igual sus ánimos bajaron, esta vez no estaba Izuku para verlo competir como siempre.
Se alejó de Shoto con pasos relajados hasta que alguien se interpuso en su camino.
Se trataba de su "amiga", la misma con la que Izuku lo había visto y comenzado el drama.
— ¿Estás listo para competir? — preguntó con una sonrisa acompañada de un leve sonrojo.
De nombre Camie, Katsuki apenas la había conocido un día antes y ya no quería saber nada más de ella.
— Si — respondió seco mirándola directo a los ojos — No me hables de nuevo — se acercó con ella de forma intimidante — Jamás — declaró pasando por un lado de ella.
Katsuki no tenía ganas de conocer a nadie más, mucho menos si se trataba de ella, de alguna manera si el nunca hubiese entablado una conversación con ella nada estuviera pasando y tendría a su Deku con el.
Se alejó en soledad con una sola duda en su mente ¿Dónde está Izuku?
[...]
Izuku había decidido ir a casa sin avisar a nadie, necesitaba espacio, tiempo y mucho cariño, cariño y consentimiento que solo su madre podría darle.
Inko no preguntó por la razón del malestar de Izuku para darle privacidad.
Le llenó de apapachos, su comida favorita y golosinas.
Pasaron la tarde viendo películas y programas de televisión en la comodidad del sofá.
Ya era algo tarde e Izuku iba ya a la cama recién bañado y en pijama; va a pasar la noche ahí al igual que los siguientes días, solo irá a las clases más no sé quedará en el campus, no se siente de humor para estar entre tanta gente.
Obvio su madre lo recibió en casa con felicidad.
Apenas se sentaba en la cama cuando recibió un mensaje. Sin mucho interés miró a la pantalla del celular y en cuanto leyó "Kacchan" se emocionó.
"¿Dónde estás?"
Decía el mensaje, las competencias ya habían terminado por el día de hoy, ya que aún quedaban de a 3 o 4 días restantes.
Mentiría si dijera que no hubiera deseado estar presente y ver a su Kacchan competir.
Intentando contenerse de decirle lo mucho que lo extraña y ama por mensaje, solo respondió con un simple:
"En casa"
Katsuki desde la preparatoria y ya acostado en su dormitorio; leyó el mensaje y suspiró aliviado, al menos Izuku estaba bien.
Junto esfuerzos para evitar llamar al omega.
— Te extraño idiota... — sin responder el mensaje, dejó el celular de lado y miró al techo pensando cómo solucionar todo.
Había mandado a la mierda su orgullo y aceptó la culpa, recapituló el tiempo que llevaba de relación con Deku dándose cuenta de las tantas veces que había echo mal ya sea gritándole a su pareja, lastimarlo, bajarle el ánimo, culparlo de cosas sin sentido y no darle el lugar que se merece.
Vaya que la había cagado y se odiaba a si mismo por eso, no quería perder a Izuku y no sabía cómo hacer todo bien.
Una fugaz idea llegó a su cabeza, lo que necesitaba es que alguien le diera su consejos y ayuda, inclusive un fuerte regaño.
Tomó su celular nuevamente tecleando un número telefónico para comenzar una llamada — Mamá... — gruñó escuchando el saludo de su madre de regreso — ¿Puedo ir a casa?
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Holiiii
No odien a Kacchan culeras :'v
Gracias por darle apoyo a la historia!
Me da mucho más ánimo y ganas de escribir uwu
Así k ya saben si quieren que actualice seguido bbys
Espero les haya gustado el capítulo!
Voten y comenten!
-Manuel.
