LA MASACRE

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"El desastre no concluyó. Solo te dio un respiro"

Scott Campos Barrantes

Fuimos recibidos como héroes, nos dieron una amena bienvenida. Sonreían como si en el exterior el mundo no se hubiera hundido en el caos y muerte. Beckan y yo teníamos muchas heridas y la cara hinchada, éramos sostenidos por Hide, por otro lado, Marlín causó revuelo entre los presentes. «Es ella ¿Verdad?» «Es muy hermosa» «Un hada que dejó su divinidad mágica por nuestro líder» «¿Qué pasará entre ella y el capitán?», murmuraban.

El escuadrón mágico llegó ante nosotros y nos llevaron en camillas. Rebeca miró a Marlín, el ambiente se tornó tenso cuando los demás hicieron silencio.

    — Quiero verlo — Dijo pasando de largo.

    — Te llevaré con él — Respondió el licántropo.

Mientras tanto, fuimos llevados a una amplia habitación donde había muchos heridos y enfermos. Desde personas mayores hasta niños muy pequeños, esta sala representaba el dolor, no obstante, ellos sonreían viendo las ocurrencias de dos jóvenes. Sus nombres eran Jum y Yui.

     — Llegó el otro grupo, hagan espacio. — Dijo un médico.

     — ¿Otro grupo? — Pregunté.

     — Así es, hace menos de una hora el tercer comandante trajo a dos niñas. — Respondió.

Interrumpiendo la situación se acercó Ángel, se veía diferente, pero no importó, estaba vivo. Asimismo, reveló que Akemi y Angie descansaban en otras habitaciones. Me sentí mejor al oír la noticia, acto seguido fuimos tratados y puestos a dormir.

Mientras tanto, en una habitación aislada se llevaría a cabo un reencuentro. La recién llegada fue llevada ante mi héroe, lo pensó un poco y al final cruzó la puerta que los separaba. Al ingresar, colocó sus manos sobre su rostro pálido, vio a mi héroe con el torso desnudo, sin embargo, esto no fue el motivo de su asombro exactamente... en realidad, lo causó las marcas y moretones sobre su piel, mi héroe estaba muriendo.

       — ¿ Porque? ¿Por qué los sigues protegiendo? — Sollozó — La enfermedad te está matando y tú sigues usando tu magia para sostener esta mazmorra.

       — No te recordaba tan escandalosa — Se colocó la camiseta — Me alegro de que hayas regresado.

Marlín comprendió que no podía salvarlo, al menos no ahora que era humana y eso la hizo sentir culpable. Lo veía sonreír y no lo entendía, se perdió entre sus pensamientos sin prestar atención a lo que le decían.

      — Hey ¿Estás ahí? — Se acercó mucho al rostro de la chica — Necesito que me ayudes dirigiendo uno de mis escuadrones.

Ella se apegó aún más y casi besándolo respondió...

      — No hace falta que lo pidas, siempre te he pertenecido.

Fueron interrumpidos por otros cazadores que ingresaron, en ese momento se llevaría a cabo la reunión para el regreso a Orihime. No explicamos nada, no hizo falta, ellos ya sabían que tenía que ir a nuestra ciudad y detener lo que ya se había estado presenciando.

Al día siguiente ya habíamos despertado, todos se formaron en la sala principal, algunos vestían armaduras y otros arcos, espadas o bastones. Allí nos presentaron frente a los demás, nombrándonos como los salvadores nos pidieron revelar la ubicación exacta del templo de Orihime.

      — Nos enfrentamos a enemigos que sinceramente están a otra dimensión de poder. — Explicó a sus hombres — El demonio que encontramos en CIMPE y el que dejó en esa condición a Kira son demonios representantes de los 7 pecados capitales.

Al parecer, en una antigua guerra los demonios escaparon del infierno, esto debido a que el gobernante del lugar dejó su puesto. Él a su vez era representado por los 7 demonios más fuertes, dos de ellos lograron escapar al mundo humano y desde fuera vinieron planeando la liberación de su nuevo rey llamado Azacel y con ello el gobierno de los demonios sobre el mundo humano.

Anderson otorgó las coordenadas de la ciudad, así pues, viajamos de repente a través de la magia de Texas. Que, por cierto, en Orihime no existían magos que poseyeran tal destreza en su magia.

Llegamos a nuestra ciudad en un segundo, algunos soldados nos acompañaron, un segundo después, un portal se abrió y salió una mujer vistiendo una armadura, su nombre era Cristina y fue llamada Lujuria.

Estábamos exactamente frente al templo de la ciudad, lugar donde yacía el pilar mágico. Era extraño, no había nadie fuera. Beckan se dirigió a una de las casas y tocó su puerta, pero nadie respondió. Akemí se percató de una mancha sobre la tapa del pozo y al tocarlo descubrió que era sangre.

En ese instante el templo se iluminó y una gran luz se dirigió hacia los cielos. Abrimos la puerta y observamos una masacre, Gino, estaba crucificado en la pared y de la oscuridad se arrastró el maestro agonizante.

Anderson corrió a socorrer a su padre y entonces con la poca fuerza que le quedaba informó lo sucedido.

       — Es el fin, ellos llegaron aquí y mataron a todo el mundo — Tosió — Usaron la sangre de los magos de Orihime para traerlo aquí, ya viene, Azacel ya viene.

El cielo fue partido por la luz del pilar y de los alrededores comenzaron a surgir criaturas o mejor dicho, el ejercito demonio.

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MAÑANA EL CAPITULO FINAL

ORIHIME: La ciudad de los inmunes © (Completa) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora