UNA NOCHE PELIGROSA

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«Un giro radical en nuestra forma de vida, de repente nada era seguro y más aún en la oscuridad del bosque.»

Akemi y yo seguimos caminando, estar lo más lejos posible de la estación era lo seguro, pero a la vez estábamos expuestos a cualquier peligro del bosque que dividía la ciudad de Orihime y Verlons, un bosque temido por tener animales salvajes y bestias mágicas.

Con respecto a las bestias, se podría ignorar como una leyenda urbana, ya que a pesar de vivir en un mundo donde la magia era algo normal, después del incidente de la guerra no se volvió a ver ninguna criatura mágica, desaparecieron o solo nadie ha visto alguna en todos estos meses.

Tras caminar una hora, ella estaba cansada, además vestía de una manera inadecuada para las montañas... Una falda corta, una camisa y unos tacones altos, ¿Quién podría caminar así por el bosque?

      — ¡Woahhhh!... Deam, tomemos un descanso. — Dijo jadeando.

      — Creo que nos hemos alejado lo suficiente ¿Buscamos un lugar para acampar?

      — Si, hagamos eso — Se apoyó sobre una roca.

      — Descansa, encenderé unas ramas. El fuego nos mantendrá calientes y nos ayudará a mantener alejados a los animales salvajes.

Yo sé que todos ustedes al menos una vez en su vida han deseado estar a solas con el chico o chica que les gusta... Y sí, también sé que esto no cuenta como una cita, porque fue una casualidad forzada por caos en el que se encontraba el mundo. No obstante, eso no quitaba el hecho de que me encontraba a solas con la chica que me gustaba.

«¿Una noche romántica, mientras el mundo se desmorona? Quizá sea mi última noche con vida, tengo que aprovechar mi oportunidad de alguna forma» — Pensé mientras reunía las ramas para la fogata.

Cuando volví con Akemi, ella se había cambiado de ropa y traía puesto... ¿Un pijama de coneja?

      — No... No te burles de mí — Dijo apenada.

      — Pues la verdad te queda bien y es buena idea usarlo con este frío.

      — ¿Verdad que es muy mono? — Dio una vuelta — Lo compré en Verlons, es mi pijama favorito para dormir.

Como nací en una ciudad apegada a no evolucionar tecnológicamente sabía las principales cosas para sobrevivir, aun sin magia, encender una fogata o acampar era algo que nos enseñaban en la escuela. Encendimos fuego y nos sentamos, fue gracioso escuchar a su estómago rugir como un león hambriento. Fue algo como un "Ggrrrr".

       —... Esa no fui yo — Trataba de ocultar lo evidente.

      — Pues tengo algo de comida que prepare para mi viaje a casa... Si quieres puedes comer un poco.

La verdad nunca imaginé que con el cuerpo tan delgado y cuidado que tenía ella podría comer como lo hizo en ese momento, incluso llegué compartirle algo de mi porción.

Pasada la "cena", Akemi inicio una conversación algo extraña., quizá estaba asustada y empezó a recordar la escuela. Fue de una ocasión, en un campamento que hicimos hace un año, en esa ocasión ella tenía un novio llamado Roger y en la noche fueron alguna parte.

       — Recuerdo que todo estaba tan oscuro, pero las estrellas en el cielo estaban tan hermosas, me llevó a caminar por el bosque porque quería que hiciéramos algo, pero yo me rehúse y él insistió — Bajo la mirada con vergüenza — Quería obligarme a tener intimidad... Yo me asusté y me negué, entonces el me golpeó. Aún recuerdo lo que paso al día siguiente en la tienda de mascotas, tú me protegiste, cuando el intentó golpearme de nuevo y nunca tuve la oportunidad de decirte gracias.

      — No es necesario, sólo hacia lo correcto... No puedo ver a un hombre golpear a una chica y quedarme sin hacer nada.

      — Eres muy amable — Se puso de pie.

     — ¿A dónde vas? — Pregunté.

     — Deam, es descortés preguntarle eso a una chica cuando va al baño.

Fue detrás de unos arbustos y a los segundos dijo mi nombre.

     — Oye Deam, ven a ver esto...

     — ¿Quieres que te vea mien...

     — Idiota— Interrumpió — Hay una cueva justo aquí, podemos pasar la noche dentro.

Era una cueva oscura, pero era más seguro estar dentro de ella, que quedarnos fuera expuestos al peligro. Ambos nos echamos a dormir, de pronto Akemi se puso sobre mí y me hizo esa pregunta.

      — ¿Alguna vez le hiciste el amor a una chica?

     — ¿A qué viene eso ahora? — Pregunté sorprendido.

     — Nunca antes he estado con alguien y no sé cuánto tiempo de vida me quede. Ya viste lo que pasa a los alrededores y la verdad tampoco es que tenga muchas opciones, pero si aceptas... me alegraría que fueras tú. Aquí, justo ahora, esta noche.

Repasemos esto, sólo quería estar con alguien porque no sabíamos cuándo moriremos, y la verdad a quien le importaba, también me gustaba mucho. Así que hice lo más lógico... acepté.

Pero ante la situación se presentó un sonido extraño en la cueva. Se escuchó como un gruñido leve.

      — Esta vez no fue mi estómago — Dijo ella.

De pronto las luciérnagas se levantaron e iluminaron la cueva... El rostro de Akemi se puso pálido y entre pausas dijo:

    — Deam, detrás de ti... es un ogro de la montaña.

Aquel ogro eligió el peor momento para aparecer, de todos los lugares existentes en el bosque tuvimos que terminar en la cueva donde habitaba una de las criaturas más peligrosas del mundo mágico.

ORIHIME: La ciudad de los inmunes © (Completa) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora