RAFTEL VS. LOS SOLDADOS ZOMBIS

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Los miembros de Orihime miraron como Akemi se desvanecía, creyeron que solo fue habladuría y que no poseía un guardián, de pronto cuando Reinald llegó con su transformación e hizo volar a los magos adultos el techo de la instalación fue atravesado por lo que parecía ser un rayo.

       — Resiste por favor — Dije levantando su cabeza.

       — ¿Qué paso? — Marlín llegó a la celda.

       — Dijiste que con el collar podría invocarlo sin ningún problema.

Ella vio el collar hecho pedazos sobre el piso.

       — La magia que lo rodeaba era cada vez menor... eso significa que Takeshi se hace más débil — Susurró con expresión de tragedia.

Entonces el objeto estaba unido de alguna forma a mi héroe y la razón por la cual Marlín resistió tanto expuesta al virus fue por su colgante, pero si lo ya dicho era verdad entonces nos enfrentaríamos a una catástrofe, si Takeshi sucumbía al virus como los demás... ya no habría salvación alguna.

Un agujero gigante se hizo en la superficie, vapor se apreciaba entre los escombros cuando se puso de pie el Rey de los Ogros, Raftel. Con una mirada tenebrosa, sin pupilas y un cuerpo rebozando GEM se dispuso a venir hacia su ama que yacía inconsciente en una de las celdas.

Los jóvenes magos abrieron paso con el cuerpo helado por lo imponente de este ser, Beckan se sintió frustrado, él era un descendiente directo de los líderes de Orihime y no podía aceptar que alguien de clase baja, una sacerdotisa haya podido ser capaz de conectarse con una de las razas más poderosas del reino mágico.

Más soldados eran inyectados por Soledad al ver que estaban en desventaja, al instante tenían mutaciones físicas, pero duplicaban o quizá triplicaban su poder. El rey ogro colocó sobre sus manos a su ama, me miró y tenía un gesto furioso.

      — ¿Hay otro sacerdote aquí? — Preguntó.

      — Si, Becky y Angie lo son... — Fue entonces que lo entendí — ¡Maldita sea, usen su magia sobre ella!

      — Pero si usamos un hechizo ahora... nosotras. También moriremos.

Todo el mundo estaba exhausto, incluso los superiores estaban postrados sobre sus rodillas. En ese momento Marlín se acercó e invoco una pequeña hada, ella también era un mago. El ogro se alejó y se posó frente al enemigo.

Soledad, quien estaba en la parte trasera de su equipo veía un cuaderno y cuando al fin parecía que encontró lo que buscaba se acercó

      — Rey de las aves, Kinker. Rey de los mamíferos Jeremy. Reina de los elfos, Victoria. Rey de los insectos, Clark. Reyes mellizos de los reptiles, Link y Gina... Esta es una guía que contiene toda la información de los gobernantes o mejor dicho sub gobernantes del mundo mágico.

      — Aléjate, Soledad — Dijo Reinald — Déjanos esto a nosotros.

      — Lamento decirles que esta vez también pelearé pues el oponente que tenemos frente a nosotros es el Rey de los ogros, el invencible Raftel.

La líder de los científicos se quitó la bata y comenzó una transformación sumamente increíble, su apariencia era un hibrido de arpía con garras de licántropo.

      — Que dos soldados vayan con la maga oscura, pronto llegará el mensajero — Ordenó ella.

Mientras tanto nosotros nos movíamos detrás para poder marcharnos. Marlín había estabilizado a Akemi y el doctor la cargó sobre su espalda, nos dirigimos con el hombre que estaba en la celda para que nos guiara a la salida.

Los soldados zombis comenzaron a moverse, atacando con total confianza, pero fue un error. Raftel ni siquiera invocó un hechizo y una masa pegajosa rodeo el lugar, aislando al enemigo para nuestro libre escape. Sin embargo, me detuve.

       — ¿Qué demonios haces? — Dijo Beckan.

       — Tenemos que ayudar a esa chica — Respondí — Van a experimentar con ella.

       — Deam, por favor no es momento de... — Agregó Simón.

       — Esta bien — El capitán autorizó — Iras junto a Ángel, si algo sale mal antes de encontrarla vuelvan a través del bolsillo que conecta con su hermana.

Elizabeth también se unió, aprovechamos el disturbio para escabullirnos hacia su laboratorio. Llegamos allí y ahí estaba la mujer, atada con esposas dentro de una máquina que absorbía su GEM sin descanso.

      — Tenemos que liberarla e irnos de inmediato — Dijo Elizabeth que estaba espiando la puerta.

De pronto una canción se asomaba por el pasillo, el ambiente se volvió pesado y nuestras piernas se inmovilizaron.

"En la cima siempre esta, pero muy pronto caerá. Con sus ángeles gobernó y al mejor lo desterró..."

Ángel activó su portal mágico de inmediato para irnos, pero Elizabeth no se movió, ella estaba hipnotizada por algo que estaba viendo y esa canción... esa canción escarapelaba la piel.

"Siete guardias y su rey, en una guerra sin cuartel. Todos sirven a Azacel, mil demonios tienen ya, listos para gobernar... soy yo, soy yo, el cuarto guardia ya está aquí"

Un ser de gran belleza, pero con un aura asesina descomunal estaba delante de nuestra compañera, el tocó su rostro y luego susurró.

        — Soy Belcebú, el demonio de la gula — Le destrozó la cabeza mientras se presentaba.

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Hasta aquí el capitulo nos vemos pronto <3

ORIHIME: La ciudad de los inmunes © (Completa) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora