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Estoy un poco incómoda desde que JeonGguk me dijo hace una hora que quería cortejarme, tampoco ayuda que esté sentado a mi lado en la mesa mientras cenamos todos juntos.

—Bueno Gguk, ¿esta vez vienes para quedarte?— la pregunta de YoonGi me pilla por sorpresa, es bastante extraño, ¿a caso ha vuelto alguna vez más pero no se ha quedado?

—Sí, ya he comprado una casa no muy lejos de aquí.— veo a todos en la mesa sonreír, al parecer todos conocían a JeonGguk desde hace mucho tiempo, aunque eso no me molesta realmente, sólo me sorprende un poco.

—Me alegro, ¿por qué zona?— Nam parece más interesado en la respuesta que en la comida a medio comer sobre su plato, yo continúo cenando y prestando atención al mismo tiempo. La respuesta de JeonGguk me hace toser.—¡Oh, entonces eres vecino de Sook!— no puedo dejar de toser, en seguida siento una mano sobar mi espalda, alargo el brazo y me llevo el vaso de agua a la boca para intentar parar la tos.—Sook, ¿estás bien?— Nam parece sorprendido, asiento cuando ya no tengo necesidad de toser.

Me estiro otra vez y sigo el brazo que aún soba mi espalda hasta dar con la mirada azul de JeonGguk, él también parece preocupado, aunque en cuanto sonrío un poco al estar mejor vuelve a mostrar esa sonrisa tan brillante que tiene.

—¡Eso es genial!— dice eufórico mientras vuelve a sentarse de frente en la silla, pero no aparta su mano de mi espalda, siento el color subir a mis mejillas, me parece un acto demasiado íntimo como para que, un casi desconocido para mí, lo esté haciendo sin reparo alguno.—Por cierto Hyungs, ¿aún queda un puesto para mí en la tienda?

Cierto, Nam y YoonGi me lo dijeron cuando me avisaron de que vendría un antiguo amigo suyo, él podría comenzar a trabajar en la tienda y... a estas alturas, creo que las cosas podrían cambiar de alguna manera, aunque no sé si para bien o para mal. Miro a Byong, que está sentado a mi otro lado, sus ojitos negros brillan con ilusión, no puedo olvidar sus palabras.

Byong realmente quiere que yo también sea feliz o, tal vez, sólo quiere una figura paterna, aunque no estoy segura de si es buena idea, JeonGguk puede aburrirse rápidamente de mí, y eso no me importaría, pero si se alejase de mi cachorro eso sí que me dolería.

—Claro, te lo dijimos la última vez, siempre habrá un puesto para tí.— YoonGi sonríe y puedo ver sus encías rosas en una sonrisa adorable.— Sook, tú no tienes problema con ello, ¿no?— niego, tampoco es como si la tienda fuese mía y pudiese argumentar en contra, además de que no tengo nada que alegar para dar una negativa a que se quede.—Entonces perfecto, ¿puedes trabajar mañana o la mudanza te tiene muy ocupado?— su mano aún sigue en mi espalda, sus dedos hacen círculos y siento mi piel hormiguear por el contacto.





(--- * ---)






Aparco frente a mi casa, Byong está dormido en el asiento trasero, JeonGguk es el primero en salir del coche, yo le sigo unos segundos después, abro la puerta trasera con una pequeña sonrisa en mi rostro, me encanta ver a mi cachorro descansar, le desabrocho el cinturón pero no tengo tiempo de cogerle porque los brazos fuertes de JeonGguk le levantan y sacan con más rapidez.

Suspiro derrotada, él realmente está intentando cortejarme de una manera extraña, normalmente los Alfas son muy territoriales con sus parejas, o futuras parejas, y no suelen aceptar al hijo, si es que lo tiene, que el Omega ha tenido con otra pareja.

Soy tu Gamma. //JungKook\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora