15º

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Echo la carne en la sartén, junto a las verduras que ya tienen un leve tono dorado; la presencia de Jeon a mi espalda es difícil de pasar por alto, sobre todo cuando su olor llena toda la habitación y, posiblemente, la casa al completo.

Byong no se ha separado de JeonGguk desde que llegó hace ya un cuarto de hora. Siendo sincera estoy bastante tensa, el recuerdo que tuve cuando vi la escena entre Jeon y mi hijo aún ronda mi mente y, aunque el Alfa no ha hecho ninguna pregunta por el momento, temo que me pregunte en cuanto mi hijo se separe mínimamente de él.

Observo a los dos hombres, Jeon aún mantiene esa gran sonrisa que hace que se parezca a un pequeño conejo, juega un poco con mi hijo, pero ninguno hace un ruido excesivo, de hecho tengo la sensación de que no quieren hacer mucho ruido, aunque no tengo ni la más mínima idea del porqué.

—Mamá, ¿queda mucho para poder comer?— me alejo un poco de los fogones y miro a mi hijo, una pequeña sonrisa se arrastra por mis labios cuando mis ojos conectan con su pequeño cuerpo.—Es que tengo hambre...— asiento y vuelvo mi vista a la carne.

—Espera un poco, si quieres puedes ir poniendo la mesa.— remuevo un poco el caldo, que está a una temperatura baja, sólo para mantenerlo caliente y que no se enfríe para el momento de comer.—La carne estará lista dentro de poco.

—¡Yey!— le escucho celebrar y, enseguida, correr hacia los cajones para coger los cubiertos.—Kookie, ¿me ayudas?— me río un poco, mi hijo siempre ha sido un caso.

—Claro que sí, cachorro.— me tenso al escuchar cómo le ha llamado Jeon. Sólo los familiares o amigos muy cercanos llaman así a mi hijo y no estoy muy segura de cómo sentirme.

No quiero que mi hijo se ilusione porque es muy posible que, al final, Jeon se dé cuenta de que está perdiendo el tiempo conmigo; porque es sólo cuestión de tiempo que se dé cuenta de que no ganará nada teniéndome como pareja, no soy una Omega que puede acatar todas las órdenes que el desee, no soy dócil y, ni mucho menos, fácil de controlar. Todo eso, sin tener en cuenta el hecho de que ya estoy marcada, lo que implica que mi lobo sigue llorando la pérdida de su primer Alfa, aunque tampoco sé cómo serían las cosas si Jeon decidiese quedarse conmigo.

Somos muy pocos Gammas en la sociedad, lo que significa que no hay demasiada información sobre nosotros, lo único que sabemos es por la práctica, es decir, por el tiempo que llevamos siendo de esta clase. Ni el gobierno, ni la policía, ni si quiera los médicos saben demasiado sobre nosotros.

Eso sí, siempre que se comete un crimen y, por cualquier razón, hay un Gamma o un Delta cerca de la escena, son los acusados, supongo que es por el hecho del desconocimiento sobre nuestras clases.

Apago los fogones y pongo la carne junto a las verduras en un plato bastante grande; me he centrado tanto en mis propios pensamientos que ni si quiera me he dado cuenta de cuando han terminado de poner la mesa, incluyendo las bebidas, vasos, platos y cubiertos.

—¡Id sentándoos!— aviso mientras llevo la olla de caldo, junto a un cucharón, hasta la mesa. Jeon en cuanto me ve la quita de mis manos, elevo una de las comisuras de mi boca y me doy media vuelta para volver a la cocina y coger el plato de carne con verduras.

Comienzo a servir la comida y, cuando los tres ya la tenemos preparada me siento en mi silla y cojo la cuchara.

—Que aproveche.— digo, antes de dar el primer sorbo al caldo, los sabores del jengibre, la cebolla y algunas especias me llenan la boca y puedo sonreír orgullosa, me ha quedado un muy buen caldo.

—¡Que aproveche!— mi hijo lo repite después de mí y comienza a comer con rapidez.

—Que aproveche.— Jeon es el último en decirlo, parece algo sorprendido de que mantengamos una costumbre tan... antigua como lo es esta, que aunque es mínima, lleva siglos en uso. La diferencia es que en la actualidad se hace menos.

—Mamá, te ha quedado increíble.— sonrío ante las palabras de mi hijo y le despeino un poco mientras él sigue comiendo. Me alegro demasiado de que la comida no escasee en este momento, no sé si sería capaz de sobrevivir al sobreesfuerzo de nuevo, aunque aún así, volvería a hacerlo si fuese necesario.

—Ah... Hacía mucho que no tomaba un caldo casero tan bueno.— Jeon me halaga y siento el color subir a mis mejillas sin la intención de detenerse.

—Gracias.— susurro, tímida.

El ambiente no se siente incómodo ni nada por el estilo, de hecho es todo lo contrario y eso me asusta; es un ambiente familiar, dulce, lleno de comodidad y alegría, pero es eso lo que me preocupa, lo que me asusta.


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Hola mis personitas.

¿Qué tal estáis?

¿Os está gustando la historia? y... ¿qué creéis que pase en próximos capítulos?

Tango ganas de saber vuestras teorías XD.

Nos leemos personitas, id con cuidado que hay mucho loco últimamente <3.

Darkest_Light_Soul.

Soy tu Gamma. //JungKook\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora