23º

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Escucho la puerta abrirse sólo unos minutos después, el característico olor a lluvia y bosque de JeonGguk me envuelve y me calma, pero mi llanto no desaparece.

—Sook.— siento sus brazos rodeándome unos segundos antes de escuchar la puerta cerrarse, me escondo en su pecho, me siento tan ridícula y cálida a la vez...— Jimin me ha dicho que tienes un problema, ¿qué es?— está preocupado, lo siento en su voz, en la tensión de su cuerpo.

—Qui-quieren quitarme a Byong.— sus músculos se tensan, al abrazo se vuelve más fuerte, pero no se oye ninguna palabra durante varios minutos, en los que intento recomponerme.— No p-puedo perderle.— suplico.

—No lo perderás, — se calla durante unos segundos.— ¿has hablado con los chicos?— niego, mi nariz roza contra su pecho y el olor se vuelve más fuerte durante unos segundos, me pego más a él.— Jimin, ¿tienes los números de los chicos?— a pesar de que lleva poco dentro de la familia, e intentado que los conozca a todos y, a excepción de Jin y Nam, he logrado presentarle.— Llámales, por favor.

—Claro, os dejo a solas.— escucho sus pasos alejarse hasta que entra en la cocina.

El latido de Jeon me relaja cada vez más, aunque no soy capaz de cerrar los ojos me relajo cada vez más entre sus brazos. 

Siento a mi lobo arañar en mi interior, pero a diferencia de las anteriores veces que me ha pasado esto, no araña de alegría, está enfurecido y dolido, ahora mismo desearía que no hubiese vuelto nunca porque sólo hace que me sienta peor. 

Pasan los minutos, seguramente incluso una hora, pero no me alejo del pecho de JeonGguk, ni si quiera cuando huelo a HoSeok y a YoonGi, no soy capaz de alejarme de él; sólo puedo intentar relajarme entre sus brazos y su olor mientras mi lobo no deja de aullar y arañar en mi interior.

En algún momento sé que Jeon me sienta en el sofá, para estar más cómoda, mis amigos están rodeándome, sentados en el sofá o de pie frente a mí.

—Hemos leído la demanda.— asiento a las palabras de YoonGi.—Intentaremos hacer algo, no van a quitarte a tu cachorro.

—Gracias chicos.— ni si quiera puedo mirarles a la cara, sé que no van a poder hacer nada pero, si sigue negándome a moverme o a pensar con más claridad, acabaran por quitarme a mi hijo y no puedo dejar que hagan eso sin al menos luchar.


(---)


Abro los ojos, sin ninguna gana, han pasado varios días desde que la denuncia llegó y, a pesar de que he hablado con mis amigos, incluso con Hyun Sik, no hemos conseguido nada lo suficientemente verídico para que no me quiten a mi cachorro. 

Las ganas de luchar por mi hijo no se apagan, pero mis energías merman con cada día que pasa y estoy cada vez más cansada. TattooVerse no ha sido abierto incluso si Jin y Nam ya están en su casa.

Ninguno hemos ido a trabajar, y a pesar de que me encanta mi trabajo, no tengo las energías para moverme de mi casa, para alejarme de mi hijo, de hecho tuve que llamar a la escuela para avisar de que Byong faltaría durante unos días.

Necesito estar con mi cachorro tanto como pueda, al menos hasta que lo inevitable llegue.

Siento mi brazo moverse sin demasiada fuerza, mi cachorro tampoco ha dejado de llorar desde que leyó la hoja por error cuando volvió del colegio aquel día.

—Mamá...— me hago a un lado en la cama, mi hijo se sube y me abraza con fuerza.— no van a alejarme de tí, ¿verdad?— no quiero mentirle.

—No lo harán cachorro, no lo permitiré.— le abrazo de igual manera, no quiero mentirle pero es lo único que puedo hacer, no quiero que llore más, quiero volver a ver la sonrisa en su cara, quiero volver a escucharle reír, verle jugar y dibujar.

No puedo evitar las lágrimas que se escapan de mis ojos, intento no llorar delante de él, desde que nació lo he intentado, pero no puedo evitarlo ahora.

Voy a perder a mi cachorro.

No sé cuanto tiempo nos quedamos así, mi cachorro y yo llorando en los brazos del otro, cuando escucho la puerta de mi casa ser abierta; sé quien es no sólo por el olor que no tardo en percibir.

Realmente no sé cómo ni cuando, pero JeonGguk consiguió hacerse unas copias de mi casa y estos días no ha dejado de venir para cuidar de mi cachorro y de mí.

—Sook, — entra en la habitación, ya no me siento tan incómoda cerca de él, pero tampoco puedo disfrutar de su presencia, ni si quiera puedo parar a pensar porqué está haciendo todo esto, aunque en realidad ya lo sé.— vamos, tenéis que comer.— se acerca a la cama, Byong se esconde en mi pecho y siento cómo mis ojos se llenan de lágrimas otra vez, sin poder dejar de pensar que dentro de unos días me quitaran a mi hijo.

El tacto suave de JeonGguk me relaja un poco, igual que a mi hijo y, si nada de esto estuviese pasando, seguramente estaría prestando mucha más atención a cómo su tacto me hace sentir, a cómo su presencia parece eliminar todos mis problemas y, seguramente, también habría bajado la guardia con él, habría acabado por aceptar algo que no entiendo. 

Pero, nuevamente, no puedo hacer nada de eso porque la presión, la angustia, el terror y el dolor me están ahogando de la misma manera en la que lo hizo cuando mi mejor amigo exhaló su último aliento.

Me siento en el colchón y, con ello, muevo a mi hijo; a pesar de que yo no tengo hambre, Byong aún tiene mucho tiempo por delante y necesita alimentarse bien para permanecer sano.

Bajamos los tres a la cocina, nos sentamos mientras Jeon nos sirve comida de unos tappers que trae cada día desde su casa. Cojo los palillos y me llevo un bocado pequeño a la boca, pero no consigo hacer hambre, ni si quiera es porque el saber sea malo, porque no puedo fijarme en eso, simplemente no tengo ni una gota de hambre y el más mínimo bocado me hace sentirme enferma.

Veo a mi hijo, él ni si quiera toca sus cubiertos, no está comiendo, no lo hace a no ser que yo le alimente, como cuando era mucho más pequeño, cojo mis palillos y le acerco algo de comida, se lo come, despacio.

—Sook, deberías comer tú también.— niego con la cabeza, pendiente de que Byong termine de tragar para darle más comida.— Estás muy pálida, vas a caer enferma.— su voz es de la más pura preocupación, pero mis ojos y mi mente sólo se centran en mi hijo, en estar con él el poco tiempo que nos queda.

—No tengo hambre.— digo, sin apartar la vista de mi hijo.— Tengo que hablar con Nam, t-tengo que-— no puedo seguir hablando, mi voz se entrecorta por culpa de un sollozo, ya ni si quiera sé lo que tengo que hacer.


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Hola personitas!

Aquí tenéis el cap de hoy.

Si actualizo algo tarde lo siento, he estado dándole al tema del tatuaje y, para mi sorpresa, ¡estoy teniendo más clientes de lo que me esperaba!

(Por cierto, uno de mis instagram está escondido en este fic, ¿lo encontraréis XD?).

Pero bueno, no voy a daros la tabarra con eso XD.

¿Os va gustando el fic?, ¿queréis matarme por la cantidad de drama que le estoy metiendo a la historia (por que esto ni si quiera es lo peor...)?, ¿qué se os ocurriría hacer para que no le quitasen el cachorro a Sook (teorías y más teorías XD)?

Nos leemos el domingo que viene!

Darkest_Light_Soul.

Soy tu Gamma. //JungKook\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora