Scared to be Lonely.

280 5 0
                                    

Podría escribir un libro de mi encierro, es más, la idea la estoy considerando demasiado, podría empezar con algo así:

«Las paredes blancas se han grabado en mi memoria, el martirio de escuchar las voces chillonas de mis amigas han sido el castigo ejemplar por mis pecados cometidos, el tener que vivir en lo que parece una prisión por tener que pagar mis actos llenos de salvajismo, ha sido suficiente tormento para mi cuerpo herido.

El amor de un príncipe con cabellos claros hacen de mi estadía placentera, pero al él irse con él se va la poca cordura que me queda; me he vuelto prisionera, y todo se lo debo a mi constante cojera».

Algo así, no sé.

Me he dado cuenta que mientras estás sin hacer absolutamente nada: tu mente maquina mucho, puedes hacer mucho de lo que te gusta —en mi caso confeccionar mucha ropa—, puedes limpiar todo un departamento en menos de tres horas, puedes ver más de diez temporadas de una serie, también me he dado cuenta que me gustan mucho los capítulos two and a half men cuando Charlie ha muerto, pero tampoco supero su muerte y, soy un asco jugando ajedrez.

Han pasado tres semanas y, gracias al cielo, los avengers y todos los dioses: ya estoy bien, puedo caminar, correr, bailar, hacer una voltereta y caer en un split.

Puedo coger.

¿Saben lo difícil que es tener que ver a Dereck todos los putos días y no hacer nada? Me quiero matar.

En cuanto a él, bueno, siempre está pendiente de mí, siempre que puede está en casa. ¿Y saben que es tener que verlo convivir con las imprudentes de mis amigas? Me quiero matar.

Por otro lado puedo decir que hemos compartido momentos bastante buenos, a pesar que ha sido encerrados aquí.

Normalmente el catorce de febrero lo disfrutamos mis amigas y yo como día de la amistad, nunca salimos con nadie ese día y nos limitamos a sentarnos a ver una fila de películas mientras comemos comida chatarra. Esta vez ayudamos a Candace con su apariencia para el baile, después de todo terminó invitando al chico raro. Al ella irse, como de costumbre ahora, Dereck aparece tras la puerta.

—Hola diosa, feliz día —dice dándome una caja, con el ceño fruncido la tomo y las chicas comienzan a protestar porque la abra. Ignorando sus gritos, rompo el papel y la abro.

Mis ojos observan cada cosa dentro de la caja y me hace sentir como la mujer más horrible del planeta. El día de hoy yo no tenía preparado ningún regalo, yo ni siquiera pensé en darles algo a las chicas hoy. Alzo mi vista consiguiéndome con los grandes y curiosos ojos de Dereck.

Club + 18 [Diosa#1] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora