Him and i

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La fiesta es en una mansión, por lo que deduje que el dueño de la fiesta es un niño de mami y papi, al igual que Paul. Si mis padres me fuesen dejado hacer una fiesta en la adolescencia y dejara la casa en las mismas condiciones que esta, estoy segura que me fuesen dado en adopción.

Hay vasos rojos por todos lados, hasta en el candelabro gigante que cuelga del techo, en el piso ni se diga y todas las personas que se desplazan de un lado a otro portan su vaso.

La mayoría de las mujeres están casi desnudas, ¿cómo no les da frío? Ningún hombre aquí se ve solo, hay mujeres en sus regazos, a sus costados, compartiendo fluidos, y sí, toda clase de fluidos.

Realmente esa clase de fluidos.

—Aquella mujer se ve como una actriz porno —dice Megan señalando a una pareja recostada en una esquina de la gran sala y quiero abofetearla.

—¿Estas drogada? —pregunto.

No creo que lo esté, ya que ha pasado todo el tiempo desde que llegamos junto a nosotras, pero la verdad tiene que haber una explicación para que ella sea así naturalmente.

—Creo que aquí todos lo están, pero quisiera explorar el ambiente cuerda —dice y noto más a fondo la cara de quienes tenemos al rededor.

Es cierto, parecen cajitas felices, solo ríen y ríen. Aquellos que no están drogados, están borrachos y son solo las nueve.

Ashley le dice algo al oído a Paul y se pierden en la multitud, Megan los sigue y, como siempre, Gina y yo quedamos solas. Nos dirigimos a la pequeña barra improvisada al fondo de la pista y observo el nombre del pelirrojo que reparte tragos, su pequeña plaquita dice Chris.

—Oye, Chris —grito, no creo que con lo fuerte que está la música me escuche—, dame un refresco y un trago de lo más fuerte que tengas.

Gina me da una mala cara, ¿que quiere que haga? Estamos en una fiesta de gente drogada, aquí posiblemente este mi hermana y, no estoy embarazada, yo puedo beber.

Nos extiende los vasos y le doy un trago. Mi garganta pica y sacudo mi cabeza haciendo una mueca.

—¿Que es? ¿Gasolina de avión?

—¿La señorita no quería algo fuerte? —pregunta sarcástico con una sonrisita.

—Esta horrible, pero me caes bien —digo señalándolo—, por ti, Chris —enarca una ceja y levanto el vaso en forma de brindis y me tomo todo el contenido.

—Nunca me había sentido tan halagado —dice con fingida emoción.

—Vete a la mierda —digo me encojo de hombros—. Quiero otro.

—Ellie... —dice Gina y la observo—. No deberías emborracharte.

—No me emborracharé —tomo el vaso que coloca Chris en la barra y le doy un trago—, al menos no ahora.

—Con ese tamaño no creo que aguante una tercera ronda —añade Chris y lo observo, de reojo veo a Gina cubrirse el rostro y señalo a Chris con el índice.

—No sabes lo que dices —tomo el vaso que acaba de darme y lo termino de un trago—. Dame el otro.

—Ellie...

—Sí, Ellie, no hagas que tu amiga tenga que llevarte cargada a casa —dice Chris con tono burlón y le saco el dedo medio.

—Dije que...

—¿Esa no es tu hermana? —dice Gina interrumpiéndome y observo a donde señala.

—Ay Dios... —susurro al ver a Lisa prácticamente tragándose a un hombre con su boca.

Club + 18 [Diosa#1] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora