"La humanidad deseaba un apocalipsis para dejar sus vidas rutinarias, pero cuando ocurrió, todos perecieron"
Scott Campos Barrantes
A lo largo de la historia se enfrentaron a múltiples enfermedades y pandemias, pero ninguna tan amable como esta, el despertar de Zomy Biet, así lo llamaban en CIM. Un virus que arrastró a todos sin excepción.
En la base destruida de CIMPE, el doctor que nos recibió terminaba su trato con Belcebú, detrás de ellos había unos médicos, científicos y soldados.
— Una irregularidad de mi parte, no obstante, puedo ayudarlos. — Dijo el demonio.
— Oh, gran señor. Permítanos ser de ayuda en esta guerra. — Imploró el doctor.
— Que patéticos son los humanos — Abrió unas enormes alas de plumaje oscuro — ¿Eres Frederick? Os entregaré este poder, necesito que los Hunters sean ejecutados por su propia raza.
Elevó sus alas y aleteó hacia su futuro ejército. Cientos de plumas fueron disparadas contra los presentes y de inmediato surgió el efecto, sus venas se tornaban oscuras y parte de su piel era carmesí, estaban mutando, cientos de nuevas formas de zombis nacieron en ese instante.
Grande fue la sorpresa de Frederick al notar que todos sus subordinados transformados carecían de conciencia; entendió que le ocurriría lo mismo y se inyecto algo que saco de su bata. Belcebú observó intrigado, pues la transformación del doctor era curiosamente superior a la de los demás y no era todo, pues estaba consiente.
— ¿Qué hiciste? — Preguntó clavando una mirada fría.
— Es un suero en el que trabajaba una de mis alumnas — Volteó y observó su base — Aun lo más probable es que haya muerto entre los escombros.
El demonio no bajo la guardia, sabía que los humanos no eran de fiar, que si había más de ese suero podrían crear un ejército de humanos zombis muy poderosos. Se acercó y cogió el ultimo frasco de suero que le quedaba a Frederick y lo rompió.
— Es tu ejército, ve tras los que se escaparon. Pude olerlo en la mocosa, son sangre pura. Su olor era como el cazador que mató a mi hermano Biet.
— Se dirigieron al sur — Interrumpió una voz femenina.
Era el demonio de la envidia, ella se asomaba tarareando mientras comía el brazo de un ser humano. Belcebú la regañó.
— ¿Sigues comiendo humanos? — Guardó sus alas — Has hecho eso desde que te condenaron a cuidar la prisión, los humanos son porquería.
Hizo pucheros mientras se acercaba.
— ¡Jooo! Deberías relajarte Belu — Se devoró todo — Además devorar humanos me llena de energía.
Luego de su charla, Frederick y su ejército zombi se dirigió hacia el sur, se trazaron el objetivo de llevar a al menos uno de nosotros con vida.
Al mismo tiempo en uno de los edificios de New Zeramet, estábamos presos de los zombis. No había opción más que moverse, pero Kira estaba delicada y no podíamos moverla de forma brusca.
Angie estaba a punto de abrir el bolsillo mientras los demás nos preparábamos para atacar a nuestro doctor ahora muerto y resucitado por la infección. No obstante, no había nadie dentro del bolsillo temporal.
Nuestra compañera no podía creerlo, todos vimos cuando ella lo introdujo allí como pedido de Anderson.
— Lo siento...
—Tranquila. Introduce a Kira ahora. — Ordenó el líder.
Marlín se acercó de repente y expuso su brazo izquierdo, ofreciéndoselo a nuestra nueva integrante. Ella cogió una muestra de su sangre y se retiró detrás de Beckan y Akemi. Me acerqué a ella y le proporcioné toda la información de mi investigación.
En esa ocasión fuimos testigos de un gran paso entre los magos de Orihime y por qué el líder era considerado un prodigio en la ciudad. El "Moribundo Anderson" caminó detrás de Marlín, cerró los ojos y luego de unos segundos en silencio dio un grito.
— Si esos monstruos pueden hacerlo ¡Yo también puedo!
Todo el perímetro de su cuerpo se llenó de aura, estaba absorbiendo las partículas contaminadas del ambiente.
— Magia de linaje real, herencia suprema: Salamandra oscura.
Marlín sonrió.
— Que increíble es el talento que poseen los cazadores — Dijo ella.
Anderson saltó por la ventana y disparó un hechizo contra los hambrientos que rodeaban la entrada, era un calor inmensurable, era tanto que parecía que nuestras prendas se derretían.
Fuimos protegidos por la magia de viento de Marlín y nos marchábamos del edificio, pero Becky se quedó mirando fijamente por la ventana.
— No puede ser posible — Cayó sobre sus rodillas — ¡Estoy harta de esto!
El ejército de zombis dirigidos por Frederick nos había alcanzado, eran realmente demasiados.
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ORIHIME: La ciudad de los inmunes © (Completa) Sin editar
Fantasy- GANADOR DEL 2do PUESTO DEL CONCURSO WRITERS CONTEST - . La humanidad esta débil tras una guerra y a esto se le suma la aparición de un virus que vuelve agresivos al 80% de la población, la salvación es buscada por un grupo de jóvenes que deberán...