Son las nueve de la noche cuando HoSeok y YoonGi se llevan a Byong de casa. Han pasado algunos días desde la llamada del domingo y, no sé si para mi desgracia, faltan a penas unas horas para que llegue el peor momento del mes.
—Cuídate mamá.— Byong me abraza con fuerza, sé que no le gusta dejarme sola cuando me pasa esto, pero no podré cuidar de él en todo el día de mañana. Al final se sube al coche de mis amigos y les veo desaparecer.
La marca arde cada vez más conforme pasan los minutos, intento irme a dormir temprano, aunque se perfectamente que no me servirá de nada porque en cuanto el dolor comience... no podré comer si quiera.
Me acuesto en la cama, boca arriba y mirando al techo, las luces están apagadas, abro y cierro mis manos, muevo los dedos de las manos y de los pies, comienzo a sentirme ansiosa, mi cuello deja de picar durante unos minutos y suspiro, cuando el picor para empieza el dolor.
Siento a mi lobo arañar en mi interior, esta es la única vez en la que puedo volver a sentir a mi lobo, cada veinticinco mi lobo vuelve, pero sólo para lamentarse y castigarme a mí. Escucho los llantos desolados del animal, intento calmarle a pesar de que sé que eso no hará cambio alguno.
Mi cuello comienza a arder y, poco a poco, el ardor se transforma en un dolor inaguantable, siento mi cuerpo temblar y sudar, como si tuviese fiebre, los primeros minutos se me hace casi imposible respirar.
Un grito de dolor escapa de mi garganta cuando la marca palpita en una mezcla de dolor y ardor, como si alguien me estuviese quemando, miro cómo está, o al menos lo intento, mi vista está borrosa, aparto un poco la camisa que me cubre, se ha hinchado y tiene un color amoratado.
El doctor me advirtió de que esto era normal cuando mi pareja murió, pero la preocupación no desaparece y vuelvo a gritar cuando siento como si alguien estuviese clavando sus uñas en la hinchazón.
Siento mi cuerpo entumecido, me cuesta mover mis extremidades, ya a penas logro mover los dedos de mis manos o pies.
Intento respirar con calma, pero se me dificulta, el dolor no hace más que empeorar y tan sólo a pasado media hora desde que pasó la media noche. El dolor que me espera durante todo el día no se lo deseo a absolutamente nadie.
(--- * ---)
Alguien está llamando a la puerta, ese alguien acaba de despertarme. No sé en qué momento acabe cerrando los ojos esta mañana, supongo que me desmayé por el dolor.
Aún siento mi cuerpo entumecido y febril, intento sentarme en la cama y apoyar mi espalda en la pared, no sé quién puede estar llamando a la puerta, Nam, YoonGi, Hobi y Jin saben que hoy no pueden venir a buscarme, ni si quiera pueden venir a cuidar que la fiebre no suba demasiado.
Los golpes no cesan, creo que tendré que bajar las escaleras, pero no estoy segura de que mi cuerpo no vaya a fallar en cualquier momento. Me levanto de la cama y me afirmo en la pared para no perder el equilibrio, lo veo todo borroso, no consigo enfocar mi vista en absolutamente nada.
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Soy tu Gamma. //JungKook\\
Fanfiction-Yo... pretendía cortejarte.- no soy capaz de dar dos pasos, ni si quiera de respirar cuando dice eso. Él es, sólo tal vez, demasiado directo y sincero con estas cosas, joder, ¡que le he conocido hace sólo unas horas! (---) -Lo sé, joder... no deber...